Capitulo 9. Otra más

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Miro a Frank a sus ojos, entre abro la boca al sentirme sin aire en mi pecho.

—Creo que deberíamos irnos ya —Frank comenta, su rostro se veía tentado al igual que el mío.

Ambos sabemos que esto está mal.

—Sí, es mejor, muero de hambre

Ayer a la noche ni siquiera pude ir por mi cena, Frank me tenía en ese sofá sin poder hacer nada.

Si os soy sincera, en serio quería besar a Frank, sentir que es besar el cielo.

Recojo un emparedado que tiene una pinta buenísima. Frank me comenta que su manzana está preparada para ser devorada.

Miro hacía los adentros de la cocina, es enorme, es claro que las cocineras del comedor están preparando el almuerzo. Hay algunas ollas grandes en la estufa.

Recuerdo a la señora tan maja que me dio aquella manzana el primer día, ella se acerca a una de esas ollas y justo como en mi visión, esa olla con agua hirviendo cae sobre ella, el aluminio de la olla hace un estruendo acompañado de los gritos desgarradores de la señora.

Un miedo irracional me consume, mi visión se cumplió exactamente igual y no hice nada para evitarlo. Dejo caer mi bandeja con comida, quiero correr, doy unos pasos hacía atrás, pero las esposas me lo prohiben.

No puedo dejar de ver la escena, a la señora la ayudan un par de otras cocineras mientras otra ordena a los que recogían su desayuno que es mejor que se retiene y que todo está bien.

—Vic, está bien, vámonos —Frank se pone en frente mía, trata de empujarme y alejarme

Ha visto que estoy totalmente paralizada, asustada, aterrada, con la mente en blanco. Dos de mis visiones se han cumplido, y una está pendiente, esto es aterrador, no creo poder acostumbrarme a esto.

—Oye —Él quiere sacarme de mi trance

—Yo pude haberlo evitado, ese es el punto de mis visiones —Suelto, se suponía que era un secreto al que yo nunca se lo había comentado a nadie.

—Estás delirando, Vic, nadie pudo haberlo evitado, tenía que suceder —Sé que si él pudiese ahora tendría mi mejilla rendida a sus caricias, pero su mano libre sostiene la bandeja con su comida.

—Tengo miedo, Frank

Si solo él entendiese, estaría igual de aterrado que yo.

—Estás bien, yo estoy contigo. Te daré de mi desayuno, pero quiero que estes tranquila, ¿vale?

Asiento. Miro un momento hacía atrás, pero él me sujeta de la mano y ya no hay esposas que me hagan seguirlo, ni las

Nos fuimos a sentar junto con Guillermo y Samuel, espero tenga la llave, ya no soporto las ansias de huir, pero esperen, está vez había un chico de pequeña estatura, cabello negro y delgado.

Frank se emociono al verlo que empezó a caminar rápido al punto que yo no podía seguirle así y tuve que correr tratando de que no se cayera mi bandeja con comida.

—Ya era hora, tío. Pensé que no te volvería a ver del primer día de clases —Frank deja su bandeja en la mesa y se acerca a su amigo quien también se levanta para saludarle.

—Ya. —El chico pequeño se levantó de la silla y palmeó la espalda de su amigo; Frank.

Estiró mi brazo por inercia, Alex se separó de Frank y miro nuestras muñecas esposadas sin poder evitarlo.

Inocencia; bysTaXx (La Chica de Ojos Azules)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora