Criminal Love

Capítulo 17: Cambio de planes

-Me ofendes princesita – Apoyó la cabeza sobre sus manos y se inclinó sobre el mostrador para quedarse prácticamente a mi altura - Entonces, ¿no tengo pinta de hacer surf? Vaya, debería dedicarme a otra cosa en mis tiempos libres pues... ¿qué me sugieres?

- Clases de espacio personal – Puse mi dedo índice sobre su frente y le empujé hacia atrás provocando que su sonrisa se ampliase.

Mike apareció con una tabla bajo el brazo, rodeó el mostrador y la dejó al lado de la puerta. Siempre se encargaba él de sacarlas, las pocas veces que yo lo había intentado me había llevado algo por delante o me había chocado con los muebles de la tienda o incluso en una ocasión, me había medio llevado a un cliente por delante. Desde ese momento se me había prohibido tocar las tablas dentro del establecimiento.

- Ponme para pagar con tarjeta, se me ha olvidado sacar efectivo del cajero– Le miré y fruncí el ceño mientras que acercaba la tarjeta al datáfono.

- ¿Desde cuándo tienes tu tarjeta de crédito encima?

- No puedo hacer surf, no puedo tener tarjeta... ¿tengo pinta de vivir debajo de un puente y dedicarme a robar a la gente?

- Parecéis una pareja casada, todo el rato estáis haciéndoos de rabiar mutuamente. Que suplicio.

- Ya le gustaría a la princesita tener este premio como marido – No pude evitar reírme ante el comentario.

- ¿El típico machote heterosexual blanco con un ego del tamaño del país? Solo puedo dar las gracias porque eso no sea así.

- Pero ¿y este ataque tan gratuito? – Medio levantó las manos como si le estuviese atrancando - La princesita saca las garras a la mínima últimamente.

- Por favor cállate un poco Drake. Además, seguro que ni siquiera haces surf bien, haces mucho ruido y pocas nueces.

- Ya que eres la voz de la sabiduría y tanto pareces saber del tema, te espero cuando acabe tu turno para coger unas olas – Se acercó a la puerta y cogió la tabla de surf. Me miraba desafiante, lo que me hizo sacar pecho. Tenía muy claro que no me iba a achantar ante él.

- Será todo un placer ponerte en tu sitio – Me enseñó su radiante sonrisa y salió por la puerta. Me quedé observándole hasta que desapareció por la calle camino a la playa. Una risa me sacó de mi trance por lo que me giré y miré a Mike.

- Heather, te recuerdo que no tienes ni idea de surfear – Cogí aire y me llevé una mano al pelo, despeinándolo un poco.

- Lo sé – Mike se sentó en su silla y negó con la cabeza.

- Estás bien jodida.

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- Princesita, la gracia de hacer surf es subirse en la tabla, no estar debajo del agua intentando no ahogarse – Miré a Drake con los ojos entrecerrados mientras que me apartaba de mala manera los mechones de pelo que se me habían salido de la coleta y se me pegaban en la cara. Agarré de nuevo la tabla y como pude me tumbé encima.

- Cállate – Negó con la cabeza sutilmente a la vez que sonreía mirando su tabla. Comenzó a remar hacia la orilla por lo que aparté la vista de él y volví a centrarme en remar e intentar ponerme de pie al coger la ola.

No hace falta decir que ni siquiera fui capaz de ponerme de rodillas ya que antes de que pudiese asimilar lo que estaba pasando, me encontraba de nuevo bajo el agua. Salí a la superficie y di un manotazo al agua con frustración. Cuando la gente lo hace da la impresión de que no cuesta nada y es lo más sencillo del mundo. Que equivocada estaba. La tabla volvió a situarse en frente de mí sin que yo la cogiese, por lo que me giré y vi a Drake sonriéndome ligeramente mientras que sujetaba esta.