Alma Mía •[[PanJose]]•

¿A donde iremos?

Panchito estaba recostado en su cama, mirando hacia el techo perdido totalmente en sus pensamientos.

"Lo que hice...fue terrible...no tengo perdón"

Estaba totalmente desalineado, llevaba la misma camisa desde hace dos días y su pantalón lleno de arrugas. Su cara se veía cansada y ojerosa.

"El jamás me perdonara...soy un monstruo"

En eso tocaron la puerta, el gallo no dijo nada solo se quedó en silencio mirando el techo como si nada pasara a su alrededor. Volvieron a tocar la puerta pero al no recibir respuesta quien estro era un gallo blanco que conocía perfectamente a Panchito.
Éste se sentó al borde de la cama y solo miró hacia otro lado.

-¿Piensas quedarte aquí toda la vida siendo miserable hasta morir?- dijo Pedro aún sin mirar a su hermano.

-...- El gallo rojo suspiro y miró a su hermano - ...Creó que es una buena idea - La voz de Panchito apenas si se escucha en la habitación.

-...- Pedro golpeó su cabeza con la palma de su mano y solo soltó un bufido - No se que hayas hecho pero solo recoge tu mierda y sal adelante! - El gallo blanco se escuchaba molesto, como si diera una orden a su hermano. Panchito se incorporó sentándose en la cama y miró molesto a su gemelo blanco.

-Mejor cállate Chuy! No sabes nada de la mierda que estoy pasando - ahora el gallo señalaba a su hermano - Tu puedes seguir tu vida normal y ser libre -Panchito se señaló a sí mismo - Yo tengo que casarme y joder toda mi vida solo por un capricho de mis padres!

-Oh! Ahora eres al víctima- Chuy se levantó de la cama y se puso frente a su hermano - ¿Crees que no se todo lo qué haces?...¿En serio la víctima eres tu...y no José? - Pedro se cruzó de brazos.

Panchito se quedó en total silencio sorprendido por lo que dijo su hermano, tenía los ojos bien abiertos pero después solo bajo la mirada y levantó los hombros, no tenía nada que decir porque...tenía la razón.

-...Eso creí - el gallo blanco suspiro y bajo los brazos para caminar hasta la puerta de la habitación- Así que será mejor que arregles lo que hiciste si no quieres que todo se salga aún más de control - Pedro cerró la puerta después de salir dejando a un Panchito totalmente desconcertado y con un silencio absoluto.

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El olor de la lavanda y la menta inundaban el baño, las velas estaban por apagarse y una tenue luz entraba por una pequeña ventana.

Eliza estaba ahí, dentro de la bañera, abrazándose a sí mismo mientras contemplaba su rostro en el reflejo del agua, totalmente quieta y sin moverse ni un poco.

-¿Se supone que deberías ser feliz?- se decía a sí misma mientras miraba su reflejo- Este era tu momento feliz ¿lo recuerdas?...lo planeaste desde niña, jugabas a qué ese día llegaría y serías feliz. - Ahora el gallinita cerró sus ojos y recargó su cabeza contra la blanca tina de porcelana - ...Pero no es así, ahora eres más infeliz que nunca.

Después de un largo baño y arreglarse con un hermoso vestido rosa con detalles bordados en blanco y un moño del mismo color de su vestido adornando su largo y negro cabello.
La chica bajo encontrándose con cientos de personas en la sala de su casa, muchas que conocía gracias a que su padre alguna vez fue presidente del pueblo pero la mayoría de ellas sabía que no eran buenas personas y que eran ladrones de guante blanco.
Todos tenían presentes o flores, la gallinita ya se podía imaginar de que se trataba y eso la hizo sentir mal.