×Capítulo Dieciséis ×

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£Encontrados£

Auron

No suelo salir a exteriores a pensar cosas o recapacitar, pero está vez el frío del ambiente y la salvajismo de viento me hizo cambiar de opinión. Ahora mismo estoy caminando por la oscuridad del bosque en la que los árboles parecen gritar y mi cuerpo se congela con cada segundo. Lo que me hizo salir esta noche es este escenario que se asemeja al día en que fui expulsado del cielo y arrojado a la tierra. Mi cuerpo maltratado y desnudo fue rasgado por las ramas de los árboles mientras trataba de escapar del helado viento, mis pies eran atravesados por las rocas y las ramas de suelo mientras que el lugar en donde solían estar mis alas derramaba sangre sin parar, ese dolor tal vez es y será el más horrible que jamás voy a poder sentir. Recuerdo que quedé inconsciente dos veces a causa del dolor que recorría mi espalda.

Aún tengo muy clara la razón de mi castigo; fui un arcángel que utilizó la magia oscura para descubrir el mundo prohibido, gracias a eso ahora tengo los conocimientos necesarios para realizar el hechizo y puedo dominar la magia oscura como todo un maestro.

Me detuve enfrente de una laguna que parece profunda. Muchos ruidos están presentes por el viento que arrasa con todo a su paso. Mi cabello oscuro se mueve con agresión y yo solo puedo meter mis manos en los bolsillos de mi abrigo para mantener un poco de calor.

-Date la vuelta con las manos en alto -una pistola se colocó en mí cabeza y yo acate las órdenes.

Me di la vuelta para encontrarme con unos ojos cristalinos, un rostro blanco con mejillas y nariz rosadas por el frío. Su cabello está húmedo y bastante despeinado.

-Luzu -dije mirando a la belleza perfecta y peligrosa delante de mí.

-¿Tu lo hiciste, maldito de mierda? -cuestionó.

Parece estar muy desorientado, dolido y cansado.
Le di justo en donde más le duele.

-¿Luzu, de que hablas? -dije tratando de tranquilizarlo -. ¿Estás bien?

-¡No! -grito con desesperación -. Lo mataron, Auron. Lo asesinaron...

Sus ojos parecieron volverse de cristal cuando gotas limpias y débiles se deslizaron por sus mejillas. Fue como presenciar el derrumbe de un hombre que jamás se había permitido mostrarse débil pero que no pudo contenerse más.

-Luzu no entiendo nada. Si me dices que pasa yo te puedo ayudar...

-He buscado como loco estos días pero no logro conseguir nada.... -interrumpió sollozando con un dolor incontrolable -. Él era mi amigo, no tenía que pasarle esto...

-Luzu -dije acercándome lentamente a él. Comenzó a bajar el arma con inseguridad y lentitud -. Tienes que tranquilizante, yo puedo escucharte pero por favor baja el arma.

Con el cuerpo tembloroso y lágrimas en los ojos con mucha desconfianza bajo el arma y fue ahí cuando casi cae al suelo del cansancio pero lo atrape y lo estreche entre mis brazos.

-¿Fuiste tu Auron? -me dijo. De cerca puedo notar las ojeras bajo sus ojos y su rostro demacrado.

-¿Piensas que fui yo? -dije, lo tomé con fuerza de la cintura para evitar que su cuerpo toque el helado suelo.

Se relamio sus secos labios y con un susurro me contestó: -Esa noche fue en la que me ayudaste en los almacenes. Tuve que tomar esa ruta por que la principal estaba cerrada por una escena del crimen... -se detuvo y sus labios temblaron una vez más -. Se trataba de mi mejor amigo, lo asesinaron y estoy seguro de que fue por mi culpa.

-¿Por eso me buscaste, Luzu?, ¿piensas que yo tengo algo que ver? -dije poniendo unas hebras de su oscuro cabello detrás de su oreja -. Tu mismo lo dijiste, esa noche yo estaba contigo, ayudándote.

Apartó su mirada y pareció pensar las cosas. La verdad es que está muy desorientado y confundido, se puede ver a simple vista que no ha comido y dormido estos días. No va a morir pero si se puede quedar inconsciente hasta recuperar las fuerzas de nuevo.

-Yo no lo sé... ni siquiera sé por qué te seguí... estoy muy cansado, no lo sé -dijo y con desesperación deslizó las palmas de sus manos por su helado rostro -. Estoy muy confundido.

-Está bien -dije ayudándole a ponerse de pie -. Tal vez solo necesitabas a alguien con quien hablar.

No dijo nada, se levantó y sólo nos miramos. A pesar de lo mal que está no deja de ser simplemente perfecto, con sus ojos adormilados y sus heladas mejillas...

-Estoy cansado -dijo acercándose a mi, cosa que no me esperaba.

Subió su mano hacia mi rostro y yo trague saliva por el suave tacto de sus dedos sobre mi piel.
Me miro una última vez para después acercarse hacia mí y colocar sus fríos labios sobre los míos, fue recibir un sentimiento tan placentero, uno que jamás había sentido. Sus labios se mueven con tanto cariño y delicadeza que me hacen temblar por dentro con una sensación nueva pero peligrosa.

Yo me quede quieto ante su repentino movimiento, deje que sus labios hicieran todo el trabajo y fue maravilloso.
Se separó de mí abriendo lentamente sus ojos mostrando unas pestañas largas y rizadas.

-¿Nos vamos? Necesito descansar -dijo.

Yo sólo asentí y seguí sus pasos caminado entre la violencia del clima y los ruidos estruendosos del bosque.

Treinta minutos después estábamos en la puerta de su casa.

-Gracias -susurro Luzu mientras trata de abrir la puerta de hierro.

-Descansa -dije dando la media vuelta para salir de ahí pero antes me detuvo.

-Auron -dijo mirándome con seriedad -. ¿puedo confiar en ti?

Yo frunci el ceño. Y por dentro sonreí con satisfacción.

-Por supuesto.

DarkAngelsWhere stories live. Discover now