Capítulo 38: Vacío

12.2K 701 626
                                    

• ────── ✾ ────── •

Le sonreí divertida mirándole con una ceja levantada a lo que él se iba acercando más y más a mí hasta que sus labios comenzaron a moverse sobre los míos con necesidad, poco había de dulce y lento en cada movimiento de su lengua contra la mía. Llevé la mano a su pelo, agarrándolo y tirando hacia mí con fuerza. Esto provocó que soltase un pequeño gruñido contra mi boca que lo único que hizo fue añadir más gasolina al fuego que me consumía en esos momentos. Separó sus labios de los míos para llevarlos con fuerza a mi cuello, donde mordía y chupaba sin piedad alguna creándome pequeñas descargas eléctricas en todo el cuerpo y provocando que la humedad entre mis piernas fuese aumentando por momentos.

Me mordí el labio intentando contener los gemidos que amenazaban con escaparse entre mis labios, a pesar de que la casa estaba vacía cada sonido que hiciera solo aumentaba su ego y antes de ceder completamente ante él me gusta jugar con el diablo. Le puse las manos en el pecho y con toda la fuerza de voluntad del mundo le empujé apartándole así de mí. Se pasó la lengua por los labios mientras que me miraba con las cejas levantadas ligeramente. Una pequeña sonrisa se me dibujó en la boca y sin apartar las manos de su pecho comencé a empujarle despacio, Drake se dejó llevar sin poner resistencia alguna hasta caer de espaldas sobre el sofá conmigo encima, invirtiendo así nuestras posiciones. Me incliné sobre él y le mordí el labio sutilmente, provocando que soltase el aire con fuerza por la nariz.

- ¿Qué pasó con la princesita que se ponía roja cuando me miraba a los ojos? – Sus palabras chocaban contra mi boca provocando que le sonriese con picardía. 

- Cállate – Me separé de su cara, notando como el calor me inundaba las mejillas con fuerza. Me agarró de la cara juntando su frente contra la mía.

- Ahí está – Pegó su boca contra la mía de nuevo lo que me hizo soltar un pequeño suspiro.

Volvimos a besarnos como si no hubiese un mañana. Notaba el latido de su corazón bajo una de mis manos y sentía como se iba acelerando por momentos, al igual que lo hacía el mío. Me gustaba la sensación de no ser la única alterada completamente por la situación. Comencé a sentir como el bulto entre sus piernas se iba poniendo más duro bajo mi cuerpo. El calor comenzaba a apoderarse de mi cuerpo cada vez más y más, lo que me llevó a comenzar a mover mis caderas suavemente sobre su entrepierna, provocando un gruñido por su parte. Me separé de sus labios y con manos temblorosas empecé a intentar deshacer el nudo de su pantalón.

- Joder Heather... - Me agarró de las manos, con los ojos cerrados con fuerza y la respiración entrecortada – Si sigues así no creo que pueda pararte.

Sonreí antes de pasarme la lengua por los labios y darle un beso casto en la boca. Abrió los ojos y me miraba fijamente, analizándome la cara con detenimiento. Me aparté un mechón de pelo que me tapaba ligeramente los ojos y le miré con nerviosismo.

- Ese es el problema, no quiero que me pares – Sus ojos volvieron a posarse en mis labios antes de volver a mis ojos. Pude observar como tragaba saliva, provocando que su nuez se moviese ligeramente.

Uní nuevamente mis labios contra los suyos con ganas. Me puso la mano en la mandíbula profundizando más el beso mientras que me acariciaba con el pulgar la mejilla levemente. Me separé nuevamente de él y volví a llevar la mano a su pantalón, deshaciendo con torpeza el nudo de este. Me incorporé levemente, creando espacio suficiente como para bajarle los pantalones holgados de chándal que llevaba puestos, dejando a plena vista unos calzoncillos ajustados que poco dejaban a la imaginación. Mis ojos se posaron en el bulto que sobresalía en la tela. Me mordí el labio con nerviosismo, parecía más grande de lo que había podido sentir restregándose contra mi entrepierna. Suspiré ligeramente y con mano temblorosa acaricié por encima de los calzoncillos, provocando un gemido de su parte que me hizo apartar la mirada de mi mano y fijarme en su cara. Tenía los ojos cerrados con fuerza y la cabeza echada completamente hacia atrás. Una de sus manos estaba en su pelo mientras que la otra apretaba con fuerza el cojín del sofá. A penas le había tocado y estaba alucinada ante el efecto que ejercía sobre él.

Criminal LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora