Capitulo #9

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 Al fin todo se tranquilizó, las dos locas niñas están en mi habitación jugando con quien sabe que  y gracias a Dios dejaron en paz a los dos idiotas. Fui a la cocina para poder revisar todas las bolsas del super mercado.

-Orégano, leche, huevos, mas orégano, harina, sal. ¿En serio no hay galletas?- Dije para mi misma buscando algo al menos comestible. 

-Pareces una rata.- Rodé los ojos al escuchar la voz de Drake.- Bueno, mas de lo que ya eres.- Río mientras yo repetía continuas veces en mi cabeza ''cálmate'' para no matarlo con la sal como a una babosa. Hace una hora estaba casi queriendo besarme y ahora simplemente me trata como antes. Bipolar. 

-¿Quieres sal?.- Sonreí alzando las cejas. 

-¿Por qué preguntas?.- Se escogió de hombros frunciendo el ceño mientras yo, discretamente, me tomaba la libertad de abrir el paquete de sal. 

-Para esto.- Tomé en mis manos toda la sal que pude y la arrojé contra el idiota bipolar. 

-¿Que haces?.- Gritó intentando cubrirse con las manos, el muy cobarde decidió correr hasta la sala. 

-Derrítete babosa.- Grité corriendo hacia él con la bolsa de sal entre mis manos.

-Me rindo, me rindo, me rindo.- Chilló como una niña alzando sus manos al aire en señal de paz.

-Excelente.- Sonreí victoriosa. Di una pequeña vuelta con mis tobillos y comencé a caminar hacia la cocina para dejar la sal super saiyajin en donde estaba antes. En un segundo muy pequeño pude sentir las manos de Drake rodear mi cintura, con un movimiento bruscamente delicado me subió a sus hombros como si fuera un saco. Comencé a gritar como una loca pataleando para que me bajara.- Bájame idiota.- Grité golpeando su espalda con una de mis débiles manos repletas de sal.- Bájame.- Grité de nuevo.

-Dame eso.- Me quitó la sal de la otra mano. Tiró un gran puño de sal en mi provocando que mi cabello estuviera con muchos minúsculos puntos.- Oh, pobre Tara, ahora sufre de caspa.- Río cínico. 

-Bájame idiota.- Grité por millonésima vez. 

-Claro.- Sonrió. 

-Oh no Drake, no te atrevas a hacerl..- El repentino y gran golpe en mi trasero me interrumpió al momento en que el idiota mas idiota del planeta me dejó caer. 

-¡Eres el hombre mas caballeroso del mundo!.- Dije molesta levantándome del caluroso suelo. 

-Gracias, gracias, muchas gracias.- Hizo una reverencia cínica. 

-Idiota.- Bufé limpiando mi pantalón. ''Worlds Apart'' resonó por toda la casa comunicando que llamaban a Drake. 

-No puedo creer que aun te guste esa canción.- Sonreí sin poder creerlo. Esa canción la escuchábamos cada vez que Drake me daba tutorías de matemáticas en su casa. Es el tipo de musica que mas me gusta, él y yo discutíamos acerca de cual tipo de musica era mejor, y como los casi adultos que somos resolvimos el problema con una apuesta muy justa: ir a la casa de todos los vecinos, poner las dos canciones y pregúntales cual les gustaba mas, la persona que perdía tenía que tener la canción como tono de llamada por un mes. Lo que me sorprende es que ya han pasado dos años desde esa apuesta y él no ha puesto otra. 

-Es mi favorita.- Sonrió y contestó. Sonreí, al final no es tan mala persona... ¡Claro,que si lo es! que idiota soy. La apuesta se me olvidaba, debe ser por eso que puso de nuevo el tono, era obvio, él jamas dejaría su orgullo a un lado solo por mí, claro que no. Soy bruta. 

-Yo iré a la cocina.- Dije intentando no explotar y mandar todo a la mierda.- ¡Papá!.- Grité. 

-¿Que pasa?.- Llegó a la cocina, esta vez con pantalónes. 

Padre sobreprotector....Onde histórias criam vida. Descubra agora