Secretos... había tantos de ellos.
¿Y como decirlos? En una sociedad, machista, xenofoba, racista y homofobica es
o era imposible de hacer.
Una historia dada en el contexto de 1960, una historia de amor.
⇝100% original.
⇝Prohibida copias y adap...
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Maratón 1/3
Justo como había dicho, Youngjae se apareció en la corte, se sentó junto a su amiga y le dedico una sonrisa en forma de saludo.
No quería ser irrespetuoso, el juez ya había entrado y la sala se encontraba en silencio, los abogados de cada litigantes comenzaron la sesión.
________ oía lo que cada uno tenía para decir y se preguntaba porque debían dar tantos motivos para una separación si con un simple "ya no lo amo" sería suficiente, intentaba poner atención en el asunto pero de vez en cuando se quedaba embobada en el perfil de Nayeon.
Una hora después, y por fin, los benditos papeles estaban siendo firmados, lo que significaba que Nayeon recuperaría su hogar y todo el poco dinero de Seungjae sería para ella.
El tipo por poco no había partido la punta de la pluma, tenía rabia y se le notaba en los ojos, por otro lado Nayeon tenía una sonrisa de oreja a oreja, como si se hubiera ganado un millón de dólares en ese mismo momento.
Me imagino que esta feliz, pues fueron casi cinco meses de sufrimiento, todo había comenzado en verano y ya estábamos entrando en invierno.
Jihyo y Daniel se encontraban en la misma sala observando todo, la amiga de Nayeon había llevado su cámara para capturar el momento preciso donde volviera a ser soltera, quería atesorar ese momento porque sabía que no duraría para siempre con ______ dando vuelta.
Por otro lado Daniel se encontraba allí solo para mofarse de aquel tipejo, lo odiaba, le quedaba corta esa palabra; una vez trato de ligarse a Jihyo estando a una semana de la boda con Nayeon, desde ese momento lo tenía entre cejas.
― ¡Que viva la soltería! ― exclamó feliz Jihyo mientras disparaba el flash, Daniel la miro. ― Claro, la de ella. ― rió por el mal entendido. ― Sabes que te amo.
― Y yo a ustedes. ― abrazó a Jihyo por la espalda.
Los padres de Nayeon aplaudieron e hicieron sonrojar a la chica.
― No es fácil sacarse los parásitos de encima. ― exclamó el señor Im mientras acomodaba su saco al pararse del asiento.
― ¡Papá! ― reclamó entre medio de una carcajada.
― Solo digo la verdad hija. ― abrazó a su primogenita y salieron del establecimiento.
― ¡______! ― llamó el hombre.
― Buenos días señor Im ― hizo una reverencia casi de noventa grados mostrando respeto.
― Te quería agradecer, por cuidar de nuestra chiquilla. ― hablo el hombre de edad con franqueza.
― No se preocupes señor, fue un placer, somos muy buenas amigas. ― Nayeon rió por lo bajo y guiño un ojo.
― Te quería invitar a cenar, para celebrar la desparasitación. ―_______ rió ante aquella comparación.
