D I E C I N U E V E

3.4K 205 28
                                    

Narra Tn

Me dolió mucho lo que Kevlex hizo pero mi corazón ya estaba bastante lastimado como para sentir el más mínimo dolor, nuestro amor estaba prohibido y eso nadie lo podía cambiar, la verdad no sé por qué me ilusiona tanto la idea de poder estar con él sin tener que escondernos, eso jamás sería posible, él hizo lo que hizo para dejarme en claro que jamás estaría conmigo, que el que yo regresará no había servido de nada y que me viniera a pedir disculpas, no tenía por qué hacerlo, estaba en todo su derecho de acostarse con esa chava teniendo en cuenta que es su novia y yo solo fui la niñera de sus hermanos pero de ahí a atarme a ese sofá y dejarme ver como su novia gemía de puro placer mientras yo me tenía que aguantar el coraje y las ganas de gritar que yo quería estar en el lugar de esa chica, que me moría por volver a besar sus labios una vez más, ambos sabíamos que eso era imposible y yo tenía que olvidarme de él y aunque me doliera admitirlo él estaba haciendo lo mismo, se estaba olvidando de mi, estaba continuando con su vida como yo debo continuar con la mía.

En fin, hace un rato se fue Jazz y me quede sola en casa, solamente me quedo tomar un frasco de Nutella de mi reserva en la alacena y acostarme a ver uno de los doramas que más me hacían llorar, está bien lo admito, no tener a Kevlex conmigo me hace sentir fatal pero ¿que quería que hiciera? sí él solo me utilizo por segunda vez, y pensar que llegue a enamorarme de él como una tonta, ¡Por dios ¿En que estaba pensando?! él jamás estará conmigo por mucho que lo desee, jamás se fijaría en alguien como yo.

—¡¿Hola?!— escuché que gritaron desde el pasillo, en ese instante entré en shock ¿quien podría ser? ¿y si se metió un ladrón? Ay Tn no digas tonterías ¿que ladrón saludaría antes de robar todo lo de valor? Aunque pensándolo bien yo no tengo nada de valor.

Me puse la bata que tenía junto a mi cama colocándome las pantuflas y saliendo de la habitación no sin antes tomar un bate del armario, ya se que es raro que yo tenga un bate en mi armario pero pues todo puede pasar, camine lentamente por el pasillo oscuro y solo la luz de la cocina alumbraba una pequeña parte de la sala de estar, el televisor estaba encendido reproduciendo uno de los vídeos de Kevlex.

—Oh, ese maldito— dije en un susurro mientras tomaba el mando de la pantalla y la apagaba, me fui acercando más y más a la cocina y lo que ví ahí me sorprendió mucho, era un chico desconocido tomando un zumo de mi nevera, no me precipite a golpearlo, solo mantuve la calma y le pregunte quien era —¿Qui-quién eres?— pregunté con voz temblorosa sosteniendo muy fuerte el bate entre mis manos.

—¿Quien eres tú?— pregunto el chico dejando caer el vaso que rápidamente se rompió esparciendo los trozos de vidrio por el suelo.

—Yo vivo aquí, este es mi apartamento— dije entrando completamente a la cocina.

—Claro que no, yo lo rente hace una semana— dijo muy seguro acercándose a mi —pero qué linda compañera tengo.

—No te acerques— amenace levantando el bate.

—Uy, que agresiva— dijo y se alejo.

—¡Vete de aquí!— grite y en ese momento tocaron el timbre.

Me apresure a ir a abrir sin perder de vista a aquel chico que caminaba hacia la sala y se ponía muy cómodo en el sofá que estaba justo frente a la gran pantalla que tenía en el centro de la pared.

—¿Sí?— pregunte al recepcionista que se encontraba en la entrada de mi apartamento.

—Disculpe usted señorita Ta, pero creo que le di las llaves equivocadas al chico que está en su sala de estar— dijo mientras señalaba gentilmente a aquel chico.

Amor Prohibido /Kevlex Y Tú/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora