🖇Capítulo 8🖇

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Reaccionando  justo a tiempo empujando a Kino de su lado al sentir el aroma de Kanato acercarse. Al parecer el mayor también se dio cuenta que se acercaba uno de los hermanos, acomodando su cabello y pasando por su cuello una cantidad moderada de perfume para cubrir un poco el olor que estaba impregnado en mi cuerpo.

— Leia-san ¿estabas con alguien verdad? — el peli morado se acercó a su hermana menor apretando con fuerza el oso de peluche en brazos.

Había estado percibiendo un aroma que no le gusto en ningún momento estar al lado de su hermana, por lo cual decidió dejar las clases  que iniciaban para ir a ver a la albina. Invadiendo el espacio personal de la joven, decidió acercar su nariz al cuello de ella sintiendo solamente el aroma a vainilla.

— Como podrás darte cuenta... No existe ningún olor presente , no te preocupes — colocando su mano en el cabello lila del vampiro acariciando este con tranquilidad.

Kanato se quedó quieto de inmediato al sentir el toque cálido en su cabello, nunca había sentido algo de ese calibre pero no le molesto en ningún momento, incluso decidió acercarse a ella a pegando más su cuerpo para sentir el calor de la albina. Leia sonrió levemente pasando su brazo por la espalda de él terminando en un abrazo que fue correspondido con dudas en medio.

La albina se percató que no estaban completamente solo ellos dos, escondido se encontraba también aquella humana rubia que observaba todo eso con cierto grado de molestia que la hacia dudar ¿porque le molestaba? Si apenas se conocian, ¿tenia celos de ella? Al final ese mujer solo era la hermana de ellos pero... Ella era la proclamada Eva... Así que obtendría la atención de ellos ¿verdad?

— humana ¿que haces afuera de tus clases? — Yui chillo de sorpresa al ver al azabache enfrente suyo con una expresión de frialdad reflejada sin disimulo alguno.

— yo... Yo... Venía  a buscar a Kanato-kun — dijo de manera entrecortada señalando a los dos abrazados cómodamente.

— Uhm... Recibirás un castigo humana incompetente — jaloneando el brazo de esta.

Lo que más odiaba Reiji era la falta de modales, que lo irrespetaran, que no aceptaran sus méritos y sus reglas. Inclusive ahora detestaba tener que estar al pendiente de esa humana que solo servía como un banco de sangre para saciar su sed. También comenzaba a sentir molestia al ver a su "hermano" Abrazar a la albina de ojos azules, no quería sentir esas sensaciones que solo debían de sentir los humanos.

— al llegar la mansion recibirás un castigo por tu falta de modales, asi aprenderás a ser una humana con ética que te falta por mucho.

Yui miro con horror las palabras del oji-magneta. Comenzaba el terrible maltrado para ella. Pero ¿que importaba? Todo eso sería para que también remediara los sentimientos oscuros que iniciaban a nacer desde el corazón de esa mujer que poco a poco recuperaba sus fuerzas y se preparaba para atacar a sus hijos que eran "suyos" Y solamente "suyos".

📌📌📌📌📌📌

— entonces... Me quieren a firmar que... Ayato mordió primeramente a la humana irrespetuosa y que también la lanzo en la piscina ¿no? — miro complementa incrédula ante las palabras de laito mientras acomodaba su uniforme.

— si, como escuchas Lei-chan, ayato-kun se me adelanto que triste ¿no? — un puchero poso el rostro del castaño enfrente de la albina que asintió lentamente.

— Ayato es alguien... Impulsivo — susurro mirando su mano entrelazada con la del Albino a su lado — Shuu-san ¿te a llamado padre hoy? — golpeando con su pie la pierna del rubio.

Este al sentir el toque brusco retiro sus Auriculares abriendo sus intensos ojos azules para posar su mirada en la menor de los cinco presentes, llamando su atención la Unión de manos entre ambos pálidos, que causó un molestar en su interior su lado posesivo quiso salir a la luz no obstante controló ese impulso para subir y ver directamente el rostro de la albina.

— "Esa" Persona no a llamado así que deja de preguntar por él y centrate en tú encomendado.

Leía pateó con fuerza incluida en esta ocasión provocando un leve e inexistente gemido de dolor en Shuu. Los presentes trataron de ocultar una risa al ver como la más pequeña en muchos sentidos sometía a un vampiro casi adulto. Inclusive el recto y correcto reiji tuvo que tapar con su mano su boca para no sonreír al ver que solamente ella puede tener esa libertad de corregir al vago del rubio.

— ahre~ así que solamente Lei-chan puede somenterte~ — una sonrisa lasiva apareció en el rostro del castaño queriendo ser él en esos instantes de estar tocando con libertad la mano de la menor — me gustaría ser subarin en estos momentos... ~

— no tiene ninguna razón por la cual debes de serlo — la albina se acercó más al Albino, este también se incómodo por la mirada que el castaño mostraba hacia ambos.

— puede ser.... Porque subarin tiene la oportunidad de tocarte con tranquilidad~ — una sonrisa pícara apareció en su rostro — ¿cuantas cosas habrán hecho? Y... Tal vez nuestro pequeño hermano ya mordió a nuestra pequeña Ángel ahre~

Los dos albinos se sonrojaron por las palabras dabas por el castaño ¿porque siempre los molestaba a ellos dos? Leía con sus poderes telequineticos levanto a Laito y lo lanzo fuera de la limusina en movimiento. Esperaba que ese maldito pervertido no apareciera en esos momentos o lo congelaria vivo y haría su cuerpo cubos de hielo para terminar por lanzarlos al océano o que otros seres tomaron agua de esos.

— teddy piensa que deberíamos de matar a Laito — una sonrisa psicópata apareció en el rostro del pelimorado — Es muy molesto y además molesta mucho a Angel-chan.

En lo profundo del resto de varones estuvieron de acuerdo con las ideas de uno de los trillizos, realmente también querían matarlo. Algunas veces pasaba los límites de perversidad. Aunque también ellos lo tenían pero no hasta ese grado.

— Kanato... — este asintió al escuchar su nombre — también te apoyo. Yo lo congeló y tú con tú tenedor lo destrozas lentamente y dolorosamente.

Kanato asintió varias veces con una sonrisa de felicidad al saber que ella estaba de acuerdo. Le alegraba que no sólo él fuera así.

— tengamos una fiesta de té con teddy.

— ¡vamos a tomar té entonces! — Leia sonrió abrazando el brazo de Subaru.

Poco a poco apreciaba a sus demás hermanos, más de lo que se lo esperaba.

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