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No nos mirabamos, estábamos distantes pero él sabía que yo seguía preocupada y seguramente no quería molestarme.
Después de todo lo sucedido, los chicos no le dieron más vueltas al asunto y comenzaron a preocuparse por los shows que tenían este fin de semana. Si, todo un fin de semana ocupado, estaban ensayando estrictamente porque no querían que nada salga mal. Cada vez iban juntando más y más shows por la capital, y mucha gente ya los conocía. Todo iba más que bien para los Soda Stereo.
Todo lo que nos quedaba de la tarde, la dejamos en el garage de la casa de Charly. Repasaron una y otra vez todas las canciones que tenían hasta el momento. Se tomaron un tiempo corto de descanso y luego siguieron, ensayaban y hasta componían a la vez. Fue una tarde donde a los chicos no les cabía otra cosa más en la cabeza, además de la concentración.
Después de una largas horas, terminaron. Gustavo se fue con Zeta, me pareció raro que no me haya insistido para que vaya con él, para que me alcance hasta mi casa, pero igual, si lo hacía iba a recibir un rechazo de mi parte, ya que tenía una charla pendiente con Charly.
Sentados en la veredita que daba al patio de su casa, tomábamos unos vasos de jugo mientras hablabamos de diferentes temas personales. Nos contamos absolutamente todo. Él a mí, y yo a él. Estaba nervioso por el fin de semana que los esperaba y a cada rato me lo hacía saber.
Mientras él hablaba, y hablaba, y hablaba, no parecía darse cuenta de que unas gotas frías empezaron a caer. Pasé mi mano por mi cachete al sentir una fuerte y pezada gota de agua. Charly me miró.

-Están...- Dije tartamudeando.
-Ya sé, si- Se paró. Vamos a adentro, seguro es una llovizna.
Entramos y me senté en la cocina mientras que Charly preparaba café, yo no dejaba de mirar para afuera. Quizás esta era una llovia normal, como la que sufrimos con Gustavo unas semanas atrás pero de igual manera me asustaba, el cielo no tenía buena pinta y eso me asustaba. Él quizo distraerme, siguió hablando y a medida de que la pesada lluvia hacia cada vez más ruido contra las tejas, él levantaba su voz para que no le prestara tanta atención a lo que pasaba afuera.

-¡Charly!- Lo interrumpí.
-¿Que?
-Está lloviendo cada vez más fuerte, escucha esos truenos por Dios.
-Si bueno, ya sé, pero no dejes que esa lluvia se te meta en la cabeza. No le des bola- Se puso nervioso.
Habían pasado casi 30 minutos de que la "llovizna" había comenzado. Charly se encontraba junto a mí, en silencio tomandome una mano. La maldita lluvia no paraba.
El único sonido que llegábamos a escuchar era el mismo, las gotas de agua estallando contra las tejas, y derrepente el llamado de un timbre desesperado.

-Voy a ver quién es- Se levantó Charly mirando confundido hacia la puerta.
-Te acompaño.
Nos dirigimos con calma hacia la puerta pero quien se encontraba del otro lado parecía apurarnos.

-¡GUSTAVO!- Gritó Charly al verlo todo mojado.
-¿Donde está Delfina? ¡Decime que está con vos! - Agarró de los hombros a su amigo.
-¡Acá estoy!- Salí detrás de Charly.
Gustavo me vió y me abrazó desesperadamente.
Estaba empapado, con un sobretodo negro que le llegaba casi hasta las rodillas.
-Gus, ¿Qué pasó? ¿Como viniste hasta acá?- Lo miré apartandome de su húmedo abrazo.
-Empezó a llover, cada vez más fuerte, entonces me asusté. Me tomé un colectivo y salí corriendo para acá- Me miró mientras Charly le ponía una toalla sobre su espalda. Perdón por dejarte.
-Ay Gus, no pasa nada, es una simple lluvia aparte estoy con Charly- Mentira porque yo también estaba re cagada pero bueno, no importa.
-Pero igual, mirá si...- Su mirada bajó y no pudo completar la frase.
-Ey, mirame, no va a pasar nada- Me abrazó.
....

Eran las 22:00 de la noche y estábamos los cuatro en el sillón esperando a que la lluvia pare. Si, estábamos los cuatro juntos porque Zeta llegó 5 minutos después de Gustavo, solo que en auto y menos mojado.

-Che, como que mi casa se volvió un hotel- Dijo Charly riéndose.
Los tres lo miramos al mismo tiempo, sin hacer ni una mueca volvimos a pegar los ojos al televisor.
-Bue, la bola que me dan.
-Si igual tenés razón- Dije. Ya no recuerdo la última vez que ví a mis padres.
Me reí.
-Ante-Ayer los viste, exagerada- Me miró Gustavo.
-¿Si?
-Si nena- Empezó a reírse.
-Bueno, entonces creo que debería volver, ¿O no?
-¿No querés ir a mi casa?- Dijo Gustavo olvidándose que eramos cuatro en la sala.
-No Gus...
-Bueno, vos te lo perdés.
Los otros dos empezaron a reírse como locos y Zeta sacó de su bolsillo las llaves de su auto.
-Tomá nene, lleva a esta pobre chica a la casa, ¿Querés?
-Gracias, ya vuelvo.
Todos estabamos más tranquilos, la lluvia había parado ya hace un rato.
Saludé a los chicos y salimos con Gus para mi casa. Llegamos y lo hice pasar un ratito.

-¿Delfina?- Dijo mi papá desde la habitación.
-Pa, ya llegué.
-Te dignaste a venir- Me miró cruzando los brazos. Hace tres días que no te apareces por acá, ¿Que te pensás? ¿Que podes ir y venir cuando se te cante? No, las cosas no son así, este fin de semana no pisas la calle, señorita.
Me trató como su fuera un animal, las expresiones de su cara asustaban muchísimo. Me gritó y me "retó" en frente de Gustavo, como si él no existiera.
-Ah, Hola- Lo miró con desprecio.
-Hola Señor...- Alcanzó a decir Gustavo, antes de que mi padre le diera la espalda. Él también estaba petrificado por la escena que se acababa de mandar mi papá.
Este tipo se había vuelto loco, no me podía prohibir salir este fin de semana. Los chicos iban a dar tres shows y yo no quería faltar. Tenían cosas nuevas y seguramente iba a ser increíble.
Nos quedamos en donde estábamos, en la puerta de la casa, y mi papá volvió a pasar por enfrente de nosotros para cruzarse a otra habitación.
-Papá, perdón, en serio. Apartir de ahora voy a venir todos los días y temprano, pero este finde es muy importante.
-Disculpe, pero esto es mi culpa- Lo miró Gustavo. No la regañe a ella por equivocaciones mías. Prometo traerla temprano y sin demoras, pero le aseguro que este fin de semana que viene, es muy importante, y toda la banda quiere que ella asista.
-Lo voy a pensar- Nos miró a ambos y desapareció de nuestras vistas.
Con Gustavo salimos nuevamente a afuera y él estaba serio.
-¿Vos en serio dejas que tu padre te trate así?
-Shh, te puede escuchar.
Me miró.
-Eso está mal, y lo sabés.
-Bueno pero eso no es lo que me importa, quiero irme con ustedes el viernes- Me senté en el cantero.
-Espero que te deje ir, aunque por lo que veo, está bastante convencido en dejarte encerrada en la casa- Se sentó a mi lado.
-¿Y que hacemos si no me deja ir?
-No sé, pero mañana seguro voy a tener algo. Te paso a buscar y organizamos en la casa de Carlos.
-Ok, pero temprano, eh- Me reí.
-Si, obvio, nos vemos- Me abrazó y se fue. Mientras encendía el auto, me hacía caras raras desde adentro, yo solo me reía.

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Soy muy cliché, perdón.
Espero que les guste.
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Vuelta por el Universo| Soda StereoWhere stories live. Discover now