Calma

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Había un gran peso en cada uno de sus párpados rogándole que volviera a dormir.

Apenas estaba pensando cuando examinó su alrededor, buscando una almohada o una manta para acurrucarse profundamente y caer dormido de nuevo.

- Amane-san, te encuentras mejor?

Vio una cara, borrosa por su somnolencia, y reconoció de inmediato esos ángulos agudos con una expresión preocupada, ese cabello rubio y esos ojos azules.... Que ya no le causaban temor.

Lucía como un ángel.

Quiso reírse ante su propio pensamiento.

Si Teru Minamoto era su ángel guardián, entonces Dios había hecho un muy mal trabajo ya que su ángel guardián no era un santo.

El exorcista se encontraba en la esquina de la habitación, sosteniendo su espada cerca suyo. Tenía su camisa arremangada y estaba algo desaliñado, con su pantalón arrugado.

Aún así, sonreía tan amablemente como siempre.

A Hanako-kun le pareció raro la distancia entre ambos, por qué estaba contra la pared? Notó que las sábanas azules que lo cubrían no eran las de las enfermería y que las paredes tampoco eran blancas. Esa ventana mostrando el cielo anaranjado...

El olor a desinfectante no se encontraba ahí.

Probablemente, se encontraba en el hogar del rubio.

- .... sí- respondió con su voz ronca, siendo él mismo consciente de ello. Se llevó una mano hacia su garganta.

Era sorprendente pensar que quien creía que iba a matarlo, la persona que le causaba miedo cada vez que lo veía... Terminaría siendo el que le trajo calma.

- ¿seguro?- preguntó Teru, observando sus movimientos, preocupado.

El azabache asintió con su cabeza intentando salir de esa cama desconocida pero se tambaleó un poco, causando que el rubio se apresurada a apoyar sus brazos cerca del muchacho, sin tocarle.

- ¿realmente estás seguro, Amane-san? No quiero que te desmayes de repente- dijo el mayor de los Minamoto frunciendo sus labios.

Hanako-kun tenía un sabor amargo en la boca, podría ser por el caramelo, o por el hecho de que el trato del exorcista era tan diferente entre su forma de espíritu y el de humano.

- estoy bien, sólo siento mis piernas algo débiles- confesó mientras que se recostaba de vuelta en la cama, con ayuda del rubio.

- .... descansa un poco- dijo Teru.

- está bien

Hanako-kun estaba siendo extremadamente dócil, observando al mayor de los Minamoto volver al rincón de la habitación, en su propio hogar.

Luego cerró sus ojos.

¿Cómo había terminado así? Estaba en la enfermería y...

Tsukasa había aparecido, sí, lo había hecho.

Se había quedado estático, otra vez.

Asustado, tembloroso y en pánico, todo eso, otra vez.

Y logró calmarse, como cuando estaba con Yashiro, pero esta vez con el hermano mayor de Kou.

Era curioso que tuviesen el mismo efecto en tranquilizarle.

- lo siento, puede ser algo aburrido quedarte en cama todo el día- se disculpó el rubio con una sonrisa nerviosa.

El chico no había dicho nada ni había mostrado alguna incomodidad estando ahí pero aún así, el presidente del consejo estudiantil lo estaba pensando demasiado.

Yashiro sólo quiso algo de Boys LoveWo Geschichten leben. Entdecke jetzt