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Sí, tienes un don innato,
viviendo tu vida despiadadamente...

Elisa entró al hospital apresuradamente, había decidido que nunca más saldría a tomar. Solo quería distraerse por una noche de todas las cosas en las que pensaba día a día, quería olvidarse de que su madre la había abandonado para irse a construir una nueva familia y ni siquiera le había escrito una mísera carta en una década, quería olvidarse de que su padre es emborrachaba siempre que podía para olvidar la horrible vida que llevaba desde que su mujer se había ido. Solo quería bailar y probar algún trago, pasar un buen rato con personas que ni siquiera la conocían del todo a pesar de llevar años con ella. Y mientras ella hacía todo eso la única persona que en verdad la conocía, la única que siempre había estado para ella, la que se había encargado de arreglar la mierda que todos habían hecho en la vida de Elisa cuando apenas era una niña, su persona favorita estaba en el hospital.

Noah Stilinski no supo cómo mantenerle la mirada a la chica de quince años que estaba frente a él y conocía desde siempre. Se veía muy enojada. Enojada con ella, enojada con el mundo y con lo que le hubiera pasado a su hermana.

—¿Está bien?— preguntó apenas pudo calmar la ira y poder hablar— Quiero verla. Ahora mismo.— Exigió dando un rápido vistazo al interior de la sala delante de la que Noah se encontraba parado. Lydia estaba en mal estado, se veía fatal en esa camilla.

—La están operando. No puedes verla en este momento, Ellie.— El hombre habló lo más calmado que pudo.

—Pero estará bien— Elisa intentó mantenerse optimista, pero la duda la invadió—. ¿Cierto?

Noah no supo qué responder porque simplemente no tenía una respuesta a eso. Lo que estaba pasando era demasiado extraño, dos chicas eran atacadas en el baile invernal escolar y las heridas, al igual que todas las veces anteriores, parecían haber sido causadas por un animal.

La atención de Elisa volvió a cambiar de anfitrión cuando las puertas del hospital se abrieron y Stiles Stilinski supo que le esperaba un momento difícil de llevar. Ni siquiera su propio padre tuvo tiempo de gritarle porque la rubia lo encaró primero sin ningún problema.

—¿Qué mierda fue lo que pasó?— Le gritó. No recordaba verla tan enojada antes.

—Elisa, yo no lo sé...

—¿No lo sabes? Es tu mejor amiga, siempre andan juntos y justo cuando algo le sucede tú no estabas con ella. No te creo.

—Es la verdad, ¿sí? Estábamos buscando a Lydia y ella me dijo que iría a buscarla fuera del gimnasio.

—Y la dejaste ir sola.

—Oye— la paciencia de Stiles comenzaba a acabarse. Ya tenía suficiente con tener que resolver el tema de Peter—, Megan es bastante mayorcita para...

—¡Es mi hermana, grandísimo imbécil!— Elisa empujó al de lunares. No estaba segura de por cuánto tiempo más podría contener las lágrimas.

Stiles se quedó perplejo al ver a la rubia en ese estado. Al hablar se le había olvidado lo delicado de la situación.

REMEMBER | Teen Wolf ① [EN EDICIÓN]Where stories live. Discover now