Capitulo 25.

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“Mátenme, por favor, háganlo, ahora.” Fue lo único que pude pensar en ese momento.

¿Demi? ¿Mi Demi, en una cárcel?, eso solo podía ser una jodida pesadilla. Ella no debía estar ahí, ella no pertenece a un lugar así. Ella es un ángel, la chica más buena del universo; las personas que deben estar en un lugar así son las que no tiene un buen corazón, todo lo contrario a Demi.

Cuando Jessica lo digo fue como si una espada hubiese atravesado mi corazón y todo en la sala se quedo en silencio. Yo mire a Jessica con los ojos vidriosos, a punto de derramar lágrimas y ella me dio una mirada llena de lamentos. Empecé a mover la cabeza, negando. Eso no podía estar pasando, no a Demi, no a mí, no a nosotras en el que debía ser un viaje lleno de buenos momentos, que hasta ese instante era toda una pesadilla.

-_______ (tn) lo lamento mucho, yo…

-No, musite, interrumpiendo así a Jessica, mientras corría una solitaria lágrima por mi rostro.

-_______ (tn) por favor…

-¡NO! Grite haciendo que un fuerte eco se escuchara en toda la habitación.

-Cálmate cariño, todo estará bien, dijo una enfermera caminando hacia mí.

-¡No! ¡Nada está bien! ¡¿Mi mejor amiga está en una puta cárcel y usted quiere que me calme?! ¿Qué la pasa maldita inepta? , le lance un almohada que tenia a mi lado, pero ella se corrió así que no alcanzo a golpearla.

-¡_________ (tn)! Chillo horrorizada Jessica.

En medio de todo el caos aproveche para irme de allí, no podía quedarme acostada en una cama mientras Demi estaba allá. Me desconecte como pude de las maquinas y salí corriendo mientras Jessica y las enfermeras gritaban a mis espaldas. Todos allí me miraban asombrados y con una chispa de miedo, pero no me importo, yo solo quería salir de allí y hacer algo por la chica que me había llevado a esa hermosa ciudad, no podía permitir que se quedara en la cárcel injustamente.

Cuando estaba fuera del hospital empecé a mirar hacia todos lados, sin la menor idea de dónde ir o que hacer para ayudarla; eso me hizo sentir muy estúpida. Estaba en una ciudad extranjera, en la cual no llevaba ni una semana, donde hablaban un idioma desconocido para mi, y aun así salí como una loca a ver qué podía hacer, pero al parecer mis posibilidades para remediar la situación eran limitados.

Eso me hizo recordar cuando estuve en un hospital en Dallas y quise disculparme con Demi, era un dejavu, solo que en esta vez la buscaba para ayudarla.

-¡Te tengo pequeña traviesa! Exclamo triunfante alguien mientras me tomaba de la cintura y subía mi cuerpo a sus hombros.

-¡Suéltame! ¿¡Qué diablos te pasa!? Chille dando patadas y golpeando con las pocas fuerzas que tenia la espalda de quien parecía un hombre.

No respondió y me llevo al interior del centro hospitalario. Mientras pasábamos por los pasillos las personas murmuraban cosas entre ellos mismo, lo cual me hizo sentir un poco incomoda. Durante el trayecto decidí no decir nada, para no generar más escándalo del que había hecho, era obvio que Jessica o las enfermeras habían enviado a ese hombre a buscarme.

Se detuvo en la habitación en la cual había estado algunos minutos antes y deposito mi cuerpo suavemente en la camilla. Jessica miraba la escena furiosa, era obvio que estaba metida en graves problemas.

-¿¡Qué diablos te pasa _______ (tn)!? ¿Cómo se te ocurre salir así? ¡Aun no estás bien!

-¡¿Y qué pretendes que haga?! ¡Demi está en la cárcel y no me puedo quedar con los brazos cruzados!, grite mientras las lagrimas corrían por mi rostro.

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