Capítulo 4

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Sentía que el sueño estaba siendo tan ameno que no noté cuando Felix me llamó a gritos, o al menos hasta el momento en que jaló mis cobijas, haciéndome caer al suelo despertándome al instante de una manera precipitada. 
—¿¡Terremoto!?— grite de forma estrepitosa intentando ponerme de pie de forma torpe, pero al final he vuelto al suelo porque mis pies terminaron por enredarse entre las cobijas.
—Te pedí que bajarás, pero en vez de eso, ¡Te duermes!— se quejó el rubio, lo mire adormilada con la mitad del cuerpo en la cama y con la otra arrastrándome en el suelo con las cobijas.
—¿Qué hora es? Creí que ya te habrías marchado con tus insoportables amigos— musite en un bostezo mientras fruncía el ceño.
—se marcharon hace horas, Marcie— respondió sin mucho interés, mientras cruzaba los brazos.
—bueno, ¿Y por qué no hiciste lo mismo, bobo?—me queje, poniéndome de pie y rejuntando el desorden del suelo.
—Porque te estaba esperando para salir.
—Ay, si, ¡Claro! Después de dejarme sola en el desayuno para irte con tus amigos y burlarte de mi en el patio, seguramente me estabas esperando.— le respondí con un tono molesto mientras lo señalaba con el dedo, a lo que él dejo soltar abiertamente una risa.
—¿Estás molesta o celosa?— preguntó.
—Pff, por favor, Felix  ¿Celosa? ¿yo?— le respondí con disgusto mientras salía de mi habitación y bajaba las escaleras con Félix a unos pasos de mi.

—¿A dónde vas?— preguntó curioso cuando llegamos a la puerta principal.
—¿Qué no dijiste que querías salir?— le respondí sosteniendo aún la molestia en mi voz, mientras lo volteaba a ver y me cruzaba de brazos frente a la puerta.
—Per- lo interrumpí mientras tomaba la perilla de la puerta.
—¡Pero nada! Querías salir, vamos a sal- al abrir la puerta el viento húmedo me ha golpeado el rostro como diciendo "allí tienes tu salida, niñata estúpida" haciendo que regresará a la realidad, dejando mis ridiculeces de lado,  había arruinado la oportunidad de salir con Félix por quedarme encaprichada y dormida, ¿Eh?
Cerré la puerta, antes de que el agua entrara al recibidor y baje la mirada hasta el picaporte de la puerta, avergonzada. —me voy a mi habitación— murmure. Félix caminó hacia el armario de debajo de las escaleras.
—Los impermeables y las botas deben estar por aquí— me avisó mientras rebuscaba entre el armario, tan solo unos minutos después Félix se encontraba caminando hacía mí con dos pares de botas y dos impermeables. en cada brazo.

Le he mirado con una ceja enarcada —¿Vamos a salir así?— le pregunté incrédula mientras le aceptaba las botas y comenzaba a ponerme el impermeable, él sólo asintió mientras terminaba de ponerse todo, sonreí por lo bajo mientras seguía sus pasos de ponerme las botas.
—Bien, pues vamos— musitó mientras tomaba las llaves de la casa y volvíamos a la puerta, el rubio tiro de la perilla, abriendo la puerta y dejándome pasar primero. Camine hasta la orilla de la banqueta, lo primero que pude hacer fue oler el césped húmedo de las casas, habían unas cuantas nubes oscuras en el cielo y poca gente era la que andaba por las calles, con paraguas y un andar apresurado. Le he volteado a ver con una sonrisa de oreja a oreja mientras corría a su lado. 
—Nos mataran si nos encuentras afuera— le advertí, pero aún así la sonrisa en mi rostro perduraba. 
—Nah, tranquila, todavía tardan en llegar— me aseguró con confianza mientras me daba un ligero empujón en el hombro.  
—¡¿Crees que la heladería este abierta?!— me apresure a preguntar dando saltitos de aquí para allá, el rubio me sonrió de manera divertida mientras me asentía con la cabeza. Le he mirado con los ojos entrecerrados. —¡Unas carreritas!— grite sin esperar respuesta alguna mientras comenzaba a correr en dirección a la heladería a la que solíamos ir. 

—¿Qué se siente seguir perdiendo después de tantos años?— se burló Felix, pero no pude responderle ya que aún estaba muy ocupada tratando de recuperar el aliento tras haber corrido tan rápido. 
—Nada, porque siempre te dejo ganar, bobo— contesté una vez que estuve mejor. El rubio rodó los ojos mientras me abría la puerta del establecimiento de la colorida heladería. Bien, algo más que me alegraba que no hubiera cambiado en este año y medio que no vine. 
—¿Qué te distrae tanto, Marcie?— lo escuche preguntar a mi lado, haciendo que soltara un respingo. ¿Por qué no podía dejar de pensar tanto en los cambios últimamente? 
—Nada— murmure un poco incomoda mientras daba un paso hacía el frente. —Yo quiero una paleta de uva, por favor— hable, cuando llegue a la barra. 
—Sabes que puedes confiar en mi, ¿No?— musitó, cuando llegó a mi lado nuevamente, observando el letrero que tenía escrito el sabor de cada paleta, pese a que él sabía perfectamente que sabores tenían. Le he mirado unos segundos, estando a segundos de decirle lo que realmente pasaba, pero al final me he acobardado cuando he tenido que apartar la vista del rubio para aceptar la paleta que le había pedido a la empleada. 

Al final hemos vuelto a correr hacía la casa, jugando a las traes y huyendo uno del otro, soltando pequeños gritos cada vez que un rayo retumbaba a lo lejos, pero aún así al segundo ambos dejábamos escapar una carcajada. Al tercer rayo he gritado un poco más asustada, cuando el majestuoso ruido rugió con fuerza. 
—¿Asustada, Potter?— soltó Felix, volteandome a ver de manera divertida por mi reacción. 
Le he regresado la mirada con una ceja enarcada. 
—Ni un poco. 






Capítulo completamente nuevo :u 

Summer Nights || Lee Felix || Stray Kids ¡Publicado En Físico!Where stories live. Discover now