10.- Omega

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Adrien [Ω]

Me sentía algo aliviado en estos momentos observando como la figura de las personas que más me habían hecho daño desaparecían poco a poco de mi vista.

Pero sabía que sería temporal porque no dejarían de buscarme hasta hacerme más miserable.

—¿ A dónde quiere ir, joven?.—preguntó el taxista, le indique la dirección de mi instituto.

El ambiente se volvió silencioso, sabía que debía calmarme porque si seguía así cuando llegara todos notarían que era un omega, mis feromonas mostraban miedo. Y los alfas adoraban eso, serían los primeros en notarlo.

No era fácil ocultar tu verdadero ser, pero era necesario por mi seguridad, para los demás nuestra casta es débil, creían que éramos tontos y sólo éramos juguetes que sirven para crear hijos.

Es una injusticia, dicen que tenemos los mismos derechos pero ¿dónde queda el respeto?

Dicen aceptarnos pero cuando uno de nosotros muere no les importa, nos violan e incluso nos tratan como seres inferiores, para cualquiera es fácil opinar sobre los desastres que hacemos a lugares públicos para reclamar por nuestros derechos.

Pero si a ti no te ha pasado no tienes derecho a reclamar, odiamos ser acosados, odiamos tener miedo a salir sin saber si regresaremos sanos a nuestras casas, odiamos ser utilizados.

Porque eso le pasó a mi madre, y yo me sentí tan inútil al no poder ayudarla, nunca supe que no iba a verla jamás, quería que ella siempre estuviera a mi lado pero eso nunca pasó.

Ella era fuerte, hermosa, decidida, una persona tan vivaz y con una sonrisa tan resplandeciente que te iluminaba el día, al principio pensé que había muerto por un accidente automovilístico pero empecé a investigar, murió ultrajada y desfigurada por órdenes de un alfa.

Mi padre se había encargado de cambiar la noticia por una menos delicada a cambio de una gran suma de dinero, ideada por su propia secretaria.

Max me había ayudado con la investigación, quede devastado y lleno de ira hace un par de semanas, quería incendiar la jodida casa de los culpables porque yo haría cualquier cosa por mi madre.

Y lo haría pero de una forma silenciosa sin que nadie sospechara del culpable, ella siempre decía que llorar no traía nada.

Llorar es bueno para desahogar todas las emociones negativas pero no solucionas nada haciéndolo.

Quería justicia y la iba a tener.

—Hemos llegado.—informó el hombre, asentí y pagué.

Entré al instituto sintiendo un mirada en mi nuca, al principio la ignore hasta que con el tiempo me harté de sentirla y volteé enfadado.

Una pequeña omega con dos coletas me observaba con anhelo, arqueé una ceja confundido, esta se acercó a mí ofreciéndome una carta con un corazón.

No era la primera vez que pasaba, incluso betas o alfa se me confesaban pero jamás uno de mi clase, y me iba a sentir tan mal a rechazar a uno.

Mordí mi labio en busca de palabras correctas para no lastimarla.

—A no mi hermana, consíguete el tuyo.—corrió Chloé hacía mí, abrazándome por detrás.

La más pequeña frunció el ceño, mi amiga le dedicó una sonrisa fría, ahora me sentía más tenso sin darme cuenta la rubia aspiró el aroma de mi cuello.

O mierda, olvidé que Luka había dormido conmigo y a pesar de ducharme no pude deshacerme de sus feromonas.

Literalmente olía a tierra mojada con un leve olor a café.

The Wolf [Lukadrien] +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora