Mi primer todo eres Tú《YunHwa》

9. Primera nota

El fin de semana Yunho fue a casa de Mingi a enseñarle algunos cursos que ya le había enseñado Seonghwa y se la pasaron estudiando, pero ninguno habló nada referente al azabache.
El lunes por la mañana Yunho al llegar al colegio saludó a Seonghwa, pero este apenas le contestó. Mingi también le saludó, pero a este apenas le respondió inclinando un poco la cabeza. El más alto le iba preguntar si se encontraba bien, pero justo entró el profesor anunciando que los exámenes ya iban a iniciar así que todos debían volver a sus sitios y separar sus carpetas para que no se copien. Yunho volvió de mala gana, estaba preocupado por Seonghwa porque lo veía muy extraño. En la semana de exámenes solo iban para rendir estos mismos, para que tengan tiempo de estudiar y por eso podían salir temprano.
A la salida cuando todos ya estaban retirándose Seonghwa al ver que Yunho tenía intención de hablarle, salió corriendo del aula despidiéndose del profesor a toda prisa, Yunho no lo siguió porque era obvio que lo estaba evitando, sin embargo no entendía porqué y eso le ocasionaba algo de ansiedad.

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El viernes en la noche, después de que el padre de Seonghwa hablara con Jennie, fue a buscar a su hijo, quien estaba en el patio delantero sentado en una de la piedras más grandes bajo la luz de los postes de la calle.

- ¡Seonghwa! -lo llamó enojado y su hijo volteó sin saber la razón de su tono- tu madre ya me contó que has estado trayendo a unos chicos aquí.

Los ojos del chico se abrieron como platos ¿cómo se enteró su madre?

- S-sí, pero no te enojes ellos solo son amigos

- ¡¡¿Amigos?!! -gritó parándose a su al frente - sabes que no necesitas algo como eso -gritaba haciendo gestos con sus manos, algo que Seonghwa odiaba- Yo te había prohibido que te vuelvas a acercar a otros hombres ¿o no has tenido ya suficiente de esos?

- Lo sé papá, lo siento...

- ¡Nada de lo siento! Quién sabe si ya hicieron alguna cochinada contigo

El hijo no sabía que decir, solo se mantenía con la mirada en el suelo, la verdad es que le tenía un poco de miedo a su padre cuando se enojaba y era difícil darle la contra porque no escuchaba a nadie.

- estás bien ¿no? -preguntó aún molesto y al ver lo callado que estaba su hijo recapacitó en que tal vez se excedió un poco, por lo que respiró hondo y trató de calmarse- estás bien, ¿no Seonghwa? -volvió a preguntar esta vez sin gritar y su hijo asintió con la cabeza- lo siento por gritarte así... no quiero que sigas juntándote con ellos ¿está bien? -su hijo volvió a asentir- Bien, sabes que si te prohíbo esto es por tu bien, sé que eres muy inteligente y obedecerás -le dio unas palmadas de reconciliación en el hombro- es muy tarde, entra a la casa o te puedes enfermar.

Doojoon no dijo más y regresó a la casa, Seonghwa tenía la mente hecha una revolución. Siempre había obedecido a su padre en todo, pero esta vez no estaba seguro de si eso era lo correcto. Yunho lo había tratado bien y sentía que definitivamente él era diferente al resto, confiaba en que él no lo lastimaría como lo había hecho Hongjoong.

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**Volviendo al día actual, lunes**

Ese día Seonghwa aún había tenido las palabras de su padre en la cabeza. Había preguntado a su madre como se habían enterado y ella le había dicho que había encontrado a Mingi paseando en el patio, en ese momento Seonghwa se había enojado porque nunca le dio permiso de ir por ahí y hasta ese día en la mañana había estado molesto, pero durante el examen se le fue pasando porque miraba las caras graciosas que hacía Mingi al resolver su examen haciendo que le cause gracia, además que entendía que no era su culpa, pero era algo orgulloso y si en la mañana ya los había casi ignorado, prefería no hablarles ese día y luego se excusaría diciendo que no se sentía bien y por eso quiso volver pronto a casa. Sí, no iba a obedecer a su padre, ya lo había decidido y el día de mañana continuaría su relación con esos dos chicos ignorando a su padre.

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Al día siguiente cuando Yunho entró al aula notó algo raro, parecía que todos lo miraban, algunos asombrados, otros riéndose y otros murmurando entre ellos. Tragó saliva y saludó a todos con energías como de costumbre, a pesar de esas miradas incómodas todos le respondieron el saludo alegres como siempre, pero sentía esa tensión. Eunha que ya estaba ahí desde más temprano se le acercó.

- Mira esto -la chica le enseñó una página web en su celular. Era la página de la escuela creado por alumnos para alumnos donde ponían quejas del colegio o chismes- apareció hoy en la mañana

Yunho agarró el celular para ver lo que decía.

"Varios notaron que Yunho se acercaba a Park Seonghwa, pero al parecer la razón es que se siente atraído por Seonghwa y de milagro Park aún no lo ha golpeado. Es mejor advertirle pronto ya que es nuevo y tal vez no lo sepa. Tal vez Seonghwa está esperando el momento para votarlo a patadas."

Los ojos se le abrieron muy grandes al terminar de leer, no le había dicho a nadie a parte de Mingi que le gustaba Seonghwa, no había forma de que alguien ahí lo haya notado ya que incluso en todo el mes nadie dijo nada y justo cuando se lo dice a Mingi apareció esto.

- Creí que debías verlo, pero no se sabe quién lo publicó porque nadie usa su nombre real ahí, pero lo escribió un tal "M3I"

- Gracias por avisarme -respondió apagado. Ya sabía por qué todos lo miraban de esa forma, pero lo que más lo desconcertaba era que Mingi pudo haber hecho algo así y aunque hasta el usuario podría sugerir que si se trataba de Mingi, no lo creía por eso necesitaba preguntarle él mismo.

Después de Eunha, desde un grupo de chicos que conversaban adelante, uno se le acercó. Era Choi San, un chico muy delgado y de rasgos finos, pero sin dejar de verse masculino.

- Yunho, creo que el primer día que llegaste preguntaste por Seonghwa y te dijimos que no es bueno que te acerques a él -se apoyó en su carpeta para conversarle sin alzar tanto la voz- creo que lo tomaste como broma, por eso todos están preocupados por ti, no queremos que te pase algo como a su ex, ya sabes... es mejor que te figes en otro

Yunho iba a responderle de mala gana sin importarle que se ofenda, cuando justo vio a Mingi entrar por la puerta saludando con la mano y su típica encantadora sonrisa.