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Desde un principio yo no tenía idea que íbamos a la casa de Gustavo, pero allí estaba, acostada en el sillón con un hielo en la cabeza. Mientras estaba acostada escuchaba la conversación de Gustavo con su madre.

-¿Y? ¿Cómo les fue hijo?-Le tocaba la cara. ¿Se divirtieron?
-Si mamá, la pasamos genial- La abrazó. No hacía falta que te quedaras hasta tan tarde
Si, ustedes la pasaron genial, yo tengo un hielo en la cabeza.
-Si, hacía falta. ¿Ella quien es?
-Ah, es la chica misteriosa- Se reía. Se va a quedar a dormir
¿Me iba a quedar a dormir?
-¿Que le pasó?¿Por qué está así?
-Le pegaron mientras salíamos del lugar
-Uh, pobrecita. Dale agua, se ve medio perdida. Ojo, me voy a dormir- Se reía.
¿Ojo?
-Bueno ma, descansa.
-Toma, es agua- Me dijo Charly.
-Gracias.
-De nada, ¿Estas mejor?
-Si, pero igual me duele la cabeza.
Seguía en el sillón pero me fue inevitable pararme a ver las fotos familiares. Los Cerati eran todos muy hermosos, en especial Gustavo que era el único varón entre las hermanas.
-¿Querés comer algo?- Me llamó Gustavo
-¿Cómo es eso de que me voy a quedar a dormir?- Traté de mirarlo seriamente pero no pude evitar reirme de sus gestos.
-Como verá, señorita, no podes llegar a esta hora a tu casa.
-Si puedo
-No, no podes. Nos llegan a encontrar a esta hora en la calle nos meten en cana.
-Si bueno, tenes razón.
-Dale, comamos algo que los chicos ya se van.
Fuimos, estábamos los 4 sentados, nos reímos un rato largo, contaban anécdotas de cuando eran chicos pero las que más me gustaban eran las de Zeta y Gustavo en la universidad.
Después de un rato los chicos se fueron y yo me quedé ordenando la cocina con Gustavo.

-Bueno, yo me voy a bañar, si querés anda a acostarte- Me miró. O podes ver más fotos, o leer un libro, tengo muchos- Se reía.
Obviamente opté por la opción de las fotos. Habían algunas que me hacían reír y otras me producían sonrisas de ternura en el rostro. Me fui a la habitación de Gustavo, miraba sus cosas, sus libros, había un aroma dulce en el lugar, se notaba que él era bastante ordenado.
Me hacía bien estar acá y que mis únicos amigos sean ellos, ¿Quien diría, no? Las personas más inalcanzables se volvieron las más cercanas.

-¿Todo bien?-Preguntó Gustavo reposado en el marco de la puerta.
-Sisi, estaba mirando tus libros.
-¿Te gusta leer?
-Si, mucho.
-¿Que te gusta leer?
En ese momento me acordé de "La ciudad de la furia" y su relación con Argos e Ícaro.
-Me gustan mucho las mitologías griegas.
-Buenísimo, tengo varias de esas.
-¿Te leo alguna?
-Dale.
Nos acostamos y empezó a leer sus mitos. No sabía si interrumpir preguntándole por Argos o seguir escuchandolo. Lo dejé a que terminara, era mi turno y me tocaba leer a mi. Ícaro, todo parecía planeado.
-Me gusta bastante este mito.
-Si, a mi también
-¿Tenés algún dibujo de Argos?
-¿Cómo sabes lo de Argos?-Me miró. Ah cierto, venís del futuro.
Se reía.
Mencionó el futuro y me hizo acordar a aquella discusión con mi hermana.
-Che Gus, ¿vos me creés?
-¿Que cosa?
-Yyy lo que me pasó a mí, esta "Casualidad"- Imité las comillas con mis dedos mientras pronunciaba la palabra.
-No es casualidad, es mágia.
-¿Magia?
-Si, magia. Lo tuyo es imposible pero pasó, a mi me encanta escucharte hablar del futuro.
Comencé a leer, Gustavo estaba cansado y pronto se quedó dormido. Parecíamos casi hermanos, eramos tal para cual, nuestras conversaciones no se acababan nunca y nos entendíamos muchísimo.
Se quedó dormido en mi hombro y yo me quedé un rato sin moverme hasta que comencé a sentir como mis ojos se cerraban y no me podía quedar ahí con él asique lo tapé y me fuí al sillón. Pensé todo lo que había pasado en tan solo una noche, como de costumbre, pensé hasta dormirme.
[...]

-Que raro que después de una noche bastante movida te hayas levantado tan temprano.- Lo saludé.
-Na, es costumbre. Igual no es tan temprano son las 9 recién.
-¿Tu mamá? ¿Sigue durmiendo?
-Si anoche se quedó hasta tarde esperándonos, asique un poco más va a dormir- Sonrió. Vení a tomar algo.
Mientras él tomaba tranquilo su café da un inesperado golpe con su taza sobre la mesa. Me agarró el rostro -Todavía sigo enojado por eso- Me había dejado un poco morada e hinchada la cara aquella mujer la noche anterior.
-Capaz pensó cualquiera, o fue sin querer- Le dije.
-Si hubiese sido sin querer no te hubiera quedado así la cara- Me miró.
-Si, bueno, pero ya pasó.
-No, no pasó. Es una tarada, mirá como te dejó
-Bueno Gustavo pero se me va a ir, es solo un golpe- Esta vez dejé yo la taza sobre la mesa mientras daba un golpe.
-¿Y la intención?
-No te preocupes por eso, ya está- Me empecé a reir. Parecemos dos nenes peleando.
- A mi no me causa- Me miró de reojo pero no tardó en empezar a reírse.
-¡A ver, a ver! Basta de risas y vayan a hacer las compras- Protestó Lilian.
-¡Mamá!
-¡Lilian!
Ambos saltamos de la mesa, Gustavo fue rápidamente a darle un beso.
-Buen día- Saludé.
-Hola nena, buen día.- Me regaló una sonrisa dulce y agradable.
-Toma hijo, háganse estas compras por favor.
-Sisi, ahí vamos.
Lilian vino hacia mi y me tocó el rostro -Uh mamita, mirá como te dejó- Sus manos suaves tocaron mi rostro. La miraba totalmente enternecida y jamás imaginé estar en una situación así con ella.
-¿Vamos?
-Sisi
Lilian me sonrió y yo estaba totalmente agradecida con la vida por haberme dejado estar con ella así por 5 segundos.

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Gracias por leer
Pronto el 6to. Capítulo.

Vuelta por el Universo| Soda StereoWhere stories live. Discover now