Capítulo XXV

2.1K 152 23
                                    

Luego de que Yuzuru le diera aquella noticia, le soltó la mano, se giró hacia el lado contrario al de ella y se cubrió con las cobijas hasta la nariz, cerrando los ojos. Danae entendió aquello como su señal de salida, aunque todavía estaba un poco en shock por lo que acababa de escuchar. Se levantó de la cama de Yuzu y caminó hasta la puerta, cuando estaba a punto de salir y cerrar la puerta pudo notar que los hombros de Yuzu temblaban ligeramente, seguía llorando. Aquello le estrujó el corazón, estaba sufriendo, si tanto le dolía dejar a Evgenia ¿por qué lo había hecho?

La chica se quedó sentada en uno de los sofás de la sala, totalmente a oscuras. Se sentía extraña, no entendía nada de lo que pasaba a su alrededor la verdad, todavía no había hablado con Javi así que no tenía donde depositar sus teorías, el día que Evgenia la había visitado había sido de lo más bizarro y ahora Yuzu le había dicho que había terminado la relación con ella a pesar de que parecía que le dolía muchísimo haberlo hecho, había llegado hecho un desastre y en medio de un ataque de asma, debía de afectarle bastante, entonces ¿por qué? Se suponía que la quería y el que estuviera sufriendo tanto al dejarla demostraba que la quería ¿no se suponía que la gente que se quiere mutuamente debían estar juntos? Danae estaba tan confundida que terminó hecha una bolita humana en una de las esquinas del sofá, tratando de desenredar los pensamientos en su cabeza.



La voz ronca y algo baja de Yuzu le despertó, sintió la mano del ajeno frotándole el brazo izquierdo con suavidad —Dana-chan, estás temblando, no debiste quedarte aquí toda la noche— Danae abrió los ojos y pudo ver el rostro de Yuzuru en frente de ella, muy cerca, lo notó de inmediato, tenía los ojos enrojecidos, unas ojeras que le llegaban casi al piso y estaba bastante pálido, probablemente no había dormido en toda la noche, ella se sentó en el sofá, negando —Estoy bien ¿y tu? ¿que hora es?— Yuzuru se puso en pie pues había estado en cuclillas frente a ella y desvió la mirada un poco —Estoy bien, son las cuatro de la madrugada, solo te desperté para que pudieras ir a la cama, estoy seguro de que dormir ahí no es muy cómodo, aparte estabas temblando de frío— Danae miró al chico de pies a cabeza, él no se veía como si fuera a regresar a la cama, llevaba zapatos deportivos, un pantalón de mezclilla y una sudadera color vino, encima una chaqueta negra —¿Tu vas a algún lado?— ¿A las cuatro de la mañana? Danae frunció el ceño, Yuzuru medio sonrió aunque la mirada todavía se le notaba apagada —Iré a dar un paso, no te preocupes, tu vuelve a la cama— A ella no le agradaba para nada la idea de que saliera a esa hora y no pudo evitar la mueca de disgusto, Yuzu sonrió un poco y comenzó a caminar hacia la cocina —¿Quieres acompañarme? Puede que sea mejor que me acompañes, prepararé té para llevar en un termo...¿durazno verdad?— Yuzuru le conocía ya tan bien, sabía el té que le gustaba y había sabido ver en su expresión que no iba a quedarse para nada contenta con el hecho de que él saliera solo tan temprano luego de que le hubiera dado un ataque de asma, ni siquiera salía el sol aún.

—Por favor, y gracias, iré a cambiarme— Agradeció por lo del té y se encaminó hacia su habitación, allí se cambió de ropa por una más abrigadora, preguntándose a donde irían y por qué Yuzu había dicho que era mejor que le acompañara. Después de lo acontecido la noche anterior el enojo se había esfumado, ver a Yuzuru sufriendo siempre iba a desvanecer cualquier rastro de enojo con el patinador.

Cuando salió de su habitación, Yuzuru ya le esperaba con una mochila a la espalda, Danae no preguntó y simplemente siguió al chico cuando este le indicó que le siguiera. Salieron del departamento bajo el clima frío de Toronto, había neblina y pequeñitas gotas de rocío se arremolinaban alrededor del cabello de Danae, caminaron sin decir nada hasta la parada de autobús que estaba cerca del edificio y se sentaron a esperar, luego de un momento, Danae ya no pudo más con el silencio —Yuzu, ¿puedo saber a donde vamos?— Miró al contrario pero se dio cuenta de que él no estaba con ella cuando se sorprendió de haberla escuchado, la mente de Yuzuru Hanyu estaba muy lejos de allí, quizá en Evgenia, pensó Danae. Este pensamiento le hizo bajar la mirada —Oh cierto, que no te lo he dicho, me han dado ganas de ir al paseo marítimo ¿sabías que solo he estado ahí una vez en todo este tiempo que he vivido en Toronto? Podremos ver el amanecer desde allí— Danae asintió, pensando en lo que eso podría significar, sin embargo no pudo pensar en ninguna razón en específico, ningún significado oculto para ir al paseo marítimo a esas horas. A pesar de que apenas iban a dar las cuatro y media de la madrugada, en Toronto el transporte público comenzaba a funcionar desde muy temprano, así que no les sorprendió para nada ver pasar al autobús. Subieron en él y el recorrido lo hicieron en silencio. El camino les llevó aproximadamente cuarenta minutos, cuando bajaron del autobús, todavía seguía oscuro, el sol no había salido.

Conticinio 「𝙔𝙪𝙯𝙪𝙧𝙪 𝙃𝙖𝙣𝙮𝙪」《TERMINADA》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora