Capítulo 32

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N/A:Hii chicas..!! Bueno me e atrasado un poquito subiendo capitulo, pero entre el bachiller que me tiene loca y que estoy malilla no e podio subir, pero aqui lo teneis. Bueno no se si lo dije en el capitulo anterior o no (vaya cabeza la mia) pero la novela esta ya en casi su final, quedan poquitos capitulos, no sabeis la pena que me da... ;( , bueno os dejo leer en paz... Xaoo, besines <3 <3

Comencé la semana con bastante mal humor. No era capaz de quitarme de la cabeza que Morgan había dormido en casa de Harry ,pero eso era casi lo de menos. Lo que peor llevaba era que me apartara de esa manera, porque me descolocaba totalmente. ¿Cómo podía besarme del modo que lo hacía y luego dejarme a un lado? ¿Qué esperaba que hiciera?

Los siguientes días le mandé algunos mensajes para ver cómo se encontraba y para saber si iría a clase, y él se limitó a responderme con frases cortas en las que me contaba que su evolución era favorable. Y nada más. Ni un «te echo de menos», ni un «me apetece verte»... Y lógicamente no iba a ser yo la que tirara el anzuelo. El jueves, supe por Kobalsky que iban a ensayar, así que asumí que ya se habría recuperado, pero él no tuvo a bien informarme de ello y el viernes me lo encontré de bruces en el pasillo del instituto. Me había quedado un rato en la biblioteca haciendo tiempo hasta la clase de la autoescuela porque sabía que, si pasaba por casa, con lo que estaba lloviendo, me iba a dar pereza salir y me la saltaría de nuevo.

—¡Hola! —pareció alegrarse de verme.

—Hola. Tengo prisa —dije seria.

—Ya lo veo, casi me arrollas.

—Lo siento. ¿Estás ya mejor?

—Casi bien del todo. Solo tengo la voz un poco tomada aún.

—Me alegro por ti.

—¿Te pasa algo?

—¿A mí? Nada. ¿Por?

—Si tú lo dices... ¿Tienes planes para hoy?

—Pues ahora me voy a la autoescuela y luego he quedado con Gaby —mentí. No quería que pensara que dependía de él para organizarme. Seguí mi camino hacia la salida—. Ya hablaremos.

Caminé despacio con la vana ilusión de que me llamara o que viniera corriendo detrás de mi y me cogiera del brazo como en la pelis. Pero...No lo hizo. Al dar la vuelta al fondo del pasillo, miré disimuladamente, pero él ya no estaba.

Tras la clase, fui a cortarme el pelo. Quizá, con un cambio de look mejoraría mi estado de ánimo. El efecto fue el contrario, por esa manía de algunas peluqueras de hacer con el cabello ajeno lo que les da la gana a pesar de haber recibido instrucciones concretas y explícitas sobre cómo proceder. Durante la cena, mi madre trató de defender mi nuevo aspecto esgrimiendo que me hacía parecer más esbelta. No era precisamente el argumento que necesitaba y es que hay días en que la sinceridad materna no ayuda en nada.

A la mañana siguiente ya llevaba un rato despierta cuando oí a mi madre canturrear en el piso de abajo. No podía dejar de pensar en lo que debía hacer. Además, el día había amanecido gris y lluvioso, lo que no contribuía a mejorar mi estado de ánimo. Estaba a punto de dar media vuelta e intentar dormirme de nuevo cuando mi madre apareció en mi habitación:

—Voy a poner una lavadora de ropa blanca. ¿Tienes algo?

—No, nada...

Se sentó en mi cama y me besó en la frente.

—¿Estás bien, cariño? Te noto seria desde hace unos días.

—Estoy bien, mamá. No te preocupes.

Intentaba no mirarla directamente para que no pudiera leer en mis ojos la verdad.

—No será por el pelo. En serio que estás muy guapa...

Pero a tu lado │Harry Styles│Where stories live. Discover now