Capítulo XXIX

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La verdad es que estaba en las nubes. Mientras me servía jugo de arándano en el vaso, mi mirada se perdió en las líneas del mármol de la barra, por poco y derramé el jugo sobre la misma, antes de hacerlo volví en mí y sacudí un poco la cabeza, era un tanto temprano, las nueve de la mañana, por ello me sorprendí al ver la puerta del cuarto de Yuzuru abrirse, él nunca despertaba tan temprano. De inmediato me puse nerviosa, sentí como mis piernas comenzaban a temblar y las manos a sudarme, mi respiración se agitó ligeramente mientras intentaba encontrar algo que hacer con las manos, decidí que tomar el jugo sería la mejor idea.

Mientras hacía esto, Yuzu salió de su habitación con su maleta de entrenamiento en la mano, esto ya era muy extraño de por sí, al verme se detuvo una fracción de segundo y sonrió a medias, no era una sonrisa completa —Buenos días, eh, iré a entrenar un poco ¿vale? No será mucho tiempo, no necesitas venir, si quieres vuelve a la cama, nos vemos— Todo esto lo dijo tan rápido que ni siquiera me dio tiempo de tragar el jugo antes de que él me diera la espalda y saliera del departamento, se había ido. ¿Yuzu yéndose a practicar a las nueve de la mañana? Eso era extremadamente raro, sólo lo hacía cuando sabía que había clases específicas en el club, si no más bien iba despertando a eso de las once de la mañana y todavía se tomaba su tiempo para desayunar, arreglar sus cosas y prepararse para salir. Me quedé allí, confundida con el vaso de jugo en la mano, la burbuja en la que había estado hasta ese momento comenzó a desinflarse poco a poco.

Apenas me había despertado había tenido que apretar el rostro contra la almohada para no comenzar a reír de forma histérica, todavía recordaba la noche anterior, aquel beso, si cerraba los ojos era perfectamente capaz de recrear cada segundo, cada sensación, su mano en mi cintura, sus labios reclamando los míos, mis mejillas se sonrojaban solo con pensar en ello. Y ahora ese pequeño paraíso en el que me había despertado comenzaba a teñirse de gris poco a poco ¿por qué Yuzu se había mostrado tan frío? ¿Por qué parecía que me estaba evitando? La verdad, ni siquiera sabía si quería saber la razón.



El tema del beso no volvió a salir a la luz y conforme más pasaba el tiempo, más me di cuenta de que aquello parecía haber sido más y más un sueño ¿lo había soñado? Estaba segura de que no, entonces ¿por qué se sentía tan distante? ¿Por qué Yuzuru estaba cada vez más y más alejado de mi? ¿O era simplemente mi percepción? Era difícil ahora que nos quedáramos a solas, incluso cuando vivíamos juntos, Yuzu se encerraba en su habitación y ni la mayor fuerza del planeta podría sacarlo de allí si él no lo quería. Él evitaba mi mirada, evitaba tocarme y todo esto comenzó a hacer mella en mi propia confianza y autoestima ¿y ahora qué pasaba? ¿Había hecho algo mal? Incluso llegué a pensar que aquel beso no le había gustado ¿había estado tan mal? Para mi había sido el momento más perfecto y hermoso de mi vida entera, todas las noches me dedicaba a repasar aquel momento esperando encontrar alguna falla, algo que hubiera podido molestar a Yuzuru pero siempre que recordaba aquel momento no podía hacer más que sentir calidez en mi pecho, como si me estuviera derritiendo, era perfecto para mi ¿entonces por que parecía que para Yuzuru había sido todo lo contrario?

Estaba ya cansada de vivir en la incertidumbre así que un día, mientras estábamos en el TCC, me alejé un poco de Jun para poder caminar a la orilla del rink, sin poder quitar la vista de Yuzuru, que practicaba Otoñal. Iba decidida y con toda la intención de hablar con Tracy o con Brian, preguntarles si habían notado a Yuzu algo diferente, sabía que era una tontería, pero con Yuzuru siempre sentía que era así, yo tenía que guardarme absolutamente todo, no tenía con quien hablar de ello y en esta ocasión sentía que de verdad me estaba comiendo viva el asunto. La primera persona con la que me topé fue con Brian, una pequeña parte de mi mente deseó haberme topado con Tracy, puesto que con Tracy sabía que sería mucho más fácil hablar de ello, pero ya no había alternativa, Brian me había visto ya y se acercó a mí con una sonrisa —Hola Danae, ¿que tal? ¿todo bien?— Yo asentí y me coloqué a su lado, fingiendo fijarme en los patinadores que se movían por la pista como si volaran —Si, todo estupendo, solo me preguntaba...ehh...¿no has notado a Yuzu algo extraño? ¿Diferente?— Brian me miró con el ceño fruncido y fijó la mirada en Yuzu, ladeando un poco la cabeza, como si lo analizara —La verdad es que no, solo sé que ha estado enfocado en Helsinki, así que probablemente sea eso, ya sabes que se pone así cuando se concentra ¿por qué? ¿Tú has notado algo fuera de lo normal? ¿Crees que sea su tobillo?— Yo me apresuré a negar, sonriendo para tranquilizar al entrenador —Oh no, su tobillo está muy bien, debe ser eso, que está concentrado— Pero mientras yo seguía observando al japonés, ya dudaba de esa teoría, yo había visto como era Yuzuru cuando se aproximaba una competencia y sí, ponía toda su concentración en el evento a desarrollarse, pero seguía siendo Yuzu, el Yuzu que bromeaba, que reía, que jugaba conmigo ¿por qué ahora no era así? ¿Es que acaso era porque la competencia en Helsinki importaba más que la de Skate Canada? No, Yuzuru no era así, él daba igual importancia a todas las competencias en las que pudiera conseguir un oro, entonces ¿qué demonios sucedía? Me frustraba tener que guardarme todo eso, no poder hablarlo con nadie y simplemente dejar que aquello me comiera por dentro. Antes solía hablar de las cosas que me preocupaban con Yuzuru pero ¿qué hacer cuando la única cosa que me preocupaba ahora era Yuzuru? Con un suspiro, bajé la cabeza y traté de desviar mi mente a lugares más positivos de los que se encontraba en ese momento.



Conticinio 「𝙔𝙪𝙯𝙪𝙧𝙪 𝙃𝙖𝙣𝙮𝙪」《TERMINADA》Kde žijí příběhy. Začni objevovat