PARTE I. CAPÍTULO VI. Mejoran las relaciones a bordo

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   Una vez establecidas mis nuevas responsabilidades, el capitán, quien no había abierto la boca, pero quien por su actitud y gestos había mostrado estar en total acuerdo con lo dicho y decidido por el almirante, me guio hacia la estantería que alojaba los instrumentos de navegación asociados con mi nuevo encargo.

Al llegar ahí llamó mi atención un voluminoso libro en cuya cubierta se leía a grandes letras, SUMA DE GEOGRAPHIA.

Tal obra me era completamente familiar gracias a la información que Xóchitl había grabado en mi cerebro, pues era el tratado de navegación más importante de la época, de hecho recordaba de memoria la leyenda en letras pequeñas que estaba bajo el título.

Suma de geographia q

trata de todas las partidas y provinci

as del mundo: en efpecial delas indias.

y trata largamente del arte del marear

juntamente con la efpera en romance:

con el regimiento del fol y del norte: ago

ra nuevamente emendada de algunos

defectos q tenia en la impreffió paffada.

Entre los instrumentos había varios para determinar la latitud más uno llamado corredera de barquilla que servía para medir la velocidad, junto a este último estaba el estuche de madera que contenía el pequeño reloj de arena que lo complementaba.

Vi también una brújula y un reloj de pesas.

- ¿Reconoce el señor piloto estos instrumentos? -Me dijo el capitán en tono firme y sereno-

Yo, sabedor que de esa primera impresión dependería mi permanencia en el puesto, puse todo mi empeño en salir airoso del trance.

Señalé uno por uno los instrumentos, y los fui nombrando dando una explicación de su uso.

- Estos cuatro son para determinar la latitud –señalé con mi índice y comencé a recitar- SECTOR, el más básico de los instrumentos para determinar la latitud por medio de la resolución de triángulos. ASTROLABIO, es el mejor para las observaciones nocturnas. BALLESTINA, es el que prefiero para medir la altura del sol, pero siempre dando la espalda al astro no viéndolo de frente. CUADRANTE, sirve igual que los otros para determinar la altura de los astros, y como mientras más grande más preciso, este debe de ser el más preciso de los instrumentos a bordo, por su tamaño yo lo usaría solo en tierra firme. CORREDERA DE BARQUILLA, sirve para medir la velocidad de navegación con ayuda de la ampolleta de arena.

No comenté nada respecto de la brújula y el reloj, porque hubiera sido ocioso.

Tampoco comenté que la velocidad medida por la corredera era solo la relativa al agua, siendo que para determinar la velocidad real era necesario sumarle la de la corriente marina en la que nos encontrábamos, que era de aproximadamente 3.6 nudos; esto porque quienes me escuchaban podrían llegar a pensar que mi explicación implicaba que yo suponía que ellos no lo sabían, y en consecuencia podrían sentirse agredidos.

Entusiasmado por lo que consideré un exitoso principio, pregunté al capitán.

- ¿Puedo ver el mapa de ruta y nuestra posición actual?

Mi solicitud tomó por sorpresa al capitán, yo la planteé con naturalidad porque estaba cierto de que la responsabilidad del piloto incluía la de registrar en el mapa de ruta el recorrido y cualquier nuevo detalle descubierto en la travesía, pero su reacción me hizo recordar que ese documento era la posesión más valiosa de cada barco.

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