VIII: Ciudad Inspiración

1.3K 108 100
                                    

Un paso hacia el frente. Las rodillas flexionadas.

Los brazos rectos, llevados hacia atrás y en diagonal hacia abajo.

Las manos abiertas, con los pulgares hacia arriba.

El pecho inclinado hacia adelante, la frente apuntando hacia el objetivo.

Esa era la postura inicial.

Javín...

Un río de de luz blanca brotó del esternón y se extendió hacia por los hombros, para bajar luego a través de los brazos.

El brillo se volvió más intenso en las palmas de las manos, donde empezó a acumularse, formando estanques luminosos.

¿Qué era ese elemento refulgente?

Winger lo había visto ya. Era la misma energía primordial que emergió de la gema de Potsol cuando Rupel la utilizó para invocar la Exorción.

La esencia de la vida.

En ese instante, Winger comprendió que los hechizos del dios olvidado, aquellos que no correspondían al dominio de ninguna de las seis divinidades tradicionales, estaban hechos de sustancia espiritual.

Lo que Winger estaba acumulando en las palmas de sus manos no era otra cosa que su propia alma.

Con estridencia llevó los brazos hacia adelante, unió sus puños formando la pose del disparo, y exclamó:

¡¡BAL!!

Hubo una sacudida en su cuerpo y sintió cómo su consciencia era eyectada con un impulso vertiginoso.

Sus sentidos comenzaron a apagarse.

Algo había fallado.

Tuvo sueño y cansancio. Sus emociones se entumecieron.

Y experimentó la vacua sensación de estarse desvaneciendo en la nada.

Los Abismos se lo habían devorado...


----------


Winger abrió los ojos y se encontró con un rostro conocido.

—Señora Ruhi... —murmuró—. ¿Qué fue eso?

—Javín Bal —contestó la bruja—. El Disparo del Alma.

—¿El Disparo del Alma?... —repitió el muchacho, intrigado.

—El Disparo del Alma es una de las técnicas más antiguas de este mundo. No puedes utilizarla mediante la invocación de símbolos alquímicos, pues es anterior a la creación de estos. Tampoco emplea los canales habituales de transformación de la energía para producir su efecto. La fuerza de la que se alimenta Javín Bal es la propia voluntad del usuario. Esto significa que el hechizo será tan poderoso como lo sea la tenacidad del hechicero. Ni más, ni menos.

—¿Es la técnica que usted me enseñó?

—Así es, querido. Pero aún no estás listo. —Ruhi avanzó hacia el muchacho y lo golpeó en el pecho con un dedo—. Dos años. Ese era el tiempo que faltaba aún para despertar Javín Bal en ti. Las cosas tuvieron que hacerse de manera apresurada... Por eso te lo advierto: ni se te ocurra intentar utilizar el Disparo del Alma hasta que estés lo suficientemente preparado. Tu mente ya sabe cómo emplear la técnica, conoce el procedimiento, pero eso no significa que poseas la maduración necesaria para dominarla. Si te adelantas a ese momento, lo único que conseguirás es lo que acababas de vivenciar: expulsarás tu alma de tu cuerpo por la fuerza, lo que equivale a quitarte la vida.

Etérrano III: Disparo del AlmaWhere stories live. Discover now