Historias de Northuldra (Parte 2)

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Agnarr decidió dejar sus estudios de economía a un lado y así, poder enseñarle finlandés a Vindy.

Con asombro, descubrió que la niña aprendía rápido y que parecía disfrutar de aprender cosas nuevas aunque pareciera que nunca las utilizaría.

-El mejor regalo que puedes dar es conocimiento,- dijo "Vindy" encogiendo los hombros como si dijera algo trivial.

Pero su comentario dejó boquiabierto a Agnarr.
Era escuetamente simple, pero extraordinariamente cierto.

-Vindy...- dijo el príncipe un tanto cohibido, -Tú...

-¿?

-No, nada...

-Oh, no ¡Ahora me dices!- replicó Vindy y se acercó a él.

Por un segundo, Agnarr creyó que la niña se le echaría encima, como cierta hija de condes (Sigride).

Pero no fue así.

¡BAM!

En lugar de eso, Vindy tomó el grueso libro abierto de finlandés y se lo cerró de golpe en la cara al futuro monarca.

Tras eso, Agnarr cerró los ojos y sacudió un poco la cabeza.
Luego sonrió.

-Bueno, me preguntaba si eres... de Northuldra.

Vindy lo miró con extrañeza.
-¡Sí, por supuesto!

Agnarr se ruborizó.
-Es que... como no ví a ningún niño o niña mientras comíamos, creí que... pues...

Iduna recordó lo que Taunot le había dicho; durante la visita de los nativos de Arendelle, los niños y los adolescentes se quedarían en sus casas, mientras que los líderes, los ancianos y sólo algunos cuantos adultos les darían la bienvenida, lejos del pueblo.

Iduna lo miró fijamente, con una expresión que Agnarr no pudo descifrar.

Al príncipe le parecía que ella estaba intentando "leer" sus pensamientos. Sin darse cuenta, un tenue rubor apareció en sus mejillas.

-¿Puedes guardar un secreto, Agnarr?- preguntó Iduna, la cual notó el rubor en la cara del chico, pero supuso que era porque el sol vespertino le estaba dando de pleno en la cara.

-S-sí... por supuesto.- titubeó él.

-A mí me dijeron... que acercarse a ustedes, estaba prohibido.
Tras decir eso, Iduna bajó la cabeza, un poco triste.

-¿Qué? ¿P-pero porqué?

Iduna (Vindy) negó con la cabeza.
-La verdad, es que no me lo explicaron bien. Mis padres murieron y...

Agnarr soltó un grito ahogado, con cara de espanto.
-¡Vindy! ¡Yo no...! ¡Lo siento, en verdad!

Pero ella lo miró sorprendida y luego se dió cuenta desu error. Entonces, rápidamente negó con la cabeza.

-¡Oh, espera! A ver, oye... la cosa es que en realidad... No los conocí.

-¿Qué?

-Pues... Mi mamá murió después de que yo naciera. Y mi papá... murió en la inundación.

-¿Qué inundación?

Iduna se quedó de piedra.
¿Él no sabe sobre eso?
Desconcertada, la niña decidió no hablarle del asunto.

-Fue una inundación...que... ocurrió hace muchos años. Y... casi nadie del pueblo nos habla sobre eso.

Agnarr asintió, pero su cara aún delataba una profunda angustia.

-Bueno... me dijeron que mis padres eran buenos porque crecieron sin ver las cosas que habían fuera de Northuldra. ¡Por favor, no me odies!

Después de decir eso, Vindy se tapó la cara con las manos; no quería que Agnarr se molestara con ella, pero tampoco tenía la voluntad para mentirle.

Agnarr no entendía muy bien a qué cosas se refería, pero a él también le habían omitido ciertas cosas que, según varios adultos:
"Se las explicarían cuando fuera mayor."

Igual y se refieren a las cosas malas de otros reinos. Y aún no nos conocemos bien. Pero eso cambiará pronto; Mattias, los soldados y los constructores... todos son muy buenas personas. Sólo necesitamos tiempo para demostrárselos.
¡Sí, eso es!

Con esos pensamientos positivos, Agnarr se convenció de que los nativos de Northuldra sólo necesitaban convivir más con ellos.
Se acercó a Vindy y le puso una mano en el hombro.

-No, Vindy. Sabes, yo tampoco sé muchas cosas... pero sí sé que me agradas, ¡Eres muy lista y divertida!

Sorprendida por los halagos y por sentir la mano del chico en su hombro, la niña lo miró y sonrió aliviada.

Pero entonces...
AH, AH, AH, AAAHHH...
Vindur dió una llamada de alerta.

Agnarr oyó unos pasos familiares que se acercaban.

-¡Es Mattias!- dijo en voz baja.

-Debo irme,- murmuró Iduna, mientras se levantaba.

-¿Te veré otra vez?- preguntó Agnarr, levantándose también.

-Aquí mismo... lo intentaré,- dijo Iduna antes de correr una velocidad que dejó a Agnarr tan sorprendido como impresionado.

Mucho más allá de Frozen Où les histoires vivent. Découvrez maintenant