Alma Mía •[[PanJose]]•

Desencuentro

Aquella mañana los rayos del sol nacieron más temprano y con una luz especial que no solo iluminaban al pequeño pueblo jalisciense si no también parecía ser un regalo para alguien, alguien especial.
Por la ventana de una de las habitaciones de la casona de los Gonzales se podía ver a un pequeño loro de plumas verde esmeralda que resaltaban aún más por el contraste con las sábanas azul que envolvían al brasileño que aún dormía plácidamente pero su sueño fue interrumpido por un cacareo de un gallo lo cual lo hizo dar un salto de sorpresa e incluso terminar destapado y desconcertado.

-Estou acordado!- dijo José apenas agarrando las sábanas con las uñas y las plumas totalmente alborotadas.

Después de esto soltó un suspiro molesto y no hizo más que levantarse con desgane.
Tendió la cama y arregló su ropa que era una simple camisa de flores y su típico sombrero, después de aquello se dio un rápido baño que para el loro fue refrescante y no solo eso quería verse bien para alguien...para Panchito.

Aquella noche después de aquel "abrazo" con su amigo, de darse cuenta que Panchito era aquel salvavidas que tanto había necesitado para no hundirse en su tristeza y haber pasado toda la noche pensando cuantas veces su "amigo" no lo había abandonado se dio cuenta de algo...

Estaba enamorado de Panchito

Sabía que estaba mal, qué tal vez su amigo lo rechazaría e incluso perdería una de sus amistades más preciadas pero aún así quería correr el riesgo, anhelaba tanto estar con aquel gallo que conocía hace mucho que estaba dispuesto a perderlo todo.

Después de bañarse José seco y peino sus plumas además de agregar una loción especial que lo hacía "interesante" para las chicas así que no dudaba que también funcionara con Panchito.

-Pronto para meu amor~ - dijo en un tono coqueto mientras se veía en el espejo y arreglaba cada pequeño detalle. Hace tanto que no se preocupaba por su imagen, desde que las chicas perdieron su interés José había olvidado cuidar su aspecto pero hoy todo eso se olvido, el viejo seductor José había regresado y está vez no era por alguien solamente si no era por Panchito...su tan amando Panchito Pistoles.

El loro iba bajando las escaleras rumbo a la cocina para disponerse a desayunar  y encontrarse con el gallo pero al llegar al lugar solo había un gallo y no era el que le interesaba.

-Ah...Pedro - dijo José con algo de desgane pero aún así el gallo blanco le saludó.

-Hola Perico ¿Quieres desayunar?- decía el de plumas blancas mientras ofrecía una taza al brasileño.

-Está bem- José tomó la taza y comenzó a beber de ella, era café, simple café que sin la excentricidad de Panchito solo era café. - Pedro...¿Donde está Panchito?

-Mm no lo sé - contesto el mellizo del nombrado y rasco su cresta- Debe estar con mi padre arreglando las cosas de su fiesta.

-Entendo....

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Panchito y el señor Gonzales cabalgaba en sus caballos mientras llevaban un cargamento de flores de tonos azules y rojizos, todo tal y como lo había planeado Eliza o bueno más bien su madre que se encargaba de cada mínimo detalle para la boda, tenía que ser una boda perfecta, la boda del año!

- Oh Francisco! Aún recuerdo el día que me case con tu madre, era el gallo más feliz del pueblo. Tú madre era la gallinita más hermosa de todo Jalisco, que digo Jalisco todo México! - el gallo mayor hablaba con orgullo de aquel acto de amor pero su hijo no parecía compartir el sentimiento cosa de la cual se pudo dar cuenta su padre.- ¿Ahora que te ocurre muchacho?...