Capítulo 4.

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Era un día más de trabajo en la sucursal del CCG en el distrito 20.
Esta vez, el ambiente estaba más ajetreado como de costumbre. Era día de conferencias generales, todos los Investigadores, independientemente de su rango, debían asistir a estas.
Pasado el medio día, un grupo de tres jóvenes esperaban en la entrada de una sala.

- A saber para qué demonios nos han convocado a venir, bastante tenemos con lo nuestro como para aguantar sus charlitas conmovedoras. - Habló, quejoso, uno de ellos.

Iba a llevarse a cabo un discurso de sanidad y urgencias, como cada año, a todos los trabajadores del edificio.
O eso parecía, porque el asombro invadió los semblantes del trío de muchachos al ver que acudían, a la conferencia, personas en su misma situación. Personas discapacitadas.

Tras un largo rato, sucedió la abertura de puertas. Era una gran salón con numerosos asientos distribuidos en filas, una detrás de otra, y un gran escenario.

Los asistentes cogían sitio ordenadamente, aunque un ruidoso bullicio conquistaba el lugar.
Allí, centenares de Investigadores Ghouls, de todos los rangos y distritos, retirados debido a accidentes laborales, se miraban unos a otros.

La mayoría padecían amputaciones o monoplejia, otros tantos paraplejia y, en menor proporción, tetraplejia. Todo ellos, supervivientes de ataques Ghouls.

De repente, todo sonido fue interrumpido por el apagón de la sala y la concentración de un foco de luz sobre el escenario, dando entrada a una mujer y a un muchacho, ambos vistiendo una bata blanca.

- Buenas tardes. - Habló ella. - Soy Nozomi Sanchisu, jefa de operaciones terapéuticas ocupacionales del CCG. Un placer trabajar con todos vosotros. -

De repente, comentarios alborotados interrumpían la escena.

- ¿¡Trabajar con nosotros!? ¿¡Acaso se está riendo?! ¿No nos ve? - Gritaba uno de los presentes.

- ¡Si fueses amputada de ambos brazos como yo, cerrarías la boca! - Exclamaba otra, impotente.

Rorēna tragó saliva, sin ningún gesto como respuesta. Esta alzó la mano, pidiendo silencio, consiguiendo un mutismo absoluto.

Yuudai, a su lado, permanecía tembloroso.

- Yo no vengo a perder mi tiempo a daros la típica reprimenda para motivar vuestra miserable vida. Y supongo que vosotros tampoco. - Habló, seria, la terapeuta ocupacional, mientras paseaba sus ojos por el público. - Lo único que quiero es que me respondais a algo. ¿Quiénes sois? -

Todos permanecieron confusos.

- Vamos, no es tan difícil. Usted, ¿quién es? - Volvió a insistir Rorēna, señalando a la mujer que le había respondido anteriormente de forma despectiva.

Tras un momento de vacilación, la antes Investigadora Ghoul, respondió:

- Soy madre de tres hijas. -

Rorēna sonrió, asintiendo.
- Si a alguien le gusta mucho cocinar, suele contestar: "¡Yo soy cocinero!", o ejemplos así.
Cuando nosotros nos presentamos, solemos decir cosas como "yo soy estudiante", "yo soy amiga de mis amigos", "madre...", ¿y eso por qué?
Porque, en nuestra identidad, está representado el hecho de hacer cosas.
Ya sea por los demás, por nuestra vocación o por nuestros intereses.
Con esto, quiero decir que el hacer es vital, es completamente fundamental para nuestra identidad, nuestro bienestar y satisfacción.
Y yo, como terapeuta ocupacional, ¿qué es lo que quiero de vosotros?
Quiero recuperar ese "hacer" de cada uno. En cada uno de vosotros, que habéis perdido vuestra identidad, por diversos motivos. -

Monstruo. (Renji Yomo - Tokyo Ghoul)Where stories live. Discover now