Al escuchar sus palabras Jisung abrió sus ojos en seguida, entrando en pánico.
-¿Qué vas a...? ¡Eh!
Chenle había quitado las manos de Jisung de sus pantalones y las puso a cada lado de su cadera para que no las moviera, acercando las suyas a la entrepierna. Ocurrió todo tan rápido de Jisung solo pudo moverse de un lado a otro para quitárselo de encima pero ya era demasiado tarde, Chenle ya había rodeado la erección con sus dedos sobre el pantalón.
-¡No... Agh! ¡C-chenle, espera...ah!
La respiración de Jisung se aceleró al instante en que Chenle comenzó a acariciar su miembro, su cuerpo entero temblando ante su toque. Cerró los ojos con fuerza y por instinto echó la cabeza hacia atrás, mordiéndose los labios para que ningún sonido extraño saliera.
Se sentía demasiado bien.
Chenle tenía la mirada clavada en la cara de Jisung, completamente cautivado por su expresión de placer. Era obvio que estaba tratando de contenerse, pero su cuerpo decía todo lo que en sus labios ocultaba. Sus caderas comenzaron a retorcerse al ritmo de sus manos y de repente el mayor no supo muy bien lo que hizo, pero Jisung abrió sus ojos de par en par y despegó su boca para soltar un profundo jadeo. Las manos que había mantenido inmóviles a cada lado de su cintura se movieron veloces hasta las de Chenle, obligándole a parar. Prácticamente había olvidado como respirar, mirando de forma desesperada al mayor mientras jadeaba agarrando con fuerza el dorso de sus manos aún sobre su erección, tan fuerte que hasta clavó sus uñas en la piel.
-¡Auch! -se quejó Chenle, apartado sus manos y soplando sus nudillos rojos por los arañazos.
Al notar lo que había hecho, Jisung volvió a tomar las manos de Chenle y las besó donde las había herido, preocupado.
-¡Lo siento, lo siento! Es que era demasiado, si no parabas iba a... Bueno, ya sabes...
Chenle observó sus propias manos maravillado y miró a Jisung intrigado, como si faltara algo.
-Jisung, ¿puedo bajarte los pantalones?
-¿Ahora? -preguntó en voz baja, aún algo avergonzado.- No hace falta que sigas, puedo hacerlo yo solo...
-Quiero verte. -explicó sinceramente.- Y quiero... quiero que tú me veas también.
El ambiente a su alrededor se había vuelto extremadamente íntimo. En medio del dormitorio de la casa de Chenle y a principios del anochecer, cuando el cielo naranja se tornaba azul marino, los dos amigos se habían vuelto algo más.
-De acuerdo... Pero hagámoslo juntos, ¿vale? No quiero estar desnudo yo solo...
Jisung accedió y Chenle no podía estar más contento. Sonrió con la luz de mil estrellas y se acercó al otro para darle un dulce beso en los labios y dirigirlo a la cama donde ambos se sentaron. Sin poder esperar más, Chenle agarró el borde de su pijama y Jisung lo imitó, los dos poco a poco deshaciéndose de sus pantalones al mismo tiempo. Cuando las dos piezas de ropa tocaron el suelo, también lo hicieron junto a ellas los calzoncillos y con una mirada se preguntaron sin palabras si deberían quitarse la camisa también. Jisung negó suavemente con la cabeza como respuesta y Chenle, ensimismado por los muslos descubiertos y el fino vello que rodeaba la erección que había estado tocando, lo respetó y se acercó aún más a él para volver a besarle, una y otra vez.
El menor estaba tan nervioso por ver desnudo a Chenle que ni siquiera lo observó bien, así que aprovechó que estaba ocupado con el beso para mover su mano entre ellos y tocar su polla con timidez, temeroso de que no le gustara tanto como le había gustado a él. Ante el inesperado toque Chenle tembló y en vez de separarnos como habría hecho Jisung, le besó con más fuerza abriendo su boca y lamiendo los labios del otro con su lengua.
A Jisung le gustó verle reaccionar así, por lo que agarró con más fuerza la erección de Chenle y comenzó a mover su mano de arriba a abajo cada vez más rápido. Sin embargo no se había dado cuenta de un detalle, y es que había comenzado a mover sus caderas al ritmo de su manos y sin querer las dos pollas se rozaron, haciendo que Jisung se separara para lanzar un gemido y ocultar su cara en el hombro de Chenle, respirando con dificultad y moviendo su cadera de nuevo hacia él, buscando el roce.
