— ¿Y si tienes una razón aún más fuerte para regresar?

Jeno volvió a verse confundido ante sus palabras. Una de sus manos temblorosas por los nervios subió hasta el cuello de su camiseta bajándola suavemente. El pelinegro pareció dejar de respirar en ese momento pareciendo comprender a donde es que el omega parecía estar yendo con todo eso.

— Márcame.

El alfa en ese momento lo soltó, dando un par de pasos hacia atrás un poco asustado por tal petición sin poder quitar sus ojos del blanco cuello que el menor tenía. Una petición como aquella no era algo que habría estado esperando. Incluso se había preparado más para un gran berrinche lleno de llantos y suplicas porque se quedara, pero no para ello. No era algo que hubiera siquiera pasado por su cabeza. Al menos, no que hubiera sido el mismo omega quien se lo estuviera pidiendo. Se había hecho la idea de hacerlo hace tiempo bajo las órdenes de Yang pero cuando las cosas cambiaron, sus planes también y aquel pensamiento había sido arrojado a la basura sin remordimientos.

— Realmente no puedes estar pidiendo eso. Solo estas nervioso y asustado.

Le dijo dándole la espalda, negando con su cabeza para después pasar sus manos por su cabello, tratando de calmarse un poco. La propuesta le tomó por sorpresa. Había un gran NO en su cabeza, no debía ceder ante ese deseo. Jaemin estaba desesperado porque no se fuera, era solo eso. Debía enfocarse, no podía hacer algo como aquello. No podía dejar a su pareja luego de que lo hubiera marcado. Joder que no era lo correcto.

Jaemin mordió su labio inferior al ver cómo es que este había reaccionado. No podía decir que se hubiera esperado que el alfa reaccionara feliz y fácil ante lo que estaba pidiendo. De hecho no era algo que el mismo hubiera querido de esa manera. Incluso aún era virgen. Había leído tantas historias cursis sobre amor con marcas en momentos perfectos, algo planeado y tan deseado. Su momento que había deseado fuera mágico era un desastre de miedo y desesperación, una última forma egoísta de querer atar al alfa a su vida. Era cruel.

Con piernas un poco débiles se levantó y lo abrazó por la espalda. Apoyó su frente sobre la nuca ajena. No lo deseaba de esa manera, no lo quería así porque era casi como obligar al alfa pero su mente no tenía mejor idea, no creía que hubiera otra forma.

— Lo estoy haciendo, te lo estoy pidiendo. Dices que no sabes si volverás, puede que nunca lo hagas pero quiero tenerte conmigo, quiero que vengas por mí y si no se puede, ir contigo. No me importa si tengo que esperar Jeno pero te quiero, te amo y te necesito conmigo. Estoy asustado a morir por lo que te pido y de verdad no quería que hubiera sido así. De hecho estoy odiándolo también pero no hay nada más.

Jeno se rió de forma seca antes de limpiar sus propias lagrimas que caían por su rostro. Estaba enumerando una a una las razones por la cual hacer tal cosa era un error, una gran equivocación que no podía ser hecha. Llevó sus manos hasta las de Jaemin, que se encontraban entrelazadas sobre su abdomen hechas un puño, para soltarlas. Se giró a verle, sujetando su rostro para poder verlo.

— Nana, amor, no podemos. Ninguno ha terminado la escuela, ni siquiera somos realmente unos adultos. No voy a hacerte algo de lo que luego te arrepientas. Podrías conocer a alguien más, amar a otro hombre. Hoy me amas pero ¿En un futuro? Me encantaría decir que el amor que me tienes es para siempre pero es posible que se acabe antes de perdurar toda una vida. Si puedo elegir, quiero ser un hermoso recuerdo de lo que alguna vez fue y no un sentimiento de odio por todo lo que te quite.

La voz del alfa estaba al borde de quebrarse. Jaemin negó con su cabeza una y otra vez, balbuceando palabras para tratar de poder convencer al mayor de lo que quería. Se detuvo unos segundos, respirando profundo y cerrando sus ojos para poder calmarse un poco antes de seguir hablando. Al abrir sus parpados, miró fijamente a su novio queriendo poder lucir seguro de lo que iba a decir.

Opuestos En Común. NominWhere stories live. Discover now