Mi primer todo eres Tú《YunHwa》

1. New student

Este era el último año de secundaria de Jeong Yunho, un chico alto, guapo, carismático, bueno en los deportes, pero pésimo para el estudio.
El vivía en Seúl, pero por el trabajo de su madre tendrían que mudarse a Jinju, la idea no le emocionaba tanto al muchacho ya que tendría que dejar a sus amigos, su casa y todo lo que conocía, pero no quería causarle problemas a su madre por lo que no se opuso, simplemente lo aceptó ya que después de todo solo sería un año y luego volverían para que entre a la universidad.

Llegó el primer día de clases que había esperado con tantos nervios ¿cómo serían sus compañeros? ¿Les agradaré a todos? ¿Qué tal si no me aceptan por venir el último año de secundaria?

Su profesor lo dejó fuera del aula esperando hasta que lo presente. Llegado el momento tomó aire y entró con confianza.

- Hola a todos soy Jeong Yunho -escribió su nombre en la pizarra- me acabo de mudar de Seúl hacia aquí, espero que podamos llevarnos bien -terminó haciendo una reverencia y se incorporó con lentitud por miedo a lo silencioso que estaba el aula.
Vio nervioso al profesor y justo cuando este iba a hablar, algunas chicas empezaron a gritar emocionadas por lo guapo que era y querían que se siente a su lado, pero el profesor le designó una carpeta al fondo junto a la ventana por ser tan alto. A su lado estaba sentado otro chico alto pero no tanto como él, tenía el cabello negro azabache, unas cejas muy varoniles, el rostro ovalado y era muy guapo.

- Hola -le saludó al de al lado mientras tomaba asiento en su carpeta- ¿cómo te llamas? -el chico lo miró de reojo sin voltear mucho, era muy tímido.

- Soy Park...

- ¡Ustedes dos! -el profesor alzó la voz mirándolos- después tendrán tiempo de conversar

- Sí, lo siento -contestó Yunho terminando de acomodarse con todo y sus cosas.

En el recreo muchas personas se amontonaron al rededor del chico nuevo llenándolo de preguntas, chismes y chicas pidiendo su número de contacto.

El chico de al lado, Seonghwa, se sintió incómodo por tanta gente cerca así que salió del salón para buscar un lugar tranquilo donde almorzar.

A la salida cuando Seonghwa ya estaba saliendo de la escuela con algunos libros en su mano porque no le cabían en la mochila, alguien lo jaló por el hombro llamándolo

- ¡¡Ey!! Aún no me dices tu nombre -se apresuró a caminar al lado del más bajo.

- Soy Park Seonghwa -le dedicó una corta sonrisa y volvió a mirar al frente como si nadie estuviera con él.

- Oí que no tienes amigos -dijo Yunho con normalidad y el otro no le respondió - ... y que eres muy inteligente, eres el mejor de la escuela, ¿no?

Seonghwa se detuvo y por primera vez lo miró adecuadamente mientras le hablaba - Seguro que tú ya hiciste muchos amigos -le habló enojado y sarcástico- no tengo amigos porque no los necesito, ¡solo debo centrarme en ser el mejor!

Seonghwa le hizo una pequeña reverencia de despedida y apresuró su paso. Yunho se detuvo porque quedó en shock por la respuesta, la verdad no esperaba nada así. Desde que vio a aquel chico de cabello negro le llamó la atención, parecía triste y solitario por lo que más temprano preguntó a sus nuevos compañeros y le contaron varias cosas sobre Seonghwa:

"ya hemos intentado acercarnos a él, pero es demasiado aburrido como para que seamos amigos; solo sabe hablar de estudiar; aunque es muy guapo nunca ha tenido sexo, no le interesa nada más que él mismo; no sabe hablar; en su anterior colegio le hacían bullying y por eso vino aquí hace dos años; rechazó cruelmente a las chicas que se le declararon; no me agrada; su único contacto deben ser sus padre; me estresa; una vez intenté tocarlo y me golpeó; nunca tendrá amigos; ignóralo; no tiene sentimientos; no le hagas caso; etc"

Escuchó muchos comentarios como esos de todas las personas a las que le preguntó y como Yunho siempre fue muy carismático, buena onda, y el popular de la escuela, esta escuela en Jiju tampoco era la excepción y habían muchas chicas y chicos interesados en él por ser de Seúl, de hecho no había ni uno de sus compañeros de aula con el que no haya hablado y muchos ya lo tenían agregado en line, todos excepto Seonghwa.

- ¡¡Espera!! -Yunho corrió a alcanzar al azabache y se paró a su delante impidiéndole avanzar- Lo siento, no quise ofenderte, solo quería hablar contigo

El más bajo intentó pasar de él, pero Yunho se lo impidió obstaculizando sus caminos moviéndose de izquierda a derecha para que no avance.

Seonghwa dejó de intentarlo y rodó los ojos - ¿Vas a dejarme ir a mi casa?

-¡No!... quiero decir... iré contigo -sonrió mostrándole los dientes.

- Haz hecho alguna apuesta ¿verdad? -lo miró con el ceño fruncido.

- ¿Apuesta? -se cruzó de brazos pensando a qué se refería.

- No te hagas el tonto, siempre que llega algún nuevo a esta escuela apuestan entre ustedes si lograrán acercarse a mí para tener sexo -lo miró desafiante- y te voy diciendo que si es por eso que quieres hablarme, mejor no pierdas tu tiempo -inconscientemente apretó los libros en su brazo y bajó la mirada.

Yunho lo miró asombrado por unos segundos a la vez que su sonrisa desapareció como si de un momento a otro se la hubieran borrado reemplazándola por una cara de asco- No pensé que serían tan estúpidos para hacer algo así, lo siento, no lo sabía y te juro que no yo no lo haré

El azabache sintió un nudo en la garganta con la conocida sensación de querer soltar lágrimas, pero no pensaba hacerlo frente a nadie de ahí. Respiró hondo y tragó saliva un par de veces para controlarse, le había servido muchas veces.

- ¿Por qué te disculpas? -alzó la mirada.

- Han sido muy duros contigo por que finges ser fuerte -Yunho pudo notar las ganas de llorar de Seonghwa, desde el momento en que lo vió pudo sentir la tristeza en sus ojos y ya iba entendiendo cual podía ser la razón- conmigo no tienes que fingir nada, con una sola mirada puedo decir que reprimes tus emociones...

Seonghwa apretó sus libros contra su pecho y miró al suelo sin decir nada. El más alto sintió unas ganas tremendas de abrazarlo y decirle que todo estaría bien, pero se contuvo apretando tanto sus puños hasta que sus uñas se pusieron blancas.