Capítulo 20

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Narrador

La muchacha de larga cabellera castaña se disculpó con sus amigos y comenzó a caminar en dirección a su nuevo compañero de clases. Trevor Moran. Ella se encontraba realmente desconcertada al verlo ahí, si bien, el chico se veía tranquilo, no se explicaba el porqué de su presencia ahí. La muchacha de ojos marrones carraspeó la garganta justo a las espaldas del ojiazul y él se giró con el ceño fruncido. Al ver a su compañera de clase y nueva amiga una gran sonrisa adornó el bello rostro del muchacho.

—¡Dylan! —Espetó él mientras se ponía de pie y a abrazaba en forma de saludo. Ella le correspondió el abrazo—¿Cómo estás? ¿Qué estás haciendo aquí?

—Lo mismo me pregunto yo, Trevor. ¿Qué estás haciendo aquí?

—Pues es la fiesta de mi primo, ¿y tú?

—¿Tú primo? —preguntó a chica confundida. —Yo vine porque ese chico Alex, es amigo de mi amiga—sonrió por el juego de palabras que había utilizado—¿Alex es tú primo? —Trevor asintió con una sonrisa—Vaya, si que es pequeño el mundo.

—Claro que sí—acotó el muchacho—¿Quieres algo de beber?

—Seguro—dijo ella mientras se sentaba en el taburete de al lado de Trevor.

Troye y Connor habían visto la escena protagonizada por su amiga y el chico castaño, y ambos sonrieron con complicidad. Decidieron irse a bailar y dejar a la joven pareja tranquilos.

—Y dime—dijo Trevor después de darle un sorbo a su bebida—¿Tu novio está aquí?

—No. Él está en casa, supongo.

—¿Cómo que supones? —preguntó un poco más relajado el ojiazul. Le incomodaba la idea de que el novio de Dylan estuviera ahí, pero al enterarse de que no era así, se sentía un poco más seguro. Ya se había enterado de la fama de matón que éste tenía, y sería mejor mantenerlo alejado lo más posible.

—Como lo oyes. Está en su casa. Hemos peleado y Troye ha organizado esta salida. Solo de mejores amigos. Nada de novio. —Aclaró la chica encogiéndose de hombros para quitarle importancia.

—Genial—susurró el chico mientras le dedicaba una sonrisa sincera a su castaña amiga, Ambos chicos se quedaron mirando fijamente por algunos segundos, los cuales transcurrían de forma lenta para Dylan. Trevor se aclaró la garganta con nerviosismo al sentir una extraña sensación en su estómago y habló—¿Quieres bailar?

—Claro—respondió ella con entusiasmo.

Trevor se puso de pie y levantó su mano para que ella la cogiera, la muchacha lo hizo y un escalofrío recorrió la espina dorsal del castaño haciéndolo estremecer. Caminaron juntos de la mano, esquivando algunos cuerpos y llegando a la pista de baila, comenzaron a bailar aún tomados de la mano.

(...)

Después de haber bailado alrededor de cuarenta minutos, ambos muchachos se encontraban caminando por el patio de la casa Carter. La noche estaba fría, pero era agradable, puesto que el interior de la casa parecía un verdadero horno, y Dylan agradecía mentalmente la decisión de Trevor de haber salido a dar un paseo.

Ambos muchacho tenían muchas cosas en común. Los dos eran tranquilos, les gustaba leer y pasar tiempo en casa de sus respectivas familias. Trevor, al ser chico, era realmente admirable que le gustara leer. "A Kian no le gusta nada de esas cosas" espetó el subconsciente de la muchacha y ella agitó la cabeza levemente para espantar esos pensamientos. En esos momentos, no quería pensar en nadie más, que no fuera su amigo Trevor.

"Esperen un momento" Dylan se detuvo en seco con el pensamiento rodándole por la cabeza. ¿Ella había pensado en eso? ¿Qué no quería pensar en nadie más que no fuera en su amigo? ¿En Trevor? Un escalofrío incómodo le recorrió haciendo que se estremeciera de la incomodidad de la situación. Trevor se dio cuenta y comenzó a desabrocharse la chaqueta de cuero que llevaba puesta.

—Ten—susurró el muchacho mientras acomodaba su chaqueta en los hombros de la castaña. El fragante olor a perfume masculino inundó las fosas nasales de Dylan y ella le agradeció con una sonrisa, la cual Trevor le devolvió gustoso. —Me gusta tu sonrisa—el comentario salió sin previo aviso y sin el consentimiento del ojiazul. Sus mejillas se tronaron de un suave y adorable color rosa. La muchacha se carcajeó por la imagen adorable del chico y alzó su mano, le alborotó un poco el pelo y el cerró los ojos ante su tacto. Le gustaba que le tocaran el cabello.

—Gracias, Trevor—agradeció ella y siguió su camino, fijando su mirada en las estrellas.

Después de dar cinco pasos, desvió la mirada hacia su lado derecho y se dio cuenta que su acompañante no veía a su lado. Paró en seco y miró por encima de su hombro. Dylan se encontraba estupefacto a unos metro de ella, en el mismo lugar donde ambos había parado hace algunos segundos; sus ojos estaban abiertos a más no poder y una sincera –pero cómica- sonrisa adornaba su perfecto rostro.

boyfriend; kian lawley (libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora