Capitulo 21

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Hanna

Me desperté con un dolor de cabeza enorme, de seguro por tanto llorar anoche. Gruñendo me di vuelta en la cama aplastando media cara con la almohada, sentí movimiento del chico a mi lado cuando paso sus dos brazos por mi cintura y escondió su cara en mi cabello respirando profundamente.

-Ángel, nena ¿estás despierta? – preguntó acariciando mi estómago –

-Sí – susurré – Pero no me quiero levantar – lo escuche reír y luego me volteo para quedar frente a él –

-Abre los ojos – pidió, gruñendo los abrí, me vio fijamente y acomodo mi pelo detrás de mi oreja - ¿Qué tienes? – me pregunto suavemente –

-No sé – respondí – ¿No podemos quedarnos aquí un rato más?

-Si me dices que tienes

-No se Jared – respondí cansada, el frunció el ceño -

-Dime Parker – me pase una mano por la frente y lo mire irritada –

-Creo que está por venirme

-Demasiada información, no quiero saber de tus problemas de sangre

-Tu preguntaste! – exclame molesta, el rió y tomo mis mejillas con sus manos –

-Relájate Ángel – beso mi nariz tiernamente y sonrió contagiándome – Así es mejor

-No me siento bien – respondí cansada – Eso es todo

-Entonces… - se quedo pensativo y luego sonrió - ¿Nos quedamos un ratito más? – preguntó divertido –

-Seh – sonreí y en un abrir y cerrar los ojos lo tenía sobre mi besándome con intensidad, sonreí y enrede mis brazos en su cuello enterrando mis manos en su pelo. Sus caderas se movían contra las mías en un acto involuntario, reí cuando sus manos se escabulleron por mi camisa causándome cosquillas, el sonrió contra mis labios y acaricio mi estómago con sus largos dedos causando que miles de sensaciones se desataran en mi interior. Se separo cuando el aire ya no nos alcanzó y comenzó a repartir besos por mi mejilla luego mi barbilla donde deje escapar un suspiro, y luego bajo hasta mi cuello.

-No sabes… - soltó un jadeo – todo lo que tengo ganas de hacerte – murmuró con voz muy ronca en mi cuello – Pero mientras no estemos solos no puedo – dejo un último beso en mi cuello antes de separarse y lanzarse a mi lado – Ahora sí que no podemos bajar – subió el edredón hasta cubrir su pecho y yo reí –

-Está bien – deje caer mi cabeza en la almohada y suspire - ¿Hablaste con Daniel cuando te fuiste?

-¿Cómo sabes que me fui? – sonreí –

-Recuerdas que te abrazo ¿no? Sentí cuando me dejaste abrazando una almohada – me reí y después me queje – Solo me duele la cabeza

-Bueno sí, hable con Daniel – asentí y luego su brazo se envolvió alrededor de mi cintura y me acerco a él –

-Sí, no hace falta que me digas – me deshago de su abrazo y me levanto para tomar mi toalla –

-Ángel … - lo interrumpo –

-Ya, me voy  a bañar, quiero mi desayuno cuando salga – bromeo divertida y me acerco a besar sus labios – Buenos días, bebé

-Buenos días Ángel – sonríe torcidamente. Me separo y salgo dirigiéndome al baño, me doy una ducha corta y luego me envuelvo en una toalla y me miro en el espejo, tengo ojeras, mis ojos se notan pesados y mis labios están resecos, sonrío tratando de mejorar la situación.

¿Again?Where stories live. Discover now