Comienzo a alejarme e intento mirarlo a través del cristal de la ventana, pero no me lo permiten. Soy enviado con ferocidad de vuelta al asiento mientras recorremos las calles ruidosas de Mirellfolw, llevándome a ser temor ante la reprimenda que me dará mi padre.

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En el momento en que arribamos al palacio, los guardias me llevan hacia la oficina de mi progenitor. Veo a mi madre asomarse en la puerta de su salón personal pero no Interviene de ninguna manera. Ella conoce el carácter de mi padre y no está dispuesta a hacerle frente.

Francis se cruza en mi camino y con un gesto de decepción me hace saber que desaprueba mis decisiones ¿quién se cree este anciano? Es solo el consejero de mi padre, no tiene derecho a cuestionar mi comportamiento.

La puerta se abre sin más remedio y en su interior veo a padre sentado en su escritorio de Agar, levanta la vista hacia mi y sus temerarios ojos verdes me observan con enojo.
Mamá dice que tenemos el mismo color de iris.

- Dame una buena razón por la cual no deba enviarte a tu habitación para que así no puedas ver la luz del sol en meses - Ordena con voz rígida.

- No volverá a suceder. - Es lo único que puedo decir dada mi situación.

- Créeme que no y de eso me encargaré yo. - Espeta levantándose del escritorio. - Si te vuelvo a ver cerca de ese pueblerino lo desterraré de Lacrontte.

- No es necesario llegar a esos extremos.

- Entonces debes tener claro que no puedes juntarte con ese tipo de pobladores.

- Pero él es mi amigo.

- No quiero que te pase nada Magnus, eres el hijo del rey en un mercado de personas pobres. ¿crees que no habrá alguien que busque secuestrarte para pedir dinero por tu rescate?

- ¿Por qué le odia tanto?

- Porque te amo a ti y no voy a permitir que te mezcles con alguien que no está a tu nivel.

- Padre no sea cru...

- No me refutes, ya todo está dicho. Eres mi único hijo y dime ¿qué haría yo si algo te pasará?

- No puedo concebir el hecho de que lo desprecie de tal manera.

- Y es hora de que tú comiences a despreciarlo también, no es una buena compañía para ti. Prométeme Magnus que no te volverás a acercar a ese joven.

No me gusta que mi padre me imponga sus reglas. Él es mi amigo y no quiero alejarme, pero si hay algo que me han inculcado día y noche es que cada frase de mi padre es una orden que debe cumplirse sin increpar.

- Lo prometo. - Respondo, mirándolo a los ojos.

- Un hombre cumple su palabra y tú no eres cualquier hombre, eres el príncipe heredero a la corona de Lacrontte. - Me recuerda con autoridad. - Nada nunca estará por encima de ti y ese lugar, y todos esos sucios aldeanos jamás serán dignos de tu compañía.

Mientras padre termina de dar su sermón, la puerta es abierta para dejar entrar a mamá, quien camina hacia mi y apoya sus manos en mis hombros.

- ¿Se ha terminado la reprimenda? - Pregunta con voz suave.

- Magnus debe entender que lo hago por su bien.

- ¿Madre estás de acuerdo con esto? - Pregunto esperezando aún cuando ya conozco la respuesta.

- Ya tu padre habló y él tiene la última palabra. - Dice acariciando mi mejilla. - Y tú como hijo obediente cumplirás lo que él te ha pedido.

El corazón del Rey. [Rey 3]Where stories live. Discover now