La esposa reencarnada

Parte 1

Melisa de 25 años había salido con unos amigos para celebrar que todos se estaban por recibir en menos de 1 mes de la universidad e iban a comenzar su vida de trabajadores.
Todos lo que no esperaban es que esa salida para divertirse terminar en una tragedia. Nadie vio al camión que venia en alta velocidad, cuando se dieron cuenta, ya era demasiado tarde, el camión había subido a la acera y había pasado justo al lado de su grupo.
Todos creyeron que tuvieron suerte de que el camión los roso y que todos estaban bien, hasta que se dieron cuenta de que alguien faltaba... exacto y justo esa que faltaba era Melisa, todos entraron en pánicos y llamaron una ambulancia, pero antes de que llegue la ambulancia, Melisa ya había muerto.
Ella murió siendo tan joven, solo tenia 25 años, la muerte de esta pobre chica provoco una terrible tristeza en muchas personas, ya que ella era muy querida.
Su familia quedo devastada, los amigos con los que estaba se culparon por su muerte, mucha gente se lamento de perder una preciosa vida. Pero sobre todo lamentaban la manera en la que murió.

Mientras tanto en algún lugar...

Había una chica flotando en un espacio todo negro, no había una sola pizca de luz.
La chica en lo único que podía pensar era en que bien se sentía, el dolor que sufrió desapareció y cambio por una sensación reconfortante y cálida. Sentía que se podría quedar para siempre en ese lugar. Todo estaba en silencio, no se podía diferenciar si habían pasado minutos, horas o hasta días, desde  que apareció en ese lugar.
Pero de la nada se empezaban a escuchar murmullos.
Poco a poco esas voces que hablaban se  hacían mas fuerte.
-Doctor cuando podrá despertar mi señora?- se escucho una voz llorosa de una mujer.
-El golpee que sufrió no pone en peligro su vida, puede despertar en cualquier momento-por la voz se podía imaginar que era de un hombre de mayor edad.
Luego se escucho un portazo. Y todo volvió a estar en silencio nuevamente, luego se escucharon pisadas pesadas.
-Como es su situación?-pregunto una voz fría de un hombre.
-Mi-mi señor, la señora sufrió un golpe en la cabeza, su vida no corre peligro, ella podría levantarse en cualquier momento-el doctor dijo nervioso.
En ese momento Melisa había decidido abrir los ojos con mucho esfuerzo. Lo primero que vio fueron unos ojos azules hermosos que la veían fijamente, pero que tenían una frialdad que la hacían sentir incomoda.
Poco a poco pudo ver mejor. Luego lo que vio fueron 3 personas en la habitación, un hombre que estaba vestido con una bata, se le notaba sus arrugas, ella creyó que era el doctor que nombraron al principio, luego estaba una mujer joven que estaba vestida con un uniforme de criada, ella tenia los ojos rojos de tanto llorar, al fin su mirada se fijo en un hombre joven, era muy guapo no se podía negar, tenia el cabello color negro, era alto debía medir 1,85 aproximadamente, también tenia una cara con rasgos muy varoniles, pero lo que mas llamaba la atención fueron sus ojos azules, llenos de frialdad, ver esos ojos la hacían sentir que jamas se podría acercar a esa persona, que este hombre no tenia aprecio por nada ni nadie.
Solo había una cosa que estaba segura de toda esta situación y eso era que ella no conocía a nadie en esta habitación.
-Mi señora al fin se despierta-se le notaba la felicidad en la voz de la mujer joven-Doctor por favor revísela para ver si esta bien- dijo con preocupación esa joven.
El doctor se estaba por acercar a mi cuando se escucho una voz.
-Todos retirensen- dio una orden, te hacia sentir que no se lo podía desobedecer.
Cuando el doctor y la joven escucharon esa orden se sobresaltaron, el doctor se fue primero, la joven parecía que no quería irse pero le vasto una mirada del hombre para que ella se fuera, antes de irse me dio una mirada llena de preocupación. Melisa no podía entender toda la situación, ella se sentía mareada y como en un trance. Ella no quería quedarse a solas con este hombre frió, ni siquiera lo conocía, y tampoco tenia las ganas de conocerlo.
-Ya vas a dejar de fingir?-pregunto con desinterés el hombre.
-...- Melisa no sabia ni siquiera que decir de todo esto. Toda esta situación era rara por decir poco
-No crees que te estas volviendo mas patética cada día?-esas palabras estaban llenas de burla.
Melisa no podía comprender por que este hombre desconocido le hablaba de esa manera.
-No creía que fueras tan estúpida como para arrojarte en esa piscina, solo por un poco de mi atención, cada día me demuestras que tu estupidez no tiene limites-cada palabra era mordaz.
Melisa le quería gritar a este hombre desconocido, que quien se creía el con el derecho de venir a insultarla, además quien quería su atención? Ni que estuviera tan bueno. Pero ella por alguna razón no podía ni siquiera hablar, se sentía tan débil.
-Solo te vas a quedar callada? Sinceramente eres una decepción constante. Mi mayor arrepentimiento podría ser haberme casado contigo- cada palabra era mas fría- Ni siquiera puedes hacer un simple trabajo como criar a tu hijo-
Luego de decir eso se dio la vuelta y se fue.
Melisa lo quería maldecir con toda su alma, pero luego pensó en algo que había dicho el hombre.
*Espera el dijo que se arrepentía de haberse casado conmigo? Y también dijo algo de un niño? Pero si yo nunca me case, ni siquiera recuerdo haber quedado embarazada...*
Fue ahí que se dio cuenta algo que estaba mal. La habitación en la que estaba era muy grande, estaba decorada con un estilo de clásico renovado.

[ para que se den una idea de como es la habitación]

Esta habitación tenia una muy buena iluminación natural, se notaba que era de mañana, deberían ser como las 10 o 11
De la nada sintió una punzada de dolor en la cabeza, así que levanto sus dos manos para tratar de masajearse la cabeza, cuando levanto las manos vio algo raro, sus manos eran mas delicadas y pequeñas de lo que ella recordaba, además.. su piel se aclaro... ella tenia la piel morena y a ella eso le encantaba, pero ahora su piel es blanca... además se dio cuenta que en su mano izquierda, en su cuarto dedo... ahí había un anillo de matrimonio.
Luego de ver las manos y el anillo, ella se sentó y su cabello le cayo por los costados, su cabello que anteriormente era de un color negro, ahora  era de un castaño claro, luego de ver su cabello empezó a temblar, con su manos temblorosas tocaba su cabello para ver si era real. Ella en ese momento se dio cuenta de que algo estaba mal, muy mal.
Melisa se levanto de la cama para ir al espejo de cuerpo completo que estaba en la habitación, ella llego al espejo casi a tropezones.
Cuando finalmente vio su reflejo, sintió que el mundo daba vueltas, en el espejo había una mujer joven hermosa, con unos ojos de color verde, cabello castaño claro, rostro en forma ovalada, su rostro tenia unos rasgos tan delicados, la mujer era medio bajita , debía medir 1,60, tenia un buen cuerpo, su cintura era muy chiquita, el reflejo mostró a una mujer joven que era tan delicada que te daba la impresión de que se podría romper fácilmente. Aun que la mujer también tenia una herida en su frente, no era nada grave.
Melisa quedo en shock, por que la mujer en el espejo no era ella, Melisa tenia ojos color marrón, cabello negro, rostro en forma de corazón, ella media 1,70, ella era de piel morena que le encantaba, ella no tenia una cintura tan pequeña, ella tenia que admitir que tenia unas piernas de infarto, unas buenas caderas, una parte delantera y trasera del tamaño perfecto, no tenia ni mucho pero tampoco era poco. Pero si tu la veías ella no daba la impresión de una mujer delicada, sino que te daba la impresión de una mujer fuerte y animada. Por eso la mujer del reflejo y ella eran tan diferentes...
Ella luego le vino un recuerdo, ese recuerdo era del camión viniendo a alta velocidad a ella... y luego todo se había vuelto negro.
Ella debería estar muerta... pero ella seguía viva, pero en un diferente cuerpo.
Ella no podía creer en la situación que se encontraba.

Continuara...