Chenle cerró los ojos y besó la frente de Jisung, moviéndose hacia delante para ayudarle a poder llegar a ambos miembros. Él también bajó la mano y junto a Jisung rodeó los dos penes juntos, comenzando a masturbarlos a la vez.
Aquello hizo perder a Jisung la poca cordura que le quedaba y su vergüenza ya extinta provocó que mantuviera su boca abierta en todo momento, sin parar de gemir mientras se retorcía contra Chenle de lo bien que se sentía.
-¡Ah, Chenle, por favor más!
El mayor no estaba mucho mejor, mordía sus labios constantemente y con una mano se agarraba del hombro de Jisung porque sabía que de lo contrario caería rendido en la cama. Jisung había alzado la cara y le miraba directamente con los ojos entrecerrados, la frente arrugada y sus labios repletos de saliva. Solo de verlo Chenle comenzó a gemir más fuerte.
-¿Más...? ¡Agh! ¿Más qué? -preguntó agarrando con fuerza sus dos pollas y reduciendo la velocidad.
-¡Más rápido, hyung! ¡No te atrevas a parar!
Chenle casi se ríe ante la insistencia del menor porque nunca lo había visto así de desesperado y dispuesto a tanto, pero desde que una sonrisa burlona se asomó en sus labios Jisung se abalanzó sobre él tirándolo sobre la cama. Jisung estaba fuera de control, moviéndose contra él desesperado por más y más contacto, por más placer. Agarró la mano libre de Chenle y la llevó a su boca, lamiendo sus dedos y metiéndose tres a la vez, rodeándolos con su lengua.
-¡Jisung, espera! ¡Agh!
Echó la cabeza hacia atrás y se dio un pequeño golpe contra la pared, pero a Jisung no le importó porque sentía que ese fuego en su interior iba a colapsar y no podía parar de moverse contra Chenle, ambos cuerpos sudorosos y temblando con cada roce.
-¿Ahora...agh, p-para quien es demasiado? -preguntó Jisung sonriendo levemente, viendo como Chenle dejaba escapar gemidos agudos cada dos por tres, retorciéndose bajo él y moviendo sus caderas hacia arriba lo más rápido que podía.
-Jisung... ¡Agh! ¡Voy a... correrme, agh!
No podía ni terminar una frase, tampoco pensarla. Su mente estaba repleta de los movimientos de sus pollas y del torso de Jisung aplastando el suyo.
Jisung bajó la cabeza y besó a Chenle, los dos sacando sus lenguas y jugando con la otra. Jisung mordió el labio de Chenle y este lanzó un gritó, subiendo sus dos brazos hasta los hombros del menor y sujetándole, sintiendo que en cualquier momento podría desmayarse y dejando la labor de sus pollas para él solo.
Las dos manos de Jisung rodeaban ambas erecciones con vigor y fuerza, a una velocidad que ya no llevaba ritmo coherente solo pura desesperación y agonía. Estaban tan cerca que dolía, no podían más, sentían que podían colapsar al instante.
Jisung, que había mantenido los ojos cerrados por la abrumación, los abrió al notar como su estómago se tensó y miró como Chenle había agarrado una almohada para acallar sus ruidosos gemidos.
Levemente enfadado, gruño y se la arrebató, tirándola a un lado y agarrando su mentó para obligar a mirarle mientras los dos se corrían.
Chenle no apartó los ojos de Jisung, ni siquiera cuando su respiración paró por un segundo y gritó, gritó al sentir como el semen al fin salía de su polla y sus piernas se tensaban contra Jisung, que poco después le siguió.
-¡Ah, Chenle, agh!
Jisung no fue tan ruidoso como el mayor, pero se convulsionó aún más sobre él, cayendo sobre el cuerpo exhausto del otro. Los dos tardaron en volver a normalizar sus respiraciones y mientras tanto Jisung, tirado encima de Chenle, seguía restregándose contra él con los ojos cerrados.
-Demasiado bueno... -susurró, sus labios ya resecos y su cara sudada.
-Demasiado bueno. -concordó Chenle, dejando un suave beso en los labios de su primer amor.
