Capítulo 30

2.9K 187 6
                                    

Me levanté temprano. Hacía frío, mucho. Corrí al baño y me metí bajo el agua caliente. Mi cuerpo se relajó hasta que tuve que cambiarme.

Me vestí rápidamente, agarré mi bolso, un poco de dinero, y partí hacia el centro en búsqueda de un regalo para Iara.

Teníamos la costumbre de regalarnos, siempre, algo para salir. Quizá algo para que use esta noche.

Pensé en un top, o una de esas polleras engomadas que ella solía usar.

Después de caminar y comprar por un largo rato, me subí al auto cargada de bolsas, busqué mi celular en la cartera, y tecleé:

Después de caminar y comprar por un largo rato, me subí al auto cargada de bolsas, busqué mi celular en la cartera, y tecleé:

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Sí, ni feliz cumpleaños. Nosotras éramos así.

Diez minutos después, estaba sentada a mí lado.
Desayunamos entre risas y anécdotas. Nada mejor como pasar un día entero con tu mejor amiga, alejada de todo.

En la casa de Iara era una más. Su familia me quería como a ella. Teníamos mucha confianza. Tanto que nadie notó mi presencia.

El día transcurrió y la noche llegó. Iara se había puesto, como había pensado, lo que le había regalado. Estaba peinando su rubia cabellera de espaldas a mí.

Yo, aún con mi ropa del día, no hacía más que mirar un punto fijo.

-Te estoy viendo, aunque no parezca- Comentó, mirándome por el espejo.

-¿Qué pasa?- Inquirió dándose vuelta.

-Nada- Respondí rápidamente.

"No arruinemos el grupo". Ya estaba arruinado, ¿o no? Ya nada iba a poder ser lo mismo. Él, con su bronca hacia Sebastián...y hacia mí. Yo, con mis lamentos y preocupaciones hacia él.

Decidí esperar, por lo menos, a que pase el día de su cumpleaños.

-Nada- Repetí, ahora con una sonrisa.

-¿Qué te vas a poner?- Preguntó poniéndose de pie. Me relajé al ver que no iba a insistir más.

-Dejo que lo elijas, si eso te hace feliz...

Aplaudió contenta.

Después de vestirme, peinarme y maquillarme; bajamos al living para ir preparando las cosas. Su familia había decidido dejarle la casa sola, y eso estaba genial.

Pusimos un poco de música mientras buscábamos vasos, sorbetes y demás.

El primero en llegar fue Seba, obviamente. Los dos estábamos como si nada hubiese pasado. En fin, nada había pasado.

Bueno...solo un beso. Uno bastante furioso. Pero fue, sin dudas, por el alcohol. Teníamos tanta confianza entre los tres que el momento de preparar las cosas se tornó en uno para hacer chistes sobre nuestro percance.

Todo era risas hasta que Mauro y Tomás entraron por la puerta.

Lo observé a Seba. Se tensó tanto como yo. Le hice un gesto para que se relajara.

Mauro había pasado casi todo el día en la casa también. Se había ido solo para buscar un poco de ropa, y traerlo a Tomás.

-Hola, amigos- Dijo resaltando la última palabra. Me miró. Sus ojos tenían una mezcla de ironía, dolor, y venganza.

Baje la mirada para evitar que descubra qué mezcla tenían los míos.

-¿Qué sos, Mickey, boludo?- Preguntó Mauro entre risas. No pude evitar sonreír. Obviamente, sin mirarlo.

Quería observarlo, ver como estaba vestido, que tan revuelto estaba su pelo. No podía creer lo decidido que estaba a jugar este juego.  Me estaba consumiendo por dentro.

Todos se dispersaron para acomodar un poco las cosas, cubrir los muebles y proteger los sillones.

La gente no tardó mucho en llegar. La había perdido a Iara. Miré hacia las escaleras, seguramente andaba con Mauro por algún lado.

Intenté buscar, ahora, a Sebas. Me puse en puntas de pie. Fue en vano. Todos bailaban apretados y se movían de un lado para el otro.

Bufé. Un brazo en mi cintura hizo que me girara rápido y volcara parte de mi trago.

-Perdón- Dije, aún sin mirarlo. Levanté mis ojos para encontrarlo. Increíblemente lindo. Tenía un jean ajustado, una camisa azul y blanca metida adentro, y el pelo un poco revuelto.

-¿Estás perdida, amiga?

Tragué saliva. Me erizaba la piel con su voz.

-Sí, Iara y Mauro deben de estar haciendo no quiero saber que por ahí

Rió.

-Y no encuentro a Seba- Agregué, sin pensarlo.

-Espero no encontrarlo yo tampoco- Largó, mirando para otro lado.

Suspiré, cerré los ojos y me mandé.

-¿Vamos a bailar, amigo?- Pregunté dejando el orgullo de lado. Si él quería jugar, iba a jugar. ¿Qué tan mal podría salir todo esto?

Giró su cabeza para mirarme y sonreír. Le devolví la sonrisa.

-No.- Dijo, aún con la sonrisa en su cara.

Bueno, se ve que todo podía salir peor de lo que pensaba.

bueno toy queriendo hacer un maratón ya que queda pocos capítulos, que dicen?

diferentes • c.r.oWhere stories live. Discover now