LVIII

1.6K 97 62
                                    

—Creo que necesitamos un día a solas, ya sabes, una cita, solo tu y yo, parece que últimamente siempre nos vemos junto a otras personas y necesito pasar un momento a solas contigo ¿te parece? Te llevaré a cenar hoy después del trabajo ¿que dices?—

Naoki y yo estábamos ya casi en la recta final de nuestro turno en el hospital y luego de atender a un paciente, nos encontrábamos limpiando el consultorio y dejándolo todo en orden, la desazón que me provocó la propuesta de Naoki no me dejó nada contenta, pero asentí de todas maneras. Pudiera que tuviera razón y que todo lo que necesitáramos para estar bien y volver a ser los de siempre era estar solos. No sabía por qué, pero ahora, cada vez que estaba con Naoki me sentía...diferente, como si algo no estuviera encajando en el lugar correcto entre nosotros. Quería creer que era por lo que él decía, quizá simplemente necesitáramos una cita, volver a los tiempos de antes para poder sentirme a gusto con él de nuevo. Así que no vi ningún problema cuando acepté una cita con él, esa misma noche.



Luego de terminar de arreglarme, aquella noche, Naoki pasó por mi en su coche y me dejé llevar, en realidad ni siquiera sabía a donde me llevaría, pero no pregunté tampoco, confiaba en él. Mientras estábamos en el coche, pude notar como él se esforzaba por ser como antes, para que las cosas fueran como antes, me hacía reír y hacíamos chistes, como siempre, comencé a relajarme bastante de nuevo en su presencia y eso me alivió y me alegró a partes iguales, eso significaba que el Naoki que de verdad me gustaba aún estaba allí.

Nos detuvimos al llegar a un restaurante tradicional de comida japonesa, habíamos ido allí antes, pero me sorprendió ver que esa noche estaba prácticamente vacío, miré a Naoki mientras salíamos del coche y caminábamos hacia la entrada, con las preguntas en los ojos —¿Por qué no hay nadie? Este restaurante es muy bueno...que raro que no haya nadie— Naoki solo me miró con una sonrisa ladina al escucharme y me guió hasta una de las mesas del centro para poder sentarnos y pedir, yo lo miré con aire confundido y el ceño ligeramente fruncido, hasta que poco a poco las piezas comenzaron a encajar...para cuando lo entendí, ya estaba sentada a la mesa con Naoki en frente de mi —Oh por dios...Naoki ¿rentaste todo el lugar? ¿De verdad?—

—Te dije que quería que estuviéramos solos— El aludido se encogió de hombros con una sonrisa traviesa y se apresuró a llamar al mesero que nos serviría aquella noche.

Mentiría si dijera que no la pase bien. Pasar tiempo con Naoki siempre era sinónimo de pasarlo bien, me entendía, me hacía reír, era encantador con esa sonrisa del millón y yo sabía que cualquier chica mataría por estar en mi lugar, sentía que de verdad podía considerar a Naoki algo así como alguien en quien confiar sin reservas, alguien que me escucharía, me haría sentir mejor...mi mejor amigo. Y allí estaba el dilema de todo el asunto, porque Naoki de verdad era mi mejor amigo. Un mejor amigo al que me había obligado a besar y acariciar por el último año y medio. Cuando mis pensamientos llegaron a este punto, ya habíamos terminado el postre, que había sido un delicioso pastel de matcha con chocolate y jarabe de frambuesas, por las ventanas se podía ver como había comenzado a llover, como no, estábamos en plena época de lluvias. Sentí como Naoki tomaba mi mano y yo dejé de mirar a la ventana y lo miré a él, sentí un pinchazo de remordimiento en la boca del estómago, sin embargo él solo me miró mientras jugaba con mis dedos entre los suyos, yo suspiré.

—Danae, mi vida...quería pedirte perdón, quería aprovechar esta ocasión para poder pedirte perdón— Aquello me tomó por sorpresa, fruncí un poco el ceño y le miré —¿A que te refieres Naoki?— Él suspiró antes de contestar —Sé que últimamente no he sido...yo mismo, pero es que...no tienes una idea del miedo que tengo Danae, tengo mucho miedo de perderte, confío en ti, de verdad, pero...es inevitable el tener miedo del futuro, cuando apenas hace dos meses me sentía tan seguro de lo que nos deparaba el futuro, ahora no lo sé...bueno, ahora si que lo sé, pero apenas ayer todavía estaba lleno de miedo y actuaba raro contigo y con todo el mundo en realidad, necesito que me perdones Danae— Yo ya negaba con la cabeza, sabía perfectamente que el que Naoki se sintiera tan temeroso era en parte por mi culpa, así que no podía reprocharle nada en realidad —No hay nada que perdonar Naoki, de verdad, no tienes porque disculparte— Le apreté los dedos un poco, buscando confortarlo, y al hacerlo, él volvió a mirarme, sonriendo ligeramente —Por eso me gustas tanto Danae, eres increíble...— Yo sonreí también, sin soltarle la mano aunque había algo en el fondo de mi cabeza que gritaba para que dejara de mentirme a mi misma y de mentirle a él, no era justo.

Conticinio 「𝙔𝙪𝙯𝙪𝙧𝙪 𝙃𝙖𝙣𝙮𝙪」《TERMINADA》Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu