Capítulo 31

4.2K 251 642
                                    

Sentada sobre el suelo de la terraza de la Heights Alliance, Asuka lloraba en silencio tratando de encontrar la manera de escapar de la angustia que la consumía, pero a pesar de sus esfuerzos no lo conseguía.

Durante largos minutos, había intentando entrar en negación, de albergar al menos una esperanza de que todo tuviera solución y las cosas volvieran a la normalidad, pero su alma ya había asimilado que eso era imposible, no había vuelta atrás.

—Tokoyami-kun, por favor...

—Ya basta, Kiyama-san. Esta amistad terminó. Mantente apartada de nosotros.

Y eso había sido todo. No había sido capaz de detenerlo o decirle algo más.

Había hecho todo lo que podía. Había puesto a un lado su turbación para buscarlo y hablarle en varias ocasiones, estando dispuesta a contarle su historia al completo para hacerlo entender, pero si él ya no quería volver a ser su amigo, no podía hacer nada más. Lo dejaría en paz.

Pero dolía demasiado. El cariño que sentía por Toyokami era demasiado fuerte y especial. Después de Tsuyu, era el primer amigo que había hecho en la academia, por lo que no podía simplemente olvidarse de él como si nada y fingir que todo estaría bien. Recordaba perfectamente cómo lo había conocido, y eso, para una persona como ella, demostraba lo importante que era su en vida.

~~~

—Oye, ¿te encuentras bien? —Le preguntó un chico con cabeza de cuervo interrumpiendo su lectura, haciéndola elevar el rostro de las páginas y darse cuenta sólo hasta ese momento de que sus mejillas estaban mojadas.

Al haber ingresado a la U.A. unas semanas más tarde de lo usual, la joven águila no había logrado congeniar aún con todos sus compañeros al punto de sentirse cómoda, por lo que sus visitas a la biblioteca eran frecuentes en espera pacífica de que todo siguiera su curso. En ese momento se encontraba allí leyendo un libro que la tenía totalmente atrapada.

—¡Oh! S-sí, estoy bien. —Contestó ella limpiándose el rostro, avergonzándose un poco de haber sido descubierta en esas condiciones. —No me pasa nada malo.

—¿Estás segura? —Insistió él con expresión tensa, sorprendiéndola levemente con su amabilidad.

—Sí. No te preocupes. —Aseguró ella con una brillante sonrisa.

—¿Puedo saber a qué se debe tu llanto? —Indagó él, y la albina no pudo evitar sonrojarse ante la pregunta.

—Bu-bueno, vas a pensar que estoy loca. —Respondió con una risa nerviosa, pero sabiendo que si no respondía la verdad aquel amable joven se preocuparía sin necesidad, decidió continuar. —Ha muerto mi personaje favorito de la historia. —Reveló levantando el libro que sostenía, y el chico emplumado se quedó tan estupefacto que no pudo pronunciar palabra.

Kiyama volvió a reír quedamente y cerró el ejemplar con lentitud, teniendo claro que efectivamente el chico pensaba que estaba loca.

—Me disculpo por haberte inquietado. Soy muy emocional y suelo adentrarme mucho en la historia. —Explicó con calma, observando directamente los ojos rojos del chico. —En verdad lo siento, pero te agradezco mucho tu preocupación.

El chico emplumado siguió sin decir nada, al parecer impresionado con algo, por lo que la chica optó por hacerle un leve asentimiento y levantarse de su asiento, pensando en que debía aprender a controlarse mejor para no perturbar a sus compañeros.

—L-lo lamento, me perdí un momento en mis pensamientos. Soy Tokoyami Fumikage. Un placer. —Logró decir el chico antes de que la de ojos dorados se apartara, consiguiendo de inmediato su atención.

Lo que significa ser un héroe [Katsuki Bakugo x OC]Onde as histórias ganham vida. Descobre agora