07. Síndrome de Estocolmo

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Kara no recordaba haber sentido tal opresión en el pecho nunca antes, era la primera vez en su vida que se sentía tan miserable. Corriendo por los pasillos de CatCo, sentía que su garganta se ahogaba y que sus pulmones se cerraban.

¿Por qué le había afectado tanto ver esa escena? 

Recordó su conversación con Mxyzptlk, todo lo transitado aquellas últimas horas, sus viajes a través de las líneas temporales y sus historias con Lena en las diferentes realidades.

¿Por qué le había afectado tanto ver esa escena? Porque estaba enamorada de Lena Luthor, por eso le afectaba tanto.

La kryptoniana paró en seco frente a la puerta del edificio. No tenía idea cómo había logrado llegar a planta baja tan rápido, pues estaba sin sus poderes. Pero no podía irse, Lena la había debilitado al punto de volverla humana. Además, la mujer Luthor había sellado las salidas de CatCo para impedirle escaparse. Dichas salidas solo podían ser desbloqueadas mediante un código de números, código que claramente no sabía.

Estaba atrapada.


—Dios, eres tan buena —Lena jadeó, recuperándose de su reciente orgasmo.

—Lo sé —respondió Reign con diversión.

La kryptoniana se relamió los labios, cargados de los jugos de su amante. Se acercó a ella para besarle el cuello.

—Me encantaría una segunda ronda, pero tengo cosas de las cuales ocuparme —Lena dijo, escabulléndose de la sicaria. Se acomodó su ropa y clavó sus ojos verdes en ella—. Iré a ducharme un momento, ¿Me podrías llevar volando a L-Corp? —Reign asintió, sin perder su sonrisa—. Tú después ve a patr-

Una alarma la interrumpió. Alerta, Lena se acercó a su escritorio y tomó su tablet con rapidez.

—¿Qué sucede? —indagó la más alta.

—Unos imbéciles manifestantes —bufó—. Están acercándose a CatCo, encárgate de ellos.

—Con mucho gusto —la kryptoniana sonrió.

—Solo asústalos, ¿Está bien? Quiero que nuestra nueva aliada se encargue de ellos —Lena sonrió, refiriéndose a Supergirl.

—Como tú digas, Lena —se acercó a la mencionada.

Sin evitarlo, mordisqueó la boca de su jefa. Habían acordado que nada de besos en los labios, pero jamás habían hablado de mordidas.

Reign guiñó su ojo y se marchó de allí. Lena suspiró, estaba teniendo demasiadas emociones en poco tiempo.


Kara se quedó mirando la puerta de salida durante minutos, sin saber qué hacer. Quería huir y no podía. Cada segundo allí se sentía una tortura.

Cerró los ojos cuando escuchó como alguien aterrizaba detrás de ella.

—Debe ser difícil bajar las escaleras o ir por el ascensor sin poder volar —exclamó Reign con diversión—. Aunque no sé si te es más difícil eso o haber escuchado a Lena gemir mientras le comía el coño. Dime, Supergirl, ¿Qué es peor?

La mencionada se dio media vuelta y clavó sus ojos en la recién llegada. Ésta sonreía guasona mientras la rubia contenía una gran furia en esos momentos.

—No sé qué insinúas, pero estás equivocada —comenzó a alejarse en dirección a las escaleras, pero Reign volvió a hablar.

—Oh, ¿No lo sabes? —se acercó lentamente—. ¿Me negarás lo mucho que te afectó ver a Lena así conmigo? —Kara no respondió, haciendo que su sonrisa se ensanchara—. Aunque debo admitir que no lo entiendo. Tú y ella no se conocían, ella es tu enemiga. ¿Por qué reaccionaste así, Supergirl? Créeme, he visto tu mirada y reflejaba dolor —simuló entristecerse—. Y dudo mucho que sea por mí. Así que deduzco que sientes algo por Lena. Loco, ¿No? Ella te secuestra y tú solo la quieres —comenzó a alejarse de la rubia, en dirección a la puerta—. Y si es así, si la quieres... Lena se divertirá mucho contigo.

Reign se acercó a la puerta y tecleó una serie de números. Momentos después, la puerta de CatCo se abrió. Tras cerrarla, voló lejos de allí.

Kara se quedó estancada en el lugar, anonada por las palabras que había escuchado.

Ella lo sabía muy bien: Sin importar la Tierra o la línea temporal en la que estuviera, estaba enamorada de Lena Luthor. 

—Joder, aquí estabas —la rubia se sobresaltó al oír la voz de Lena detrás de ella—. Tuve que revisar todas las cámaras de seguridad. ¿Acaso creías que podías huir? De todo lo que hablamos, ¿Qué parte no ha quedado claro? Hasta que yo lo diga, trabajarás para mí —la tomó del brazo y la acercó a ella—. Sé buena y obedéceme, es la única forma de que podamos tener la fiesta en paz —sonrió.

—Dudo que tengamos la fiesta en paz cuando me tienes secuestrada y quieres que mate gente inocente.

—Oh, cariño. Créeme si te digo que en poco tiempo lo harás con gusto y todo —sonrió nuevamente—. ¿Y sabes? Este pequeño dispositivo que tengo aquí... —sacó de su bolsillo una pequeña placa que se asemejaba a una tarjeta micro SD—. Podría hacer que respondieras a mí sin objeción alguna. Básicamente, este dispositivo te controlaría.

—¿Así es como tienes a Reign? —Lena sonrió negando.

—Oh, no. Ella está aquí porque quiere —Kara recordó la escena sexual entre ellas dos y tragó saliva, incómoda—. Y para que veas que confío en ti, no te implantaré este u otro dispositivo similar.

—Se nota que confías en mí: Me tienes aquí sin poderes. ¡Me tienes atrapada aquí! —exclamó cruzándose de brazos.

—Eso lo hago ahora, Supergirl. Sé que estás molesta. Y cuando las personas están molestas, cometen estupideces. Dije que trabajarías para mí, ¿No? Bueno... ¿Cómo trabajarías para mí sin tus poderes? —se acercó más a la rubia y la tomó de la mano—. Sé que estarás a mi lado cuando lo necesite. Solo que ahora te necesito aquí, hasta que te tranquilices. Después serás libre. Y te dejaré serlo porque sé que volverás a mí —sonrió para luego acariciarle la mano—. Sube a mi oficina si quieres, puedo preparar té para las dos —dijo y comenzó a alejarse de allí.

Kara suspiró. No quería ir a esa oficina, allí Reign y su ex-mejor amiga habían tenido sexo, ¿Pero qué otra opción tenía?

Por otra parte, las villanas sabían muy bien -o eso creían- lo que la superhéroe sentía por la dictadora. Pues Supergirl era demasiada evidente, la mujer Luthor aprovecharía la debilidad que la rubia tenía con ella para beneficio propio.

Lena creía que, si tejía bien su plan, Kara podría llegar a experimentar lo que se conoce como Síndrome de Estocolmo:

El Síndrome de Estocolmo es un estado psicológico en el que la víctima de secuestro, o persona detenida contra su propia voluntad, desarrolla una relación de complicidad con su secuestrador. 

¿Qué más podía pedir Lena Luthor que tener a Supergirl bajo sus garras?


—Decidiste venir —expresó la pelinegra al verla entrar a su oficina, minutos después—. Como te he dicho, estoy preparando té —sonrió—. Igualmente estaré aquí solo unos minutos, debo ir a L-Corp a ducharme y demás —la rubia bajó la mirada incómoda—. Ven, acércate. No muerdo.

«Tú no, pero Reign sí» pensó la súper.

—Entonces, ¿Cuál es tu plan? —preguntó Kara.

Lena le ofreció una taza de té, la superhéroe la tomó con desconfianza.

—Si dudas de que eso sea té común, puedo beber de la taza primero —comentó Lena, sabiendo muy bien lo que la kryptoniana pensaba.

—N- no, no. Está bien —se apresuró en decir—. Confío en ti —dijo para luego beber de la infusión caliente.

Lena sonrió ante las palabras de Supergirl: Ya la tenía en sus manos.

Estocolmo - SupercorpDonde viven las historias. Descúbrelo ahora