XXI. El CEO en el sótano

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"Hay vampiros en todos lados", le respondo sin siquiera pensarlo. Lo cierto es que esa pregunta me la he hecho yo mismo muchas veces. La respuesta la tengo casi ensayada. "No importa a dónde vaya, si estoy en deuda con los De la Cruz, ellos me encontrarán y me mandarán traer"

"Bueno, sí, lo entiendo", dice la voz. "Por supuesto. Como sea, aquí estamos, ¿eh? Tú amarrado a una silla y yo tratando de mantenerte a salvo"

"¿Y por qué es eso?", le pregunto. "¿Por qué me necesitan vivo?"

Pausa. Un silencio. Está considerando su respuesta. No quiere revelar demasiado, pero necesita decirme algo para mantenerme interesado.

"Eres parte del plan", termina por decir.

"¿Plan?", pregunto. "¿Qué plan? ¿De quién es este plan?"

Otra pausa. Otra consideración. Parece que sí podré sacar algo de este embrollo.

"Mío, por supuesto", responde. Así que por fin estaba frente a la mente maestra que había elaborado todo el caos de esta noche. Por fin sabría de quién se trataba.

"¿Puedo saber quién eres?", pregunto.

"Aun no. Pero pronto"

Yo suspiro. No le sacaré más por esa área. Quizás si cambio de tema.

"¿Cuánto tiempo voy a estar aquí amarrado? Tengo cosas que hacer"

"Oh, sí. Muchas, muchas cosas. Pero no las que crees"

"¿Por qué no vienes y me lo explicas, entonces?", pregunto. "Tenemos poco tiempo antes de que William se dé cuenta de que estoy perdido"

"Está bien, supongo que es hora de que te enteres de un par de asuntos", me dice la voz desde detrás de la puerta.

Hay otro silencio incómodo. Yo respiro tres veces. Lo sé porque cuento cada vez que lo hago. Es una técnica de relajación que me enseñó Jimenez cuando era niño.

A veces, me dijo una vez, uno toma decisiones equivocadas porque está nervioso o angustiado. Para poder tomar decisiones correctas y más inteligentes, lo que se necesita es relajarse. ¿Cómo podemos relajarnos si estamos en una situación peligrosa?, le pregunté. Hay técnicas, me respondió. ¿Me enseñas una?, le pregunté. Te puedo enseñar una, me respondió.

Esto fue cuando era niño. Me enseñó a respirar profundo tres veces, pero no más. Si uno respira muy profundamente por más veces, se hiper ventila y obtiene dolor de cabeza. Por lo menos eso fue lo que él me dijo en aquella ocasión. Así que aprendí a hacer esto y supuestamente relajarme. Y después recién tomar la decisión urgente.

Ahora necesito exactamente esto. Estoy nervioso, no lo puedo negar. No obstante, si quiero salir vivo de ésta, tengo que mantenerme atento y fingir ser útil para quien sea que está detrás de esa puerta.

Escucho que el cerrojo se corre. Escucho una llave que quita un seguro. Escucho un candado que es quitado. También escucho otros sonidos que no reconozco. Esta puerta estaba siendo muy bien resguardada. Eso habla muy bien de mi reputación, supongo. Sin embargo, reduce mis probabilidades de escapar.

La puerta finalmente es abierta. Muy lentamente. No tanto por efecto dramático, sino porque parece ser muy pesada. En el pasillo, detrás del umbral, hay luz normal. Esto hace que no pueda reconocer la cara del hombre que abrió la puerta. Lo veo a contraluz.

Veo la silueta de un hombre de baja estatura. Un poco grueso, con la cabeza un poco grande. Tiene el pelo corto, estilo militar. Cuando camina hacia mí, lo hace cojeando. Cuando está dentro de la habitación lo puedo ver mejor.

"Piojo", le digo. "Tú eres el que ha iniciado una nueva red de mercenarios. Starmerc"

El hombre me sonríe. Tiene la boca pequeña. Ojos también pequeños. Manos delgadas, pero pequeñas.

"Has estado hablando con Bert, por lo que veo", comenta. "Así es, yo soy el creador de Starmerc. Pero Piojo es el nombre artístico. Tú me puedes llamar Duncan"

"¿Es Jimenez uno de tus mercenarios ahora? ¿Cuánto le pagaste para que me secuestrara?"

"¿Yo? Nada, puedes creerlo", Duncan jala una silla y se sienta frente a mí. "Quizás no lo puedas ver ahora, pero lo hizo para protegerte"

"Este modelo de negocio tuyo no creo que vaya a durar mucho", le digo y sonrío. "Salvar gente sin recibir dinero a cambio"

"Necesitas verlo desde otro enfoque. Míralo así. Estos días estoy asumiendo costos para llevar a cabo una serie de acciones que me dejarán como el agente dominante en el mercado. Después de esto quedaré como el único proveedor en un mercado en crecimiento. Como yo lo veo, es una inversión bastante inteligente"

"¿Por qué sería un mercado en crecimiento?", pregunto. "Nosotros siempre hemos necesitado cazar vampiros de vez en cuando, pero no con la suficiente frecuencia como para que creas que esto es un negocio millonario. De hecho, Bert sin competencia no sacaría mucho dinero. ¿Has visto alguna vez la casa en la que vive? No tiene grandes lujos"

"Oh, pero esto es parte del plan, precisamente", Piojo sonríe otra vez. "Haremos que el servicio que nosotros brindamos sea mucho más demandado. Es parte del plan"

"¿Cuál es la idea? ¿Atraer a más vampiros a esta ciudad?"

"No realmente", Duncan se para. "Nuestro plan es hacer presas de los vampiros que ya hay en la ciudad"

Lo miro creyendo entender a lo que se refiere. Quiere que los vampiros de la calle Abastos se den a la fuga. Entiendo lo que dice, pero no se me ocurre cómo podría lograrlo.

Los vampiros de la calle AbastosWhere stories live. Discover now