prólogo

12.7K 298 19
                                    

Ella estaba quieta. Estaba fría. Estaba muerta.

No, no quería caer en la cuenta de que sí, efectivamente, ella estaba muerta.

¿Por qué? Esa pregunta le rebotada de un lado a otro en su cabeza.
¿Por qué en su cama? ¿Por qué en su departamento? ¿Por qué quería que él la viera así?

Porque era su culpa. Sí, lo era. Y nadie ni nada iba a poder quitar jamás ese pensamiento de su cabeza.
Él era el culpable de todo esto. Él no supo entenderla. Él no supo escucharla. Él lo único que quería era pasar un rato en la cama con ella. Y ahora ni siquiera la tenía a su lado.

Cuando su cerebro estuvo a punto de explotar, tuvo que respirar y abrir los ojos.

Ni siquiera tenía idea de cómo lucía su departamento después del acto. Desde el suelo todo parecía normal. Había estado allí los últimos dos días, sin intención de moverse. Al día siguiente cremarían su cuerpo y, la sola imagen que se imagino, hizo que se procurara seguir en el mismo sitio por varios días.

Pero el teléfono sonó y quizá alguien tenía noticias para darle. Se levantó para darse cuenta que estaba más débil de lo que creía y tardó tanto en llegar al teléfono, que este dejo de sonar.

Maldijo.

El dolor en el pecho lo estaba matando. No había podido quebrarse delante de tanta gente. No había podido despedirse de ella, no había podido llorar viéndola por última vez.

Se encontró apoyado en la pared observando su propia casa como si fuese una desconocida. Todo estaba en su lugar. Maldijo esta vez a sus amigos por haber ordenado el departamento. Quería saber qué había hecho ella antes de tomar esa decisión. Quería saber que había tomado, comido. Que ropa había usado. No tenía idea. Detesto por un momento ser hombre y obviar esos detalles. No tenía respuestas, y no había lugar donde encontrarlas.

Pasó su mano por su boca y su nariz para limpiarse y comprobar que ya no podía ni controlar sus emociones. Estaba llorando y él no quería llorar.

Quería seguir viviendo pero no sabía cómo. Necesitaba no pensar, pero estaba realmente jodido.

No había nada que logre borrarle la imagen de su novia, muerta, en su propia cama.

diferentes • c.r.oWhere stories live. Discover now