Inocencia; bysTaXx (La Chica de Ojos Azules)

Capitulo 7. Esposas

Ahora que estamos atados a unas esposas policíacas, hemos ido a mi habitación a dejar mi mochila y luego a la de Frank, esperábamos encontrarnos con Samuel y Guillermo y preguntarles el porqué.

—Quiero entender —Frank tiene su mano libre en su cara, con los ojos cerrados y la frustración rebasarle por los poros. —¿Por qué? Digo, ¿sabéis que tenemos vidas por separado? —Frank ahora abre los ojos para levantar sus cejas e incriminar a sus amigos

—¿La verdadera pregunta es sobre cuánto tiempo estaremos así? —Pregunto ahora, tal vez así se aclaren las cosas

—Veinticuatro horas, lo hemos estudiado bien, ¿vale? Mañana tenéis todas las clases juntos —Guillermo responde mi pregunta

—No podéis iros a clases mañana con la misma ropa de hoy, así que os daremos tiempo de tregua, al igual cuando tengáis que usar el baño. Al fin y al cabo no somos tan malévolos —Samuel responde nuestra verdadera pregunta.

Frank empieza a reírse tan fingidamente, se acerca a Samuel (yo tengo que ir detrás de él) para darle un fuerte golpe en el hombro, al cual se queja inmediatamente retorciéndose en su cama.

—Piedad —Pide Guillermo cuando Frank lo mira.

Sujeto la mano de Frank y le doy un apretón, él voltea a verme.

—Míralo de esta forma, no tendremos excusa para conocernos mejor, ¿no te emociona eso? —Murmuro con la intención de que solo él me escuche.

Frank relaja el rostro, sonríe, se acerca para depositar un beso en mi frente, luego voltear mi cuerpo con sus manos, pasar su brazo atado al mío por encima mía hasta terminar abrazándome por detrás.

—Yo y Victoria nos vamos a cenar —Avisa.

¿Ya dije que me encanta cuando Frank me abraza? Bueno, lo repetiré siempre que lo haga, porque de verdad me siento segura y bien, como si fuese un escudo que me protege de cualquier problema.

(...)

—¿A veces no extrañas a tu familia? —Pregunta Frank en un momento en el que estamos sentados en una banca en el exterior, persuadidos por un silencio tranquilo y una noche estrellada.

—Solo a mis hermanos —Respondo suave.

—¿Tus padres? —Siento miedo venir de su garganta.

—No, para nada, no los extraño —Levanto mi cabeza al cielo, observando las estrellas —Me hicieron tanto daño, pensé que ellos al enviarme aquí iba a ser un infierno total, pero los que ahora son mis amigos, incluyéndote, lo cambiaron todo

—Sí tus padres te hicieron daño no creo que se consideren padres, ¿tienen una razón que creen que es buena? Por qué dudo que tu seas culpable de algo, siempre serás inocente —Siento la mirada de Frank puesta en mí.