† 3 †

55 11 0
                                    

Actualmente el día de darle una respuesta al Demonio es hoy, así que aprovechando que es viernes y que no lo vería por dos días, ya que era fin de semana, decidí evadirlo en la escuela, no quiero verlo ni mucho menos tenerlo cerca.

Por eso al salir de la escuela rápidamente había salido literalmente corriendo hacia mi casa.

Pero me sorprendí al verlo en la puerta de entrada de mi hogar esperándome.

Mi madre me ha enseñado muchas veces técnicas para la concentración y la relajación, así como también actuar como si nada me afectara. Mi mamá es una de las más reconocidas presentadoras de los noticieros nacionales, la famosa periodista y presentadora Charlotte Días. Cada una de las técnicas que me ha enseñado las aplico cada vez que El Demonio Prodigio esta cerca.

Respiré hondo disimuladamente.

—¡Vaya! Sino te conociera perfectamente pensaría que me acosas.— digo fingiendo tranquilidad.

— No es un secreto para ti que lo hago desde hace mucho.— responde alargando la última palabra.

— ¿Qué haces esperándome en la puerta de mi casa? Y ¿Cómo llegaste antes que yo?— cuestiono, yo había sido una de las primeras alumnas en salir de la escuela, ni siquiera había esperado a mi mejor amiga y todo para no encontrarme con el demonio.

— Vi que Delmy salió sola del salón de química y supuse que habías sido tan cobarde que saliste antes para no enfrentarme.— lleva puesto el uniforme de la escuela con la excepción que el saco se lo ha quitado, su cabello castaño esta un poco desordenado.— Al darme cuenta simplemente manejé rápidamente hasta aquí, esa es la ventaja de tener licencia a mi edad.— dice con altanería.

Normalmente en mi país las licencias de conducción se pueden tramitar después de los dieciocho años, pero debido a la larga fila de campeonatos que El Demonio Prodigio ha traído al estado y a la escuela y también gracias el dinero de sus padres, Ricardo Andersón con dieciséis años obtuvo su licencia de conducir.

Y yo a solo días de cumplir dieciocho apenas y manejar bicicleta.

No ni de que me sorprendo si el desgraciado saldrá de la preparatoria con diecisiete años.

— Entonces supongo que quieres una respuesta a si...— no puedo terminar de hablar porque me interrumpe.

Rick deja su lugar en la puerta de entrada y se acerca a mí, mi respiración se detiene cuando su mano viaja a mi barbilla y con su pulgar acaricia mi labio inferior. Sus ojos avellana casi verdes miran detenidamente mi boca y sus pupilas se dilatan. Yo no me puedo mover, ese es el efecto que el desgraciado causa en mí, a pesar de lo que pudo haber pasado en el campamento.

— Sé que en éste momento me dirás que no, usarás como pretexto el hecho que dices no recordar nada de lo que vivimos en el campamento, pero lo recordaras tarde o temprano y entonces serás tú quién quiera que estemos juntos.— dice y sus labios rozan mi mejilla lentamente para dirigirse a mi oído.— Siempre ha sido así y lo seguirá siendo. —

No sé a que se refería con lo último que susurró, yo nunca he hecho nada por seguirlo o estar con él. Es por eso que pregunto...

— ¿Qué quieres decir con eso último Rick?— cuestiono alejando su mano de mis labios. Odio que siempre haga lo mismo, que se acerque con tanta confianza a mí, me diga cosas confusas y luego no me aclara nada.

— ¿A qué te refieres?— dice con una sonrisa torcida en sus labios.

— Siempre me dices cosas como sí  supieras lo que pasará, o como sí tuvieras un poder sobre mí que hará que caiga a tus pies.— él eleva una de sus cejas y me ve de arriba abajo.

— Aún no tengo ése poder, pero no hará falta Elimar, tarde o temprano admitirás que quieres estar conmigo y entonces no habrá retorno para ti. —

¿No habrá retorno?

¿Qué diablos quiere decir con eso?

— Lo estás haciendo de nuevo. ¿Qué es eso de qué no habrá retorno para mí? A veces creo que estás loco. — pregunto alzando solo un poco la voz.

—No es nada, es solo que no deberías poner atención a todo lo que te digo o la loca terminarás siendo tú.— me pasa por un lado acariciando mi mano con sus dedos y se dirige a su auto.— Ah, disculpame con tus papás diles que no me quedaré a cenar. —

— Y nuevamente no me dirás nada más, ni siquiera lo que pasó en el campamento. —

— Exactamente. — responde riendo con suficiencia.

— Odio cuando te quieres hacer  el misterioso o interesante evitando mis preguntas. —

— Pero aún así te gusto. — su sonrisa es aún más ancha.

— No me gustas, es más doy gracias al cielo porque por fin mañana sábado no te veré. —

—Tu familia y la mía tienen una parrillada o cena mañana. — me informa y me golpeé mentalmente.

Mierda.

— Nos vemos mañana preciosa, ponte hermosa para verme. —me dice y sonriendo de lado se marcha.

¿Es en serio? Solo vino a atormentar mi mente.

—Adiós cabrón. — le digo molesta dirigiéndome a la puerta.

— Te voy a lavar esa boca con jabón preciosa.— Lo escucho gritar desde su auto.

Bufo.

¿Quién en sus cinco sentidos llega a la casa de alguien solo para cruzar unas palabras?

Bueno, tampoco es como si viviéramos lejos, unas cuadras nos dividen únicamente.

Pero parece más como si me vigilara, no entiendo como mierda hace para saber lo que haré.

Quizá quiere tenerme controlada y asegurarse de que no le diré a nadie de lo que pasó en el campamento.

Aunque no recuerdo nada, esta que de alguna forma que al Demonio Prodigio no le conviene que yo hable con algo de mis sospechas, de mi presunta violación o de que sospechó que fui drogada y por eso no recuerdo nada.

Pero voy a averiguar que rayos me hizo ese Demonio y lo voy a desenmascarar ante todos, para que ésa fachada de niño perfecto caiga de una vez por todas.

No voy a permitir que lo que me hizo se repita con alguien más, estoy segura que tuvimos sexo y no creo haber consentido eso. Aunque en las fotos no me vea forzada, puede ser por la droga que me dio seguramente en esa cerveza.

Voy a llegar al final de esto.

El Demonio Prodigio no puede salirse con la suya.

Por favor comenta y vota para saber que está siendo de tu agrado esta historia.✨🌟

No Tan Secreto.Where stories live. Discover now