🍂 Decimoctavo capítulo

56 4 0
                                    

Todavía no puedo creer que el otoño esté por acabarse

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Todavía no puedo creer que el otoño esté por acabarse.

Eso es lo que últimamente dice mi héroe elegante. A mí también me sorprende el hecho, porque a inicios de la estación, yo era solo alguien con el corazón marchito. En cambio, ahora sé lo que es florecer agradecida.

—Bea, ¿puedo pasar? —pregunta Trevor, escondido graciosamente tras la puerta.

—Adelante —contesto, risueña.

—Y bien —habla él, luego de sentarse sobre la cama—. ¿Cómo te preparas para decir adiós al otoño?

—En vez de un adiós, sonaría más dulce un hasta pronto —le comento—. ¿No crees?

—Tienes razón, hermosa.

Acepto su cumplido. Aun así doy un vistazo a mi cutis. Luce perfecto para el evento que se celebrará esta noche en la mansión.

Todos en el valle de Aruvialt están invitados. No importa la posición económica. Cada familia adinerada compartirá un brindis con las más humildes, pues de unión se trata el día de gracias. En mi familia, también significa honrar la memoria de unos antepasados, que desde luego no conocí. Sea como sea, tradiciones son tradiciones, y siempre deberían respetarse al pie de la letra.

—¿Alguna novedad? —le pregunto a Trevor acerca del evento.

—Pues hay un par de novedades.

—Dímelas, por favor —pido, tras aplicar una cantidad moderada de rubor sobre mis mejillas.

Mi asistente prosigue.

—Para empezar: el salón Alcornoque ha sido decorado en su totalidad.

—Excelente —opino—. Eso significa que mi padre no tendrá un día ajetreado.

—De hecho, parece que tu papá tiene más prisa que nunca —supone.

—Lo usual —concuerdo, encogiéndome de hombros—. Ahora dime, ¿cuál es la otra novedad?

Trevor McJaunty guarda silencio, de seguro ignorando que así solo se detona mi curiosidad.

—Bueno, esta mañana... lleg-llegó... —Trevor de repente tartamudea—. Una ca-carta.

—¿Una carta? ¿De quién?

—No lo sé —me responde—. Solamente encontré el sobre tirado bajo la puerta.

—Trevor, ¿me entregarías esa carta? —solicito en tono suave—. Por favor.

—Claro. —Él coloca ese sobre encima del escritorio—. Aquí tienes.

Sostengo el sobre, mientras pienso en quién puede haber enviado la dichosa carta.

—Bea, espera. —Trevor me detiene—. Antes de que comiences a leer, tengo algo importante que me gustaría decirte.

Un suspiro eleganteWhere stories live. Discover now