Lecciones constantes; senderos cambiantes

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-Entonces, para terminar, repita el más importante de los preceptos reales...

Agnarr se aclaró la garganta y de pie, con sus manos entrelazadas tras su espalda, dijo de la forma más solemne posible:
"Un rey siempre ve por su pueblo. Ya sea grande o pequeño; próspero o pobre...Los ehm..."

Agnarr titubeó.

-"... principales asuntos que el rey debe tratar para que su gente viva con seguridad son: educación, salud, alimentación, vivienda, trabajo y..."

Pero Agnarr se sonrojó y murmuró:
-Lo lamento...

El profesor Jean cerró el libro y negó con la cabeza.
- Alteza; debo decirle que últimamente lo hallo muy distraído.

Agnarr bajó la mirada, avergonzado.

-No me va a quedar más remedio que hablar con el rey al respecto...

(...)

Mientras el maestro hablaba con el rey Runeard en el despacho de éste, una doncella le hizo señas al chico para que subiera al cuarto de su madre.
Agnarr comprendió y se deslizó por los hermosos corredores del palacio, como un pequeño ratoncito.

(...)

La reina Freyanna yacía sentada en un camastro al lado de una enorme ventana y leyendo un libro.

Agnarr entró y cerró la puerta detrás de él.

-Cariño; me enteré que te está costando trabajo concentrarte.- dijo su madre, cerrando el libro, con un dulce tono de preocupación.

Agnarr se acercó a ella, con su rostro triste y pensativo.

Ya estaba acostumbrado al hecho de que su madre siempre supiera qué pasaba en el palacio.
¿Cómo lo hacía?
No tenía ni idea.

Y aunque varias veces se lo había preguntado, ella ponía su dedo índice en sus labios, y decía:
"Ése es mi secreto".

-¿Hay algo que te esté preocupando?

-¡No, de verdad!

-Supe que la hija de los condes Yokalden, te hizo cosquillas de nuevo en la sala de estudio. No es correcto que jueguen así, Agnarr.

Pero Agnarr negó con la cabeza.
-¡Yo no juego con ella; es ella la que me sigue y juega así conmigo! Le digo que basta, pero...

-Entiendo,- dijo la reina estirando su mano y pidiéndole a su hijo que se acercara.
- Entonces ¿qué es lo que no te deja enfocarte?

Agnarr suspiró.
- Yo... no puedo dejar de pensar en Northuldra, mamá. Desde que sé que existe, yo...- el príncipe se detuvo y avergonzado, la miró.

Pero, decidió continuar.
- Y ahora, unos emisarios van a ir. Y van a volver contando un montón de cosas y...

-Y tú no quieres que te cuenten. Tú quieres ver por tí mismo.

Agnarr asintió, con los ojos vidriosos.

La reina Freyanna, suspiró.
-Escucha; creo que puedo convencer a tu padre para que vayas. Pero bajo ciertas condiciones.

Agnarr miró a su madre, sorprendido.
-¿Lo dices en serio?

-Pero... tendrás que volver a enfocarte en los estudios como antes.

El rostro de Agnarr se iluminó de emoción.

-¡Sí, les prometo que sí!

Su madre rió con ternura.
- Muy bien; ¿Qué te parece si estudiamos juntos ahora?

Mucho más allá de Frozen Where stories live. Discover now