LVII

1.7K 101 72
                                    

Mi vida había tomado una dinámica bastante tranquila después de todo aquello y aunque Yuzuru había dicho eso sobre besos y sabrá Dios que más, sí que nos habíamos visto después, ayudados sobre todo por Saya, que nos invitaba a comer juntos o cosas así, era reconfortante poder contar con la amistad de Yuzuru, era como recuperar al menos una pequeña parte de lo que antes me había hecho feliz, aún así, era imposible negar que yo seguía sintiendo mariposas en el estómago cada vez que estaba cerca de él, y aunque también sabía que estaba terriblemente mal...me era imposible pedirle que se alejara de mi. Quería ser su amiga, quería saber como estaba, que él pudiera contar conmigo cuando me necesitara, ¿eso hacían los amigos no? Me consolaba a mi misma pensando en eso, era cosa de amigos, nada más.


Pronto nos encontrábamos en junio y yo veía venir mis veintisiete años cada vez más cerca. Saya se las ingenió para convencerme de hacer al menos una pequeña reunión en mi departamento con las personas que yo amaba para celebrarlo y ahí estábamos, un día antes de mi cumpleaños, en mi departamento, terminando de colocar las decoraciones de la fiesta. Estaban invitados, por supuesto ella y Yuzuru, Naoki, Yuri, mis padres y mi hermano y mi cuñada. Mis padres no habían podido aceptar la invitación porque mi padre estaba en el medio de la publicación de historia japonesa, y mi madre no lo iba a dejar solo en un momento tan importante, mi hermano y mi cuñada dijeron que si que querían asistir, pero no podían hacer promesas al no saber si al día siguiente mi hermano saldría temprano de trabajar, lo suficientemente temprano como para tomar el shinkansen desde Tokyo y llegar a Sendai a tiempo. Así que confirmados, solo estaban Saya, Yuzu, Naoki y Yuri. Yo estaba nerviosa ante la perspectiva de reunir a Naoki y a Yuzuru en una misma habitación, no se habían visto las caras desde los tiempos en los que Yuzuru aún era mi novio. Saya me aseguraba que todo saldría bien, ella abogaba por su hermano, asegurándome que se comportaría como el adulto de veintisiete años que ya era. Yo decidí tener confianza en su palabra y aquella noche me fui a dormir mucho más tranquila de lo que hubiera esperado.



Al día siguiente, Saya llegó al departamento mucho más temprano para ayudarme a preparar la comida. En cuanto me vio al llegar, se lanzó a mis brazos con una enorme sonrisa en el rostro —¡Dany! Feliz cumpleaños cariño— Yo devolví el abrazo, riendo también, pero me tomó por sorpresa escuchar más voces y ver detrás de Saya a Alina Zagitova y a Alexandra Trusova, yo casi grité en el oído de Saya al verlas y ellas se acercaron corriendo a abrazarnos a las dos también. Estaba tan feliz de poder verlas de nuevo, tenía mucho sin poder verlas y el que estuvieran allí para festejar mi cumpleaños significaba mucho para mi. Cuando por fin pasó la emoción y pudimos separarnos y vernos de verdad las caras, yo no pude dejar de sonreír, las quería tanto a las tres.

Las invité a pasar, por supuesto y pronto todas estábamos haciendo algo, Saya estaba haciendo el relleno para las gyozas, Alina y Sasha estaban tratando de seguir las instrucciones para preparar un buen tofu frito, y yo estaba empezando a hacer la mezcla para hacer takoyaki. Me encantaban esos momentos, solo chicas, donde reíamos, hacíamos tonterías y hablábamos de mil y un cosas. Estaba a punto de iniciar con la preparación del takoyaki cuando el timbre del departamento volvió a sonar y yo me apresuré a abrir, era Yuri, que me abrazó con fuerza deseándome feliz cumpleaños —Oh, gracias Yuri, muchas muchas gracias— Llevé a mi nueva invitada a la cocina y la presenté, Saya ya la conocía por supuesto, pero Sasha y Alina todavía no, Yuri era un poco tímida con gente nueva, pero las dos chicas rusas la hicieron sentir en confianza de inmediato y en menos de media hora, ya todas hablábamos y reíamos como si fuéramos amigas de toda la vida.


Faltaba una hora para la hora acordada de la reunión cuando volvió a sonar el timbre, esta vez fue Saya la que fue a abrir la puerta y regreso a la cocina con una sonrisa, aunque la felicidad que denotaba este gesto no llegara del todo a sus ojos, y detrás, apareció Naoki con un enorme ramo de rosas rojas y su sonrisa encantadora de siempre. Las chicas comenzaron a hacer bulla como si fuéramos colegialas y aunque me pareció divertido, pude ver que Naoki se ruborizaba un poco. Se acercó a mi, me dio un beso rápido en los labios y me entregó las rosas, yo sonreí y le agradecí con la mirada. Después nos dedicamos a seguir preparando la comida, pues Saya insistía en que hiciéramos cada vez más y más —Saya por Dios, ¿es que acaso va a venir un regimiento? Creo que solo falta que llegue Yuzu ¿no? Mi hermano habló temprano, no pudo escaparse del trabajo y a mi cuñada no le parece correcto dejar a su recién adquirido esposo a que llegue a una casa sola— Miré a Saya, algo divertida, pero ella se apresuró a negar, afanada en la cocina de verdad —Nada de eso, tu hazme caso Dan, confía en mi— Yo miré a las demás chicas con cara de circunstancias, pero hice caso y seguí preparando takoyakis.

Conticinio 「𝙔𝙪𝙯𝙪𝙧𝙪 𝙃𝙖𝙣𝙮𝙪」《TERMINADA》Where stories live. Discover now