IV. We're a Happy Family

606 64 85
                                    

Si Frank hubiese podido elegir una familia, probablemente hubiera elegido la familia de Jimmy. No porque lo pasara mal con su tía, todo lo contrario, Sherry siempre había sido buena con él y la adoraba, pero, aunque le costara admitirlo, a él le gustaban las familias numerosas y los Smith eran siete en total. Jimmy vivía con sus padres y sus cuatro hermanos menores, por lo que las cenas familiares eran muy entretenidas, sobre todo cuando Cathy, de siete años, le pedía que la esperara a que cumpliera quince para que pudieran ser novios, o cuando Tommy con tan solo cuatro años contaba chistes tan inocentes que era imposible contener la risa.

Esa parecía una buena y divertida infancia.

La suya, muy por el contrario, había sido bastante solitaria: no había tenido hermanos, pese a lo mucho que le había rogado a sus padres por un hermanito cuando no tenía con quién jugar en su casa en San Diego. Quizá de esa soledad que había experimentado, se levantaba el deseo por pertenecer a una gran familia, así que sabía que cuando llegara el momento, él tendría una familia numerosa, no tanto como la de Jimmy, pero definitivamente quería tener hijos.

—Okay, sigamos -dijo Jimmy llamándoles la atención para que reanudaran el ensayo luego de un pequeño descanso-. Nicky, deja la guitarra de Frank para que podamos ensayar -le dijo a su hermano de doce años-. Si terminas pronto tu tarea, quizá puedas tocar con nosotros luego de la cena -a Nicky le gustaba tocar la guitarra, por lo que solía pasearse por el garaje con la esperanza de que lo invitaran a tocar con ellos cuando ensayaban.

—No vi a Olly, ¿dónde está? -preguntó Frank. Eso también le gustaba de la familia de su amigo: el gusto de sus padres de que cada uno de los nombres de sus hijos terminara en "y". Le parecía gracioso.

—Oh, ese chico -rió Jimmy-. Está en casa de su novia.

—¿Tu hermano de catorce años tiene novia y tú no? -se burló Vincent.

—Tú tampoco tienes novia. Ni novio.

—Pero Vincent sí que tuvo suerte la otra noche -rió Frank.

—Solo disfruto de los placeres de la vida, amigo, algo que a ti te falta experimentar -Jimmy le tiró la colilla del cigarrillo.

—Hey, Liam, ¿a ti cómo te fue con Mae? –preguntó Jimmy.

—Bien –el oji-azul esbozó una sonrisa estúpida.

—¿Tuviste que arrastrarte como un gusano? –bromeó Vincent.

—Básicamente sí -todos rieron-. Me perdonó y ahora estamos oficialmente juntos así que también fue una buena noche para mí.

—Con Frank estábamos teniendo una buena noche hasta que apareció Gerard a buscar a tu amada -trató de bromear Jimmy.

—Sobre eso... Frank, lo siento tanto, pero no tenía idea que Gerard iba a aparecer allá -dijo Liam.

—No voy a mentirte, amigo, todo fue jodidamente extraño porque no tenía idea quién era ni qué estaba pasando -encendió un cigarrillo-. Pero pudimos conversar un rato -los chicos lo miraron expectante-. ¿Qué?

—¿Dijo algo sobre nosotros? ­-preguntó Liam.

—No, pero sí estuvo hablando de algunas cosas que se escuchaban bastante jodidas –Frank le dio una calada a su cigarrillo-. ¿Tienes algo que ver con eso? ­-Liam bajó la mirada y Frank notó incomodidad en el ambiente-. Okay, ¿cuál es el asunto entre ustedes, Liam?

—Él vivía acá antes y ha vuelto un par de veces –su amigo no lo miraba-. No... no lo sé, amigo, probablemente me vio ebrio o drogado un par de veces y por eso quizá no le agrado mucho.

The Clash {Frank Iero & Gerard Way}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora