El Club de las Ommas Desesperadas #Wattys2020

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Minhyuk representaba para Eunkwang el príncipe azul por el cual siempre estuvo esperando. Iban en diferentes salones, con distintos profesores, pero aún así lograba verlo en los recreos y las salidas.

Eunkwang hizo de todo para que Minhyuk pusiera un poquito de su atención en él. Le dejaba regalos en su casillero, un montón de cartas a diario, lo invitó al baile escolar, el día de San Valentín lo invitó a cenar, pero siempre acababa siendo rechazado por su príncipe.

Tuvo que pasar un año de mucha insistencia para que una luz de esperanza llegara a iluminar su vida. El día del niño, todas las profesoras habían decidido preparar un teatro de la bella y la bestia. El que interpretaría a la protagonista ya había sido escogida, pero faltaba quien haría al príncipe.

Eunkwang, al enterarse que Minhyuk sería el protagonista, llena la solicitud de postulantes y se prepara para poder quedarse con el papel, lo cual consigue después de muchas horas de ensayo.

El día de la función llegó y Eunkwang ya estaba con el traje puesto, más emocionado que nunca. Minhyuk nunca alcanzó a saber quién era el que interpretaría a su bestia porque Eunkwang así lo quiso. El pobre sentía que si su príncipe descubría que él iba a ser a quien besaría, lo terminaría dejando y todos sus esfuerzos habrían sido en vano.

La historia transcurrió con normalidad y Minhyuk, quien en la tercera escena había descubierto a la bestia, ahora se encontraba bailando con él en el escenario. Se cierra el telón para que los artistas tengan cinco minutos de descanso y cumplido el tiempo se vuelve a abrir para dar pase a la última parte.

El chico que interpreta a Gastón acaba lastimando al personaje de Eunkwang con una flecha y este yace en el suelo a punto de fallecer. Un emocionado Minhyuk le da un beso a la bestia y las luces se apagan para que éste tenga tiempo de quitarse la cabeza y ser solo él mismo.

Al encender las luces, un alegre Minhyuk le sonríe y el corazón de Eunkwang comienza a andar a mil por horas. El fin de escena es mucho mejor del que había esperado. Su príncipe se acerca hacia él, y luego de conectar sus ojos con los suyos, le da un tierno beso en los labios, para finalmente quedar abrazado a él por unos instantes.

Al llegar al camerino, Minhyun nota como Eunkwang esta confundido y emocionado por lo que acaba de pasar, mientras comienza a desmaquillarse. De reojo observando como Eunkwang se pone a escribir las palabras que tenía que decir cuando le entregara aquel ramo de rosas.

El ver cómo se frustraba cada vez que no se acordaba de alguna palabra le parecía tan tierno y divertido que decidió pararse y caminar hasta él para ayudarlo un poco. Al hcerlo, encuentra al chico de espaldas, y cuando éste se voltea se ve obligado a retroceder unos pasos ante su cercanía.

—¿Son para mí? —dice tomando las rosas y aspira su aroma cuando el otro asiente— Están muy bonitas. Muchas gracias —halaga oyendo al menor aclararse la garganta.

—Minhyuk, quiero decirte que llevo un tiempo enamorado de ti. De tu humildad, tu belleza, tu forma de ser, de todo —el mayor lo mira con ilusión—. Yo, Seo Eunkwang, quería preguntarte si me harías el honor de...

Minhyuk no podía seguir viendo como Eunkwang sufría al decir cada palabra, así que lo detuvo con un beso. Uno con sabor a chocolate, pues justo acababa de comer unos apenas llegó a su sitio.

—¿Esto responde a tu pregunta? —el otro vuelve a asentir sin saber que decir.

Lo único que tenía claro en ese momento era una cosa, desde ese día se volvería fan de los chocolates para así poder recordar su primer beso oficial con su príncipe.

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Muchos dirán que una relación a los 11 años no es nada duradera, pero ellos demostraron que no siempre es así. A los 16 años, el día en el que Minhyuk cumplía años, Eunkwang lo invitó a una fiesta en la casa de su amigo. El chico se pasó toda la noche ignorando las bebidas alcohólicas para que Minhyuk se divirtiera a su gusto y Eunkwang estuviera consciente cuando su novio le pidiese algún que otro favor.

La fiesta tenía para rato pero Minhyuk ya no podía más. Se había entretenido tanto y de todas las formas posibles, que lo único que quería para acabar su cumpleaños a lo grande era perder su virginidad con la persona a quién más amaba.

Al principio Eunkwang se negó rotundamente ya que sabía que Minhyuk se lo pedía estando borracho y no quería arriesgarse a perderlo al día siguiente por alguna tontería. Su noviollegó al extremo de grabar un vídeo en su móvil para constatar que él, "en pleno uso de sus facultades mentales", lo cual era una completa mentira, permitía que tuvieran relaciones.

Como todo acto que realizado de forma inconsciente tiene sus consecuencias, éste no sería la excepción. En la víspera de año nuevo Minhyuk le revelaba a Eunkwang que serían padres de un niño que llevaba 7 meses en el vientre del mayor. Así es, Minhyuk lo que tenía de hermoso también lo tenía de despistado y recién se dio cuenta al quinto mes que iba a ser Omma. Pasaron dos meses más para que se decidiera a contárselo y que éste se alegrara con la noticia. El mayor había sacado su celular para grabar el momento en el que su novio veía la prueba de embarazo con los fuegos artificiales de fondo.

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Había pasado 7 meses desde el nacimiento de Changsub y la pareja había decidido celebrar sus cumpleaños, los cuales eran con tan solo nueve días de diferencia, en fin de semana. Ese día celebrarían también el que Minhyuk esté esperando otro bebé.

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Lo que debía de ser un emocionante primer día en la universidad, acabó siendo uno desastroso. Empezando por un Eunkwang más nervioso que madre embarazada y un Minhyuk sobrellevando la situación y riéndose todo el camino por las zapatillas diferentes que se había puesto su novio debido al tiempo.

A las 8 de la noche, un hermoso bebé que llevaba una pulserita celeste que tenía escrito el nombre de Hyunsik, es acunado en los brazos de su Omma, mientras su papá lo veía con ternura cargando a un dormido Changsub.

Luego de unos días el mayor es dado de alta y retornan a casa para que Minhyuk pueda iniciar su labor de Omma. A pedido de su príncipe, Eunkwang iba a las clases más contento que nunca, contando las horas para que termine el día escolar y pueda ver a sus bebés.