Capítulo 22

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N/A: ¡Hola,Hola! Bueno hace bastante que no subo y bueno aquí os dejo uno bien largito, Ya estamos en época navideñas así que este capítulo va a ser navideño y bueno algunas cosas mas que descubrireis... ¡Espero que os guste, os dejo con la lectura! ;)

PD:Este capítulo va dedicado a Ori, que se lo prometi que iba a subir jijiji y al grupo de whattsap ¡Que sois la pera chicas!


—¡Cómo me duelen los pies, Álex!

Gabriela y yo llevábamos horas pateándonos Goya de arriba abajo con las compras navideñas. La mañana había sido fructífera: tenía regalos para mi madre, mi padre, la tía Beatriz y Eduardo, y todo por menos de setenta euros. ¡Un récord!

—Yo también estoy muerta —admití.

—Podíamos ir andando por Conde de Peñalver hacia el Burger King y así luego pillamos el metro en Diego de León, ¿te parece? —ya me extrañaba que no hubiera propuesto antes parar a comer algo.

Había una caminata considerable, pero de ese modo nos evitaríamos el transbordo para coger la línea 6—. Eso sí —continuó mientras esperábamos a que se pusiera verde el semáforo para cruzar—, me tienes que hacer un préstamo, porque me he quedado pelada.

—¿Te lo has gastado todo? ¡Pero si aún no les has comprado nada a tus padres ni a tu hermano!

—Es que paso de regalarles. Estoy en uno de esos momentos en la vida en que me encantaría ser huérfana e hija única...

—¡Mira que eres bestia! —repliqué pasmada—. No sabes lo que dices...

Inevitablemente, pensé en Harry. Tal vez, de haber tenido padres o hermanos, su vida no habría sido tan complicada.

—¿A quién te recuerda el modelo de esa foto? —Gabriela se había detenido en una pequeña tienda de ropa. No había duda: la misma altura, la misma constitución , el mismo color de piel y esos ojos verdes que tanto me cautivan, podría ser Harry en persona.

—La camiseta es superchula y muy de su estilo... Seguro que le sienta fenomenal, porque al maniquí de al lado le queda clavada —no me había planteado la posibilidad de regalarle nada, pero aquello era perfecto—. Son quince euros... ¿Qué hago? ¿Se la compro?

—¿Tú estás loca? ¿Te vas a gastar quince pavos en él? ¡Dios, tú estás enamorada!

—¡Pero ¿qué dices?! No es eso... Es que seguro que no recibe muchos regalos y le va a hacer ilusión...

—Y quieres que te lo agradezca con un buen pol...

Le tapé la boca para impedir que dijera nada más, pues una señora que se había parado a nuestro lado nos estaba fusilando con la mirada.

—¡Vamos! —tiré de ella hacia el interior de la tienda—. Al fin y al cabo, es Navidad.

Durante todo el día, no paré de darle vueltas a lo que había dicho Gabriela. Yo me había pasado la vida pidiendo un hermanito por Navidad como el que pide un perro, hasta que mis padres se separaron y entendí que aquello era inviable. Cuando años después mi madre conoció a Eduardo, él insistió hasta la saciedad, pero mi madre se negó en banda. Decía que era demasiado mayor y que su maternidad ya estaba satisfecha conmigo. Yo tenía padre y madre, incluso padrastro. De hecho, mi problema era decidir con quién pasaba las fiestas, porque todos se peleaban por querer estar conmigo. Sin embargo, la historia de Harry era bien distinta. Él no tenía a nadie más que a Rubén y Darío y, aunque le adoraban, no era lo mismo.

Poco a poco, una idea comenzó a forjarse en mi cabeza. No estaba segura de cómo podría tomárselo, pero cada vez estaba más decidida.

—Papá, ¿tú sabes de qué equipo es esta camiseta?

Pero a tu lado │Harry Styles│Donde viven las historias. Descúbrelo ahora