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**MAX**

Una fina capa de sudor cubre mi frente mientras observo detalladamente el resultado de mi esfuerzo, la figura plasmada en el lienzo, aunque es un excelente trabajo, no le hace honor a su absoluta belleza.

Ella es así, una obra de arte, no puedes dejar de contemplarla y cuando te das cuenta, ya estas maravillado ante su existencia.

Sonrío al recordar el encuentro con la demonia, ahora entiendo mejor como mi hermano cayó ante sus encantos.

Tiene un carácter fuerte, segura de sí misma, tanto que hace que tus piernas flaqueen cuando la tienes al frente, pero eso solo le sucede al tonto de skyler, conmigo es diferente.

Escucho el sonido de la puerta mientras se abre.

—Señor, han traído esto para usted.—Mab llega hasta donde me encuentro y me entrega una pequeña caja de color vinotinto.

—¿Eso es lo que creo?.— Pregunta un poco emocionada.

—¿Te han dicho alguna vez que preguntas mucho?.—Ambos sonreímos y acaricio su arrugada mano.

Sale mi oficina dejándome a solas.

Recorro con mis dedos la delicada pieza, es simplemente perfecta.

Se escuchan pasos apresurados en el pasillo y la voz un tanto alterada de Mab.

Alerta coloco mi mano en la Glock que se encuentra bajo el escritorio y espero, hasta que abren la puerta de mi despacho.

James entra sin pedir permiso con su rostro cargado de ira. Ahora entiendo, seguramente mi nana no le permitia entrar y él como todo un malcriado que es, decició entrar por las malas.

Retiro mi mano del arma y comienzo a teclear en mi laptop ignorando su presencia.

—¿Acaso crees que estoy jugando? Me hiciste venir para dejarme esperandote como un imbécil toda la noche. —Afirma en un tono desafiante.

Sigo tecleando y despues de unos minutos alzo mi rostro para observarlo. Su rostro  completamente rojo de la rabia, sé que mi actitud altiva le cabrea, siempre ha sido así.

Recuerdo cuando eramos niños, yo solía ignorarlo y él llorando, me acusaba con mamá, siempre terminabamos castigados.

Alejo todos los recuerdos del pasado de mi mente, no es momento para ello.

Cabeza fría Max.

—Hola si, estoy bien, también te extrañé. —Hablo sarcásticamente.

—No estoy para juegos. —Rueda los ojos, es un tic que tiene.

—Yo tampoco. —Hablo esta vez más serio—¿Qué es lo que pretendes al venir aquí sin que te llame?.

—¿Y desde cuando yo necesito autorización?. —Me reta con la mirada.

—Ah espera, lo siento.— Rie irónicamente. —Tengo que pedirle una cita a Mab para que luego tú me dejes plantado.

Si supieras en donde estaba anoche.

—No digas estupideces James.

—Como sea, no tengo mucho tiempo. Hoy estaré algo ocupado.

—¿Como va el asunto?

—Igual, es imposible hacerle entender que no es el momento. —resopla.

Sus ojos examinan todo el lugar,  camina hasta el lienzo en el cual he estado trabajando mientras yo rodeo la mesa y preparo dos vasos de wishkey.

Crueles Intenciones ©(+18) ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora