V E I N T I N U E V E

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Maratón Recta Final 2/3

Narra Tn

—Oye amor— escuché a Kevlex llamarme.

—¿Qué pasa cariño?— me acerque y lo abracé de la cintura.

—¿Invitaste a alguien más?— le di una mirada de confusión.

—Claro que no, solo a ellos— señale con la mirada a los chicos —¿Por qué?.

—Vi a un chico y una chica fuera de mi habitación.

—Deben ser figuraciones tuyas amor, diviértete, iré a revisar— lo bese y me encamine hacia si habitación.

—Esta bien— fue hacia la sala donde se encontraban los demás.

Camine hacia el pasillo donde efectivamente no había nadie, revise su habitación y tampoco había rastro de que alguien hubiese estado ahí así que decidí dirigirme al baño, me demore unos minutos en salir pero cuando lo hice sentí un pañuelo en mi boca y nariz, después comencé a sentirme adormecida y no recuerdo nada más.

(...)

Desperté, estaba en un cuarto algo pequeño, solo tenia una luz alumbrando la habitación, estaba desorientada, no sabía dónde me encontraba en este momento, tenía las manos atadas y una mordaza en la boca, intente desatarmé pero solo me lastimé, vi a alguien entrar a la habitación, al parecer era una chica, venía hablando por teléfono y no se dio cuenta de que me encontraba despierta.

—Bien, así que ya desperto— dijo al colgar el celular, se acercó y tomo mi barbilla obligándome a verla. Rebbeca, en verdad era ella.

Se levantó y me golpeó la cara, ¡Dios! ¿Pero yo que le hice a esta chica?. Comenzó a golpearme con más irá y fuerza, mis pómulos estaban adormilados debido al dolor, sentía que en cualquier me iba a desmayar cuando me quitó la mordaza de la boca.

—¿Por qué haces esto?— pregunté tratando de no llorar y ella solo comenzó a reír.

—Eres una cínica, ¿Y todavía tienes el descaro de preguntarlo?— golpeó otra vez mi mejilla —Me robaste a mi novio, destruiste mi vida y lo arruinaste todo.

—¿Es eso suficiente para que hagas esto?.

—¡Si! ¡Lo es!— grito, esta chica está loca. Se fue y me volvió a dejar aquí sola.

Eran tantos los pensamientos que venían a mi mente que no supe cuando alguien más entro en la habitación, lo reconocí al instante debido a su complexión y forma de caminar.

—Austin... Austin, por favor ayudame— supliqué.

—No puedo— había culpa en su mirada —Lo siento.

—Por favor, Austin.

—Lo siento, no puedo.

Se fue acercando a mi, no comprendía que haría hasta que Rebbeca entro en la habitación gritando que lo hiciera.

—¡Hazlo Austin! ¡O tu madre sufrirá las consecuencias!— Austin se acercó más y más a mí, comenzó a desvestirse, me estaba tocando y yo no podía hacer nada, intentaba violarmé, ¡por Dios! Austin me estaba comenzando a quitar la ropa, me tocaba suciamente, comencé a llorar, estaba desesperada y asustada así que solo me puse a llorar.

Amor Prohibido /Kevlex Y Tú/Where stories live. Discover now