Capítulo 43

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—Esto es una puta mierda.

Bakugō se encontraba profundamente irritado, observando con impotencia cómo Asuka trataba de soportar el dolor que un monstruoso dolor de cabeza aderezado con cólicos menstruales la estaban asediando.

Cuando esa mañana no se había presentado a desayunar, tanto sus amigas como él habían ido en su busca, y al recibir sólo una queja ahogada como respuesta, el platino había forzado la cerradura con una explosión sin pensarlo dos veces.

—Es muy duro a veces, sí. —Le contestó Mina acariciando el brazo de la albina en gesto reconfortante, recibiendo una mirada apesadumbrada como respuesta. —No te preocupes, Asuka-chan, la pastilla para la jaqueca pronto hará efecto y Tsuyu-chan ya te está trayendo una bolsa con agua caliente para tu vientre.

—Gracias. —Musitó ella muy bajito, cerrando sus ojos deseando poder dormirse otra vez.

La joven águila se encontraba en su cama hecha un ovillo, con Mina sentada a su lado y Katsuki parado al lado de la cabecera, recostado contra la pared.

—Por un demonio, ¿esto es siempre así? —Articuló el rubio entre dientes mientras miraba el rostro afligido de su novia, tan frustrado que le estaba costando no ponerse a gritar.

—A veces sí, a veces no. —Volvió a responder la rosada, también entre susurros para no molestar a Asuka. —Yo también he tenido días malos, pero nunca uno así.

Aquello irritó aún más al joven, cuestionándose otra vez el porqué las cosas tenían que ser de esa forma, pero antes de que pudiera volver a quejarse en voz alta, la puerta de la habitación abrió repentinamente, haciendo que los jóvenes voltearan a mirar enseguida pensando que se trataba de Tsuyu, pero estaban equivocados.

—¿Qué está pasando ahora? —Inquirió Aizawa entrando en la estancia con lentitud, haciendo un gesto extraño al vislumbrar la escena.

—Asuka-chan tiene un terrible dolor de cabeza y muchos cólicos. —Respondió Ashido atribulada, siendo acompañada por un gruñido molesto de Bakugō. —Como no bajó a desayunar, vinimos a buscarla.

—Mmmm... —Musitó el moreno como respuesta, a lo que la heroína del ácido se hizo a un lado al ver que su sensei se acercaba a su amiga, agachándose a su lado para poder hablarle en voz baja. —Señorita Kiyama, ¿cómo te encuentras?

—Mal. —Respondió ella sin abrir los ojos, consiguiendo que un nuevo bufido resonara en la garganta de su novio.

—Entiendo. Llamaré a Recovery Girl para que venga a verte. —Declaró Shōta en tono bajo. —No te preocupes por las clases de la mañana. Quédate en cama.

La albina simplemente asintió con pesadez.

—¿Puedo quedarme con ella? —Preguntó Mina levantando su brazo con energía, consiguiendo que su maestro la observara. —No podemos dejarla sola toda la mañana.

—Ashido, no creo que...

—Yo me quedaré con ella. —Interrumpió Bakugō con tono autoritario, recibiendo las miradas perplejas de sus interlocutores. —Es mi chica y voy a cuidarla.

Ante aquella declaración, Mina estuvo a punto de soltar un grito emocionado y Aizawa ya iba a replicar, pero la puerta de la habitación volvió a abrirse frenando en seco las reacciones de ambos.

—¿Gero? Aizawa-sensei, buenos días. —Saludó Tsuyu en voz baja, trayendo entre sus brazos lo que había prometido. —¿Cómo sigue Asuka-chan?

—Mal. —Respondió Katsuki acercándose a la peli verde con la mano extendida, a lo que la chica reaccionó por instinto y le entregó la bolsa caliente con las cejas elevadas.

Lo que significa ser un héroe [Katsuki Bakugo x OC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora