¿Qué sucedería si, entre todos los sucesos que ya conocemos, algunos sentimientos no pasan inadvertidos?
En Tokio no existe tregua para la guerra entre humanos y Ghouls.
Por un lado, Renji Yomo, a quien, tras la muerte de un ser querido, sólo queda...
- ¿Dónde está Arima-San? La última vez también estuvo ausente. - Afirmaba, rotundamente, una mujer de pelo lila recogido. Esta se encontraba en una mesa, junto a muchos de los Investigadores Ghoul de más alto rango del CCG.
- Hmm... Chico. Y esta también es una conferencia de Investigadores Especiales. - Decía otro hombre, caracterizado por tener un pelo castaño peinado en un copete y un basto bigote que peinaba con sus dedos.
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- Él no es el tipo de persona que aprecia este tipo de cosas. - Contestaba Itsu Marude, de brazos cruzados. - Nunca lo ha sido, después de todo.
- Incluso Shinohara-san asistió y recién acaba de salir del hospital. - Argumentaba otro de los asistentes, un joven pelinegro y pálido.
- No... Sólo tuve algo de suerte. - Afirmaba Yukinori, humildemente. - Lamento cualquier inconveniente. -
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Tras esto, la conversación fue interrumpida por la entrada a la sala de un hombre de media melena oscura y perilla. Mostraba un rostro vacío de expresión, dejando un portazo tras de sí. Todos los Investigadores se pusieron de pie y mostraron sus respetos ante el nuevo integrante.
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- Jefe, Arima-San todavía no ha llegado. - Anunciaba la primera mujer.
- Bueno, no importa. Comencemos esta conferencia de Investigadores Especiales. -